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Cazadores de fósiles en Montana. ¿Cómo encontrar un criadero de dinosaurios?

Cazadores de fósiles en Montana. ¿Cómo encontrar un criadero de dinosaurios?

La afición de explorar en busca de huesos de dinosaurios había sido para Jack Horner y Bob Makela un continuo desde sus días de universidad. Igual que otras personas emplean el día jugando a los bolos, o pescando, ellos tomaban una bolsa de yeso y una caja de cervezas, y se marchaban al campo para reconstruir mundos de un pasado remoto. Con frecuencia excavaban en la región del oeste de Montana (EEUU) donde Horner, cuando solo tenía 8 años de edad, encontró su primer fósil de dinosaurio en el rancho de la familia. A finales de julio de 1978, otro paleontólogo les pidió que pasaran por un establecimiento dedicado a la venta de rocas fósiles en Bynum, también en Montana, para que echaran un vistazo a unos especímenes de dinosaurio que los propietarios de la tienda querían vender a los turistas como recuerdos.

 

2. Horizontes de grandeza. Montana. Autor, Mark Hamilton

Horizontes de grandeza. Montana. Autor, Mark Hamilton

3. Vistas del Parque Nacional Glacier. Autor, Norrisbaby

Vistas del Parque Nacional Glacier. Autor, Norrisbaby

4. Hadrosaurios. Ilustración de Heinrich Harder (1858-1935)

Hadrosaurios. Ilustración de Heinrich Harder (1858-1935)

5. Cowboy en Montana. Hacia 1942. Autor, Grandpa and Grandma

Cowboy en Montana. Hacia 1942. Autor, Grandpa and Grandma

6. Wild Goose Island. Autor, Loco Steve

Wild Goose Island. Autor, Loco Steve

Una noche, en la tienda, los dos cazadores de dinosaurios identificaron unos huesos que no eran de especial interés. Poco después, tras habérselo pensado mejor, la propietaria del establecimiento sacó una lata de café que estaba llena de pequeños huesos fósiles. La dueña les extendió dos pequeñas piezas cada una de las cuales medía menos de un centímetro. Una era el extremo de un fémur, tan diminuto que Horner se volvió a Makela y le dijo al oído: “No vas a creerlo, pero me parece que son trozos de huesos de una cría de dinosaurio pico de pato”. Ninguno de ellos había visto una cría de dinosaurio en los diez años que llevaban excavando fósiles, y de hecho pocos paleontólogos lo habían hecho: el argentino José Bonaparte encontró recientemente un dinosaurio apenas empollado, y tan pequeño que cabía en el hueco formado por las dos manos, pero se trataba de una auténtica rareza. Hunter y Makela explicaron a los dueños la importancia de aquellos hallazgos, y consiguieron así que les desvelaran la situación exacta del yacimiento.

 

7. Praderas infinitas, al este de Montana. Autor, Fladager Photography

Praderas infinitas, al este de Montana. Autor, Fladager Photography

8. Flathead Lake. Autor, PJ Johnson

Flathead Lake. Autor, PJ Johnson

9. Reconstrucción de un nido similar a los encontrados por Horner y Makela. Autor, Drow Male

Reconstrucción de un nido similar a los encontrados por Horner y Makela. Autor, Drow Male

10. Centennial Mountain Range. Autor, Petechar

Centennial Mountain Range. Autor, Petechar

11. Antigua granja. Autor, Jeremy Wheaton

Antigua granja. Autor, Jeremy Wheaton

Durante los siguientes años acamparon en aquellos parajes deshabitados, viviendo en tiendas que hacían del lugar más un campamento indio que una expedición científica. Se trataba de una zona al oeste de Great Falls, junto a la carretera que conduce al Parque Nacional Glacier. Hacia el oeste, más allá del río Teton, se alzaban las Montañas Rocosas, mientras que al este quedaban las Grandes Praderas. Entre ambos lados se extendía un talud cubierto de hierba donde el viento y el agua habían erosionado los sedimentos de tierra de los últimos 80 millones de años. Fue allí, durante el primer año y solo al cabo de algunos días de iniciar los trabajos, cuando bajo un sol ardiente y el viento constante procedente de la cordillera excavaron los restos de un nido de barro, que contenía quince pequeñas crías de dinosaurios fosilizadas. El nido era como una especie da tazón hueco, de unos 2 metros de diámetro y 1 metro de profundidad en su centro. Cada una de las crías tenía 1 metro de longitud, y sus dientes mostraban que llevaban algún tiempo comiendo.

 

12. Huevos fósiles de dinosaurio

Huevos fósiles de dinosaurio. Autor anónimo

13. Transporte de ganado en las praderas. Autor, USDAgov

Transporte de ganado en las praderas. Autor, USDAgov

14. Caballos. Autor, Nomadic Lass

Caballos. Autor, Nomadic Lass

15. Tormenta en Gold Creek, Montana. Autor, Lynn

Tormenta en Gold Creek, Montana. Autor, Lynn

16. Reconstrucción de un Hadrosaurio. Academia de Ciencias Naturales. Filadelfia. Autor, Jim, the Photographer

Reconstrucción de un Hadrosaurio. Academia de Ciencias Naturales. Filadelfia. Autor, Jim, the Photographer

Esto señaló el comienzo de uno de los descubrimientos de dinosaurios más brillantes e ilustradores del siglo XX. Horner y Makela descubrieron más de 300 huevos de dinosaurio en distintos nidos, de unos 20 cm. de longitud, y algunos conservaban incluso el esqueleto del embrión en su interior. A veces aparecían las crías, otras veces dinosaurios jóvenes y también restos de adultos, los padres de la progenie. Estos hallazgos dieron la primera prueba evidente de que los dinosaurios no eran brutos sin alma y que se ocupaban del cuidado de sus retoños, un rasgo característico que no se da en absoluto en los reptiles. Los huesos correspondían a hadrosaurios, o también conocidos como dinosaurios de pico de pato: unos herbívoros norteamericanos que vivieron en pleno periodo Cretácico hace 80 millones de años, y que en estado adulto alcanzaban fácilmente 8 o 10 metros de longitud (algo así como un autobús de línea). El hecho de encontrar crías de distintos tamaños junto a sus padres revelaba que aquellos pequeños eran cuidados y atendidos por sus progenitores durante varios meses después de la incubación y la ruptura del huevo. Al igual que un pequeño petirrojo llevando gusanitos a sus crías, la “buena madre lagarto” debió haber alimentado a sus hijos regresando frecuentemente al nido de fango arenoso con semillas, bayas y hojas verdes.

 

17. Tierra de praderas en Montana. Autor, Mark Stevens

Tierra de praderas en Montana. Autor, Mark Stevens

18. Switchback ranch. Montana. Autor, Skeggy

Switchback ranch. Montana. Autor, Skeggy

19. Lago Flathead desde Hash Mountain. Autor, Aanderingwoodssoul

Lago Flathead desde Hash Mountain. Autor, Aanderingwoodssoul

20. Cráneo de un Hadrosaurio, similar a los encontrados en Montana. Autor, Keith Schengili-Roberts

Cráneo de un Hadrosaurio, similar a los encontrados en Montana. Autor, Keith Schengili-Roberts

21. Invierno en las praderas y caballo indio. Autor, MattCadwallader

Invierno en las praderas y caballo indio. Autor, MattCadwallader

Pero las excavaciones les reservaban una sorpresa aún mayor. A medida que barrían el terreno adyacente a los nidos descubrían otros similares, separados entre sí unos siete metros como mínimo. Este detalle llamó poderosamente la atención a Horner, puesto que siete metros suele ser la longitud mínima de un hadrosaurio adulto. Además todos los nidos ocupaban la misma capa o estrato, lo que daba a entender que se habían utilizado al mismo tiempo: aquel lugar había sido sede de una verdadera colonia de crianza, semejante a la de muchas aves modernas. En otras ocasiones se hallaban a tres niveles diferentes sobre el suelo, unos encima de otros, lo que sugería la idea de que los adultos habían ido anidando en el mismo lugar año tras año, y durante bastante tiempo. Es decir, se trataba del lugar al que regresaban en cada temporada de crianza, y alejado además de las zonas bajas y pantanosas que proliferaron tanto en el Mesozoico. ¿La razón? Muy sencilla: nuestras madres hadrosaurio buscaron siempre terrenos elevados y aislados para criar a sus retoños, y lejos por tanto de los dinosaurios carnívoros que infestaban las cuencas selváticas vecinas… Todo un tributo al amor que profesaban a su progenie.

 

22. Cielo de Montana. Autor, Isolino Ferreira

Cielo de Montana. Autor, Isolino Ferreira