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Sierra Morena y Don Quijote

sierra morena

For a long time… Nos diría Shakespeare describiendo las andanzas de algún personaje imaginario, adentrándose en la penumbra de los bosques de Yorkshire

Y por supuesto desde hace siglos lo tendríamos presente hoy con la importancia que requieren las grandes creaciones. Sin embargo, sin razón justificable, determinadas cosas, aun siendo de la misma calidad, parecen mejores si provienen de lejos o leídas en otro idioma.

El idioma y sobre todo su uso y expansión son la llave o el dígito que activan el conveniente flujo comercial tan necesario para el desarrollo de cualquier sociedad. Es ni más ni menos que el clic diario multiplicado por miles de millones de acciones simultáneas a cada instante en el conjunto del planeta promoviendo estilos de vida articulados por un mismo código de interacción que favorece con ventaja el colosal volumen de negocio promovido desde algo tan básico y esencial como un modo de comunicación.

Así de determinante es para el avance de las naciones y la propia evolución de sus habitantes, poseer una cultura cimentada por literatos capaces de atraer por su genialidad el interés de todo el mundo. Además de la genial capacidad de algunos pueblos para mostrar interesante y conveniente el valor de su cultura como lo más “top”, consiguiendo como ahora que todos entendamos top en el mundo entero, incluso sin hablar inglés.

En cualquier caso, hace mucho tiempo que aquí se escribe con tanta genialidad o más que en cualquier lugar de la Tierra.

Don Quijote no habla inglés, y estoy convencido de que no tendría ningún problema en hacerlo con la misma curiosidad por aprender que poseen los talentos como el de Cervantes.

Ahora que todo tiende a globalizarse, o ya lo está, encontrar no sólo a un personaje tan irrepetible como el Quijote, y que además podamos situarlo en los espacios físicos reales que inspiraron al escritor, es algo extraordinario que se traduce en la experiencia curiosa y privilegiada de aunar sensaciones, disfrutando a la vez de bellísimos parajes naturales cargados de un tránsito histórico tan viejo como la propia humanidad.

Descritos a la vez por el personaje y un novelista que no es cualquiera. Nada más que el primero o el creador de la novela moderna, en un idioma tan traducido a todos que, por culto y original, él mismo se hizo y lo hace universal.

Suena fascinante que todavía nos queden sitios por descubrir cómo es la propia Sierra Morena, a caballo entre Andalucía y Castilla La Mancha, con un inmenso valor natural conjugado con una de las mejores obras de la literatura.

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Sierra Morena, es sobre todo el mejor bosque mediterráneo del planeta

Y el espacio natural más grande de Europa. Con la sucesión de espacios protegidos que la componen, se calculan más de medio millón de hectáreas, mayor que la dimensión de La Selva Negra alemana, considerado uno de los grandes espacios naturales protegidos de Europa.

Y en este aspecto biológico cabe siempre contar la magnitud de Sierra Morena con las vecinas sierras de Cazorla, Segura, Las Villas, Castril y Alcaraz. Paraísos naturales magníficos e inseparables.

Espacio que merece por sí sólo la dedicación de cuantas obras especializadas en temas medioambientales requiera. Glorificado además por la creatividad de Cervantes. Motivo de alegría para cuantos amamos y disfrutamos la naturaleza y el arte, que junto con el tesoro histórico que ha transcurrido por estos montes desde la aparición de la escritura, bien puede considerarse Patrimonio de la Humanidad, tanto como Reserva de la Biosfera como lugar de inspiración del mayor literato en idioma español.

Cuatro capítulos seguidos dedicó el escritor a estos parajes además de otros intercalados por la novela. Espacio bien conocido por su obligación de cruzarlo varias veces en su vida, necesitando el oficio de recaudador de impuestos para la Armada Invencible. Como tantas cosas en su vida, difícil tarea e ingrata ocupación la de intentar recuperar caudales morosos y atrasados. Qué sabemos si el destino se lo puso así de difícil o así de necesario para que su mente o más bien su ser, tan ansioso de una vida mejor, azuzasen más que estimular su imaginación para liberarse en Don Quijote.

La medicina o la psicología, nos dicen que en determinadas circunstancias las mentes prisioneras de la insatisfacción, la frustración o las carencias, reaccionan a través de la creatividad como escape de la cruda realidad.

Curioso y casual una de tantas sentencias cervantinas: “El hambre agudiza el ingenio”. Y no menos misteriosa la casualidad de que en su deambular por la sierra, contemplase el sobrecogedor cortejo fúnebre del traslado del cadáver de San Juan de la Cruz.

Alguien también, que, desde la cárcel de una castrante y opresiva sociedad, sublimó la necesidad de libertad de su espíritu para que brotara en prisión la mejor poesía mística de Occidente.

Hecho que, como tantos otros de su errática existencia, inspiró el conocido capítulo en el cual vemos leyendo la noche de la sierra, sorprendidos por luces desconocidas, murmullos de una comitiva serpenteando por el monte, alucinando al caballero y acojonando al escudero.

sierra morena andalucia

la cimbarra

aguila sierra morena

Sierra Morena está reconocida por la UNESCO como el mejor lugar del planeta para contemplar las noches estrelladas

No es de extrañar que, en un paraíso tan alejado de la impositiva Santa Hermandad, pudiera expresarnos consciente o inconscientemente tanto deseo o necesidad de libertad. Convirtiendo al Quijote en bandolero. Refugiado en la sierra. Porque esta sierra nos dice muchísimo más que la célebre penitencia. El escritor justifica al personaje y a sí mismo. Encontrando en el recurso de la locura, el medio para la cuerda filosofía, eludiendo el fanatismo mortal de la intransigente Inquisición.

Es extraño que no aparezca el lobo. O bien Cervantes nunca los divisó, o no surgió en su imaginación. Hoy uno de los grandes tesoros de la fauna mundial, señor de la Sierra y de la gran riqueza faunística y botánica de estos parajes mágicos copados de humanidad.

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“El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”… el primer libro de viajes de la historia

Descubrir a través de Cardenio que están en plena Andalucía, deduciendo sin mucha dificultad que si nos dice que su padre es un poderoso duque de una de las más destacadas ciudades donde se crían los mejores caballos del Reino. Y en Córdoba todavía perduran las Caballerizas Reales; bien claro está que nos dice mucho con muy poco. Sobre todo, que el caballero de La Mancha, temía nombrar la poderosa Andalucía, sintiéndose más seguro en su locura manchega.

Algo despistado en su transitoria libertad de Sierra Morena, nos revela detalles tan curiosos como este y tantos otros que este apasionante libro de aventuras y acertijos nos transmite, invitándonos ahora como la más elaborada guía de viajes, a disfrutar tanto o más que el caballero, de un paraíso histórico y natural, sorprendente y único en el mundo, ennoblecido por la creatividad de Cervantes.

Debéis saber lo mucho que vale esta sierra y debéis leer lo mucho que nos dice el genial novelista. Cuando descubráis el placer de pasear estos parajes y recrear las descripciones, viviréis algo excepcional.

Por sí misma ya es un espacio excepcional capaz de dar contenido a los mejores volúmenes de botánica, fauna, etnografía, historia y literatura.

La esencia de la cultura española retratada por el genial Cervantes, ambientada en uno de los paisajes más bellos de Europa. Destacable por la bondad de su clima y la magnitud de sus dimensiones.

Pretender contenerlo en estas breves palabras es ofender su riqueza y sus valores. Reconocerlo como un espacio que contiene un potencial de recursos incalculables, es motivo más que suficiente para protegerlo y disfrutarlo como merece y merecemos.

Gracias a Cervantes por contribuir a conservarlo. Como a tantos otros que desde el anonimato lo llevan haciendo desde hace siglos. Desde el que planta bellotas hasta el que divulga sus valores.

lagarto ocelado

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Se nos ocurren muchos más motivos para descubrir Sierra Morena, pero dejaremos que seas tu quién complete estas razones con tus propias experiencias, seguro que no te faltarán.

Un artículo de Salvador Carlos Dueñas Serrano ©

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Un paseo por el genuino Yorkshire de James Herriot

Un paseo por el genuino Yorkshire de James Herriot

Yorkshire, el mítico condado inglés de páramos desolados y colinas azotadas por el viento intratable del oeste, ha sido durante siglos escenario de numerosas obras de la literatura de todos los tiempos. Desde la famosa “Cumbres Borrascosas” de Emily Brontë, pasando por el refugio del conde Drácula en la abadía de Whitby o la más reciente Retorno a Brideshead, cuya mansión fue llevada al cine gracias a la inmejorable presencia del castillo de Howard, en el norte de York. Pero hoy queremos acercarnos a estas tierras de la mano de un autor no menos conocido, aunque quizás sin el aura clásica de las obras anteriormente citadas. Nos referimos a James Herriot, el veterinario escocés que en los años treinta del pasado siglo consiguió una plaza en el pueblo de Thirsk, perdido en un anonimato total, para trabajar desde entonces como veterinario rural entre vacas, caballos, terneros y la galería entrañable de rudos granjeros del Yorkshire. Allí residió toda su vida, y en 1972 escribió la obra “Todas las Criaturas grandes y pequeñas” que le haría universalmente famoso. Un canto a la vida, al amor por los animales y a la belleza de unas tierras que parecen tocadas por el dedo de Dios. Os dejamos con esta prodigiosa selección de fotografías y fragmentos del libro, cargado a partes iguales de textos hilarantes y de sensibilidad, y que a buen seguro hará las delicias de cualquier amante de la naturaleza… De la naturaleza, y del fino humor inglés. ¡Feliz día!

 

1. Campos del Yorkshire. Autor, Davesag

Campos del Yorkshire. Autor, Davesag

2. Landas y muros de piedra. Autor, Tim Fields

Landas y muros de piedra. Autor, Tim Fields

3. Pueblo del Yorkshire. Autor, Mutbka

Pueblo del Yorkshire. Autor, Mutbka

4. Niebla sobre el río. Autor, Ben Bore

Niebla sobre el río. Autor, Ben Bore

5. Marea baja en la playa de Scarborough. Autor, Alm1

Marea baja en la playa de Scarborough. Autor, Alm1

“Apenas observaba el paso del tiempo mientras recorría los caminos bordeados de brezales en mis rondas diarias, pero el distrito empezaba a tomar forma ante mis ojos, e iba conociendo y distinguiendo a la gente en su auténtica personalidad. Casi todos los días tenía un pinchazo. Los neumáticos estaban prácticamente desgastados hasta el límite en todas las ruedas; lo que me maravillaba era que pudieran llevarme a cualquier parte.
Uno de los pocos refinamientos del coche era su techo descapotable. Rechinaba melancólicamente cuando lo retiraba pero casi siempre conducía sin techo, con las ventanillas bajas y en mangas de camisa, gozando del aire tan puro que me rodeaba. En los días húmedos apenas servía de nada correr el techo porque la lluvia entraba por las junturas formando riachuelos en mi regazo y en los asientos. Llegué a tener gran habilidad para zigzaguear alrededor de los charcos, ya que conducir en línea recta era una gran equivocación porque el agua fangosa ascendía hasta mí por los agujeros del suelo del coche”.

 

6. Un rincón de Thirsk, el pueblo de James Herriot. Autor, Reinholdbehringer

Un rincón de Thirsk, el pueblo de James Herriot. Autor, Reinholdbehringer

7. Castillo de Hemsley. Autor, Dvdbramhall

Castillo de Hemsley. Autor, Dvdbramhall

8. Landas y colinas típicas del Yorkshire. Autor, Seattleforge

Landas y colinas típicas del Yorkshire. Autor, Seattleforge

9. La iglesia de Leake, cerca de Thirsk. Autor, Dvdbramhall

La iglesia de Leake, cerca de Thirsk. Autor, Dvdbramhall

“Pero era un verano magnífico y las largas jornadas al aire libre dieron a mi piel un tono moreno que rivalizaba con el de los granjeros. Ni siquiera me molestaba tener que cambiar una rueda en aquellos caminos abiertos sin vallas, sin más compañía que los chorlitos y el viento cargado con el perfume de las flores y árboles de los valles. Y todavía hallaba más excusas para salir y sentarme sobre la hierba fresca y contemplar los tejados del Yorkshire. Era como ganar tiempo a la vida. Tiempo para ver las cosas en su debida perspectiva y evaluar mis progresos. Era una vida tan diferente de la anterior que en ocasiones me sentía confundido. Vivir en el campo después de haber recorrido durante años las calles de la ciudad; la sensación de alivio tras los años de estudios y exámenes… Y el trabajo, que suponía un desafío constante. Y además, mi jefe.
Siegfried Farnon se lanzaba al trabajo con una energía constante y vehemente de la mañana a la noche, y a menudo yo me preguntaba qué le impulsaba a hacerlo. No era el dinero, ya que lo trataba con muy poco respeto. Cuando se cobraban las facturas metía el dinero en aquel jarro sobre la repisa de la chimenea, y de allí lo cogía a puñados cuando lo necesitaba. Jamás lo vi utilizar una cartera; llevaba el bolsillo lleno de monedas sueltas y de billetes arrugados. Al sacar el termómetro, algunos salían revoloteando en torno como copos de nieve”.

 

10. Vistas desde el Castillo Howard, al norte de York. Autor, Jordanhill School

Vistas desde el Castillo de Howard, al norte de York. Autor, Jordanhill School

11. Viaducto de Arthington, en el río Wharfe. Autor, Tj. Blackwell

Viaducto de Arthington, en el río Wharfe. Autor, Tj. Blackwell

12. Paisaje costero desde el castillo de Scarborough. Autor, Clumsy_jim

Paisaje costero desde el castillo de Scarborough. Autor, Clumsy_jim

13. El pueblo de Hemsley, al norte del Yorkshire. Autor, Dvdbramhall

El pueblo de Hemsley, al norte del Yorkshire. Autor, Dvdbramhall

“La tierra llana en lo alto del páramo era una inmensidad blanca que se extendía hasta el horizonte, el cielo muy bajo sobre ella como una manta oscura. Vi la granja allá abajo, en una hondonada, y también parecía distinta, pequeña, remota, como un trozo de carbón caído entre los bultos blancos y suavizados de las colinas. El bosque de pinos era otra mancha oscura en las laderas, pero la escena carecía de la mayoría de sus rasgos familiares. (…) Era difícil caminar por la nieve y en algunos lugares me hundía hasta el borde de las botas. Seguí adelante con la cabeza inclinada hasta que me hallé a unos centenares de metros del edificio de piedra. Aquel frío estremecedor borraba la noción del tiempo. Había algo hipnótico en el modo en que los copos grandes y suaves caían silenciosos sobre mi piel cubriendo con una venda espesa mis ojos cerrados. (…)
Al llamar a la puerta me apoyé contra ella, la boca abierta, respirando con dificultad. Creo que el alivio que sentía bordeaba la histeria porque me pareció que, cuando me abrieran, lo más adecuado sería dejarme caer de cabeza dentro de la habitación. Ya veía en la imaginación el cuadro de toda la familia rodeando mi figura caída y atiborrándome de coñac”.

 

14. Mítico Yorkshire. Autor, Mike Showden

Mítico Yorkshire. Autor, Mike Showden

15. Otra vista del castillo Howard. Autor, Robbophotos

Otra vista del castillo Howard. Autor, Robbophotos

16. Los típicos muros de piedra del Yorkshire. Autor, Freefotouk

Los típicos muros de piedra del Yorkshire. Autor, Freefotouk

17. Otley, cerca de Leeds, en el Yorkshire occidental. . Autor, Tim Green

Otley, cerca de Leeds, en el Yorkshire occidental. . Autor, Tim Green

“Sin embargo, cuando la puerta se abrió, algo me mantuvo en pie. El señor Clayton me miró durante unos segundos, nada conmovido al parecer por la vista del hombre de las nieves.
– Ah, es usted, señor Herriot. No podía haber llegado en mejor momento. Acabo de terminar la cena. Espere un minuto para que me ponga algo. El animal está al otro lado del patio.
Buscó tras la puerta, se caló un sombrero viejo, se metió las manos en los bolsillos y se lanzó al exterior silbando. Descorrió el cerrojo del establo y, con profunda sensación de alivio, pasé del frío indecible, de los torbellinos de nieve, al calor del animal y al olor del heno. Mientras me libraba de la mochila cuatro bueyes de pelo largo me miraban tranquilamente por encima del tablón divisorio, sin dejar de mover las mandíbulas rítmicamente. Parecían tan impertérritos ante mi presencia como su propietario. Mostraban un poco de interés; nada más. Detrás de ellos vi un animal pequeño envuelto en sacos, de cuya nariz se escapaba una hemorragia purulenta”.

 

18. La campiña del Yorkshire, desde Richmond Castle. Autor, JeanM1

La campiña del Yorkshire, desde Richmond Castle. Autor, JeanM1

19. Río Wharfe. Autor, Bods

Río Wharfe. Autor, Bods

20. Un momento de reflexión. Autor, Pete98

Un momento de reflexión. Autor, Pete98

“Aquello me recordó la razón de mi visita. Cuando mis dedos ateridos buscaban el termómetro en el bolsillo, una ráfaga de viento hizo temblar la puerta cuyo cerrojo tintineó suavemente, y nos lanzó nieve en polvo al oscuro interior. El señor Clayton se volvió y frotó con la manga el cristal de la única ventanita. Hurgándose los dientes con la uña contempló la tormenta ululante.
– Ah – dijo, eructando con placer -. Un día bastante bueno…”.

 

Todos los textos han sido extraídos de la obra:
“Todas las Criaturas grandes y pequeñas”.
James Herriot. Editorial Grijalbo, 1974.

 

21. El mundo de James Herriot. Autor, Gruban

El mundo de James Herriot. Autor, Gruban