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Los ritos del Agua de Fuego y la elaboración tradicional del Orujo

Los ritos del Agua de Fuego y la elaboración tradicional del Orujo

El aguardiente de orujo es una bebida de uso frecuente entre los habitantes de los medios rurales que suelen ingerirla por las mañanas; hay quienes acostumbran también a tomar alguna copa después de las comidas, sobre todo si éstas son abundantes, pues aseguran que ayuda a hacer la digestión y que mata los excesos de grasas. En ciertas regiones como Galicia (tampoco León se queda a la zaga) es de uso muy común entre los campesinos, dando lugar a las célebres queimadas nocturnas, extendidas después junto con los «conxuros» que las acompañan, por el resto de España. De hecho la cosa está tan extendida que en algunos municipios, como Potes (Cantabria), se celebran con gran afluencia de público fiestas en honor a esta bebida milenaria. Por si alguien tiene curiosidad en conocerla, la de Potes tiene lugar el segundo fin de semana de noviembre…

Botellas de Orujo, muy rico. Autor, Aherrero

Botellas de Orujo, muy rico. Autor: Aherrero

La villa de Potes, en Cantabria. Autor, JLgolis

La villa de Potes, en Cantabria. Autor: JLgolis

Las autoridades llevan prohibiendo su destilación particular desde tiempos inveterados. De hecho el aguardiente sólo se puede comercializar en botella convenientemente etiquetada, con el registro sanitario correspondiente. Pero también desde tiempos antiguos y saltándose las disposiciones, los campesinos se entregan furtivamente y año tras año a obtener su pequeña cosecha. De forma general se denomina orujo a las heces de la uva una vez estrujadas. Se compone, pues, del hueso, el hollejo de la uva y el ramaje del racimo. Tras el rito de pisar la uva, el contenido se apila en un pozo o en una pileta. Se amontona bien para que quede compacto y encima se echa una capa de barro, y sobre esta capa de barro otra abundante de tierra. Todo ello contribuye a evitar que se creen respiraderos, ya que si los hubiera el producto se enmohecería y no fermentaría, llegando finalmente a avinagrarse.

Conjuro de Queimada. Autor, Contando estrelas

Conjuro de Queimada. Autor: Contando estrelas

Ponen por tanto mucho cuidado en esta operación del tapado de las heces, que se realiza en el mes de octubre, una vez que ha sido estrujada la uva. El tiempo de reposo en las pocetas o pilas es de dos o tres meses como mínimo, aunque lo propio es que el destilado se realice al comienzo de la primavera, con lo que alcanza a estar en la pila unos seis meses. Algunos entendidos afirman que, siempre que se encuentre convenientemente tapada, la composición puede aguantar mucho tiempo, y que los mejores orujos se producen cuando el tiempo de reposo es de aproximadamente dos años.

Llamas de la Queimada tradicional. Autor, David Hegarty

Llamas de la Queimada tradicional. Autor: David Hegarty

Para destilar el orujo se utiliza un alambique de cobre que consta de dos partes: la baja o «caldera», y la alta o «cabeza», que tiene un depósito en la zona exterior donde se deposita el agua fría. Ambas partes se acoplan en una zona de estrechamiento utilizando para ello diferentes técnicas, aunque la más tradicional consistía en pegar una masa de harina alrededor, quedando así todo el conjunto herméticamente cerrado.

Aspecto del orujo de vino. Autor, Directo al paladar

 Aspecto del orujo de vino. Autor: Directo al paladar

Se utilizan dos herramientas sencillas: el gancho, que es un mango de dos palos a modo de rastrillo en el extremo, utilizado para extraer el orujo después de someterlo al fuego, y la raspadora, de cobre, utilizada para raspar el suelo de la caldera si el orujo se hubiese agarrado. Éste se deposita en la caldera inferior, cubierto con agua. Para evitar que se agarre al suelo de la caldera es conveniente echar paja de cebada o de trigo en la parte baja. Se pone seguidamente a fuego lento, creándose en el interior una atmósfera de vahos que produce la destilación. Lo primero que sale es lo más puro y concentrado. En una primera destilación se puede obtener aproximadamente un litro de aguardiente por cada dos kilos de orujo. Pero este aguardiente sale con pocos grados y es necesario después someter el primer aguardiente obtenido a una operación de refinado, consistente en pasarlo de nuevo por el alambique, una vez sin orujo, y obtener así en una segunda pasada un aguardiente más puro, con una graduación cercana a los 80º.

Otro alambique casero. Autora, Mónica Prats

Otro alambique casero. Autora: Mónica Prats

Para comprobar la graduación del aguardiente, se suele tirar un chorro al fuego: si arde se supone que todavía sale con fuerza, pero si lo apaga infieren que ya destila mermado de grados. Para darle gusto y olor se pueden echar hierbas aromáticas que, al cocer, van a dejar su impronta en el aguardiente final. Si se echan anises se evitará además que alguien pueda rebajar maliciosamente el aguardiente con agua, ya que su presencia blanquecina quedaría delatada.

La sobremesa ideal. Vino, orujo y café. Autor, ZellOss

La sobremesa ideal. Vino, orujo y café. Autor: ZellOss

Esta es en esencia la técnica tradicional de elaboración del orujo. En el pasado, los destiladores de orujo vivían de ello y recorrían los caminos con el alambique encima de un burro, siempre al cobijo de la noche para evitar ser avistados. Hoy, sin embargo, son escasos los particulares que fabrican aguardiente. Como es natural producen exclusivamente para su uso privado, aunque en muchos pueblos de Galicia o Castilla-León la proporción es mayor y sus servicios son solicitados incluso por muchos de los vecinos, que conocen el secreto. Así, sin moverse de casa, son los clientes los que llegan a horas intempestivas para procurarse en pequeñas cantidades sus artesanales servicios. Y a cambio, el destilador come y bebe a costa de ellos, que no es otra la paga de su trabajo.

Típicos efectos del Orujo en clientes desaprensivos. Autor, DiggerATL

Típicos efectos del Orujo en clientes desaprensivos. Autor: DiggerATL

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Entre vieiras, chuletones y albariños. Las fiestas gastronómicas de julio en Galicia

Entre vieiras, chuletones y albariños. Las fiestas gastronómicas de julio en Galicia

Llega el mes de julio a tierras gallegas y como si de un pistoletazo de salida se tratase, su entrada anuncia el desparrame de familias y turistas en busca del buen tiempo y un sinfín de celebraciones populares de lo más variopinto. En estas fechas los saraos se multiplican por pueblos y concejos cual setas de temporada, algo que el público agradece cumplidamente puesto que muchas de estas fiestas tienen que ver con un arte que deleita y embriaga a todos sin excepción: la gastronomía. Recapitulemos: el domingo 14, sin ir más lejos, los amantes de los buenos platos tuvieron oportunidad de recalar en la parroquia orensana de Santiago de Anllo y encontrarse allí con la famosa Festa da Cabra, que como su nombre indica constituye un multitudinario acto de exaltación de este insigne (y sabroso) animal. La jarana culminó en la carpa instalada al efecto con el reparto de unos platos de carne de cabra guisada, receta que ya viene haciendo las delicias de los parroquianos desde hace más de cien años. Ante tal banquete es consejo general no cegarse con las viandas a no ser que se tenga tiempo de reposar después el atracón, pero si a pesar de todo alguien se queda corto no hay mejor solución que adquirir un ticket y participar en el sorteo reservado al final de la fiesta… ¿Podéis adivinar lo que se sortea? Exacto, una cabra.

Los alegres en la Fiesta del pan. Autor, Juantiagues

                                                   Los Alegres en la Fiesta del pan. Autor: Juantiagues

Zamburiñas con Albariño. Autor, Jlastras

                                                            Zamburiñas con Albariño. Autor: Jlastras

Las celebraciones culinarias son muy comunes en tierras gallegas. Comenzaron como festejos locales, romerías, o incluso simples reuniones de amigos en las que el cumplimiento de una promesa llevaba a los sufridos vecinos a organizar una comida tradicional. Con el tiempo el renombre de los festejos y la calidad de los platos actuaron de imán para atraer público en unos lugares o emular la experiencia en otros, hasta el punto que actualmente son más de 300 las celebraciones gastronómicas programadas en Galicia a lo largo del año. Hacia el interior, como es lógico, abundan las carnes de ternera y de cerdo o la pesca de río, mientras que en el litoral y sus rías los protagonistas absolutos son pescados y mariscos cocinados a la manera autóctona. En este año 2013 la cosa ya viene calentita desde primeros de mes, y mientras los amantes del vino pudieron disfrutar en Ribadavia (Orense) con la Feria Exposición de la zona O Ribeiro, los fan de la langosta hicieron lo propio con este exquisito manjar tal y como se prepara desde antiguo en A Guarda (Pontevedra), a orillas de la desembocadura del Miño y de la frontera portuguesa.

Botellas de vino Albariño. Autor, Imamon

                                                             Botellas de vino Albariño. Autor: Imamon

Detalle del pazo de Fefiñanes, en Cambados. Autor, Juantiagues

                                         Detalle del pazo de Fefiñanes, en Cambados. Autor: Juantiagues

En una sucesión de vértigo que parece no tener fin, las rutas gastronómicas se engarzan como cuentas de rosario para llevarnos sucesivamente hasta Arbo y su Exaltación de la lamprea seca; Silleda y la Fiesta del lacón, o Meis y su celebrada Fiesta de los callos, todas ellas localidades de la provincia de Pontevedra. De Pontevedra es también Cambados, donde con motivo del día del Carmen, patrona de los marineros, sus paisanos ofrecen a todos los visitantes que gusten del buen comer la Fiesta de la Exaltación de la vieira, un molusco esencial en varios platos tradicionales de toda la ría. Cambados es además capital del Albariño, el aclamado vino blanco de la región, y nadie que se precie de su arte como catador debe faltar al festejo que se organiza a principios de agosto, y que ostenta la denominación de Interés Turístico Nacional. Son decenas las casetas levantadas junto al paseo de A Calzada para ofrecer al público estos vinos ligeros y de aroma delicioso, acompañados además con una variada muestra de productos típicos entre los que destacan los mejillones, el pulpo, las empanadas, los pimientos… Por cierto que, si gustáis de los buenos caldos gallegos y no deseáis esperar a agosto, la oferta en este mes sigue siendo espectacular: desde la XVI Feria del vino D.O. Valdeorras en A Rúa, Orense, y cuyos actos se clausuraron el pasado fin de semana, hasta la XXI Fiesta del Vino de El Rosal los días 19 al 21 de julio… vamos, todo un festival de sabores para disfrutar y recordar con pasión en años venideros.

Delicioso plato de navajas. Autor, Alex Chiang

                                                         Delicioso plato de navajas. Autor: Alex Chiang

Preparando el famoso pulpo a la gallega. Autor, Gabriel González

                                         Preparando el famoso pulpo a la gallega. Autor: Gabriel González

No todo es comida y bebida durante estos jolgorios estivales. Fuegos de artificio, pasacalles a cargo de gaiteros, competiciones populares o las consabidas verbenas nocturnas completan un repertorio que, a tenor del éxito obtenido en años anteriores, prometen sin duda incrementar el público para la presente edición 2013. En Mondariz, al pie de la Sierra do Suido, lo saben sobradamente. Y es que a finales del mes de abril celebraron a todo trapo la IV edición de “De Tapiñas por Mondariz”, un evento que ampliarán para mediados de octubre con el III aniversario de su Ruta de Tapas… Pero, ¿es que no hay nada previsto entre abril y octubre? Por supuesto que sí. Llega el mes de julio y no puede faltar su Fiesta gastronómica con churrasco, pata de cerdo con alubias o pulpo a la gallega, que el año pasado repitió en Mondariz por décima vez consecutiva y es sin duda la reina de los festejos culinarios locales.

Si alguien queda con ganas de más sarao y es capaz de reponerse a tiempo, no está de más apuntar en la hoja de ruta la Exaltación del chuletón de Maside (Orense), puesto que las piezas que allí se reparten entre el respetable no suelen bajar nunca del medio kilo. Es éste un lugar de gratos encuentros para muchos, y los impenitentes de Mondariz se abrazan con los sobrevivientes de Vimianzo (A Coruña), también recien llegados de otra fiesta, con el fin de intercambiar experiencias cargadas de arrojo y promesas de no desfallecer en próximas ediciones. Así, en buena compaña y para que todo salga según lo previsto, hasta unas 30 personas o merdomos de Maside se encargan de preparar las parrillas y asar los cerca de 800 kilos de carne vacuna que se necesitan para cumplir con el programa, acompañándolo todo de patatas fritas, pimientos, pan y la obligada botella de vino que facilite toda la digestión. En la última edición del evento se superó el millar de vecinos y simpatizantes, llegados de los cuatro puntos cardinales, aunque se espera que este año la devoción por la res autóctona no defraude y que las expectativas locales se multipliquen ampliamente.

Vilasobroso, Mondariz. Autor, HombreDHojalata

                                                       Vilasobroso, Mondariz. Autor: HombreDHojalata

Pulpo a la Gallega. Autor, Jose Antonio Gil Martínez

                                                     Pulpo a la Gallega. Autor: Jose Antonio Gil Martínez

Pero Galicia es también tierra de marisco y otros productos marinos, y por tanto no podemos olvidar el mosaico de celebraciones que se asocian a estos codiciados frutos del mar. En Illa de Arousa (Pontevedra), una preciosa localidad en el corazón de la ría del mismo nombre, vienen celebrándose desde hace años varios encuentros culinarios de este tipo. El de la almeja roja (a mediados de julio) es de los más nombrados en toda la región, pero solo unos días más tarde este molusco da paso a una pariente suya no menos famosa entre los gourmets. Efectivamente, del 26 al 28 de julio se organiza en esta isla atlántica la Fiesta de la navaja, o navalla, bivalvo del que en tierras gallegas se conocen dos variedades igualmente sabrosas: el longueirón o navaja grande, y la navaja curva o muergo. Tanto una como otra tienen una preparación muy sencilla, pues después de su limpieza solo es necesario asarlas lentamente en parrilla y aderezarlas por encima con una salsa compuesta de aceite, ajo, perejil, pan rallado y vino blanco. El resultado: uno de los platos más deliciosos de la comida gallega y española, y digno reclamo de los paladares más exigentes en medio mundo.

Barco varado en Illa de Arousa. Autor, Mchuca

                                                        Barco varado en Illa de Arousa. Autor: Mchuca

Chuletón gallego de 1 kg de peso. Autor, L. Miguel Bugallo

                                                Chuletón gallego de 1 kg de peso. Autor: L. Miguel Bugallo

En definitiva, Galicia se viste en las próximas semanas de productos de la tierra y del mar, ofreciendo a los visitantes el tesoro de su rica gastronomía aderezado con unos paisajes repletos de tradiciones milenarias, espitualidad y verdor. Municipios y parroquias; calles, plazas y puertos; bosques y prados de estampa virginal… Cada vez que descubráis en vuestro trayecto un conjunto de personas arracimadas alrededor de las casetas de feria, con el humo de los fogones flotando en el aire claro, y notéis que un aroma denso a carne asada o a marisco llena vuestras narices y se mete de lleno entre ceja y ceja, no queda otra: detenéos y probad el regalo de la tierra gallega, sentíos por un momento verdaderos reyes en mitad de un banquete y guardad finalmente en vuestra memoria la experiencia de comer y disfrutar como nunca para envidia de los que quedaron en casa. Eso sí, no os paséis con el Albariño.

Procesión en la Fiesta del Carro. A Lama, Pontevedra. Autor, Gabriel González

                               Procesión en la Fiesta del Carro. A Lama, Pontevedra. Autor: Gabriel González