Publicado el Deja un comentario

La Solana, tierra de azafrán y de artesanía

Cuentan algunas leyendas que esta villa era llamada El cerro de los Dioses de Cristal en tiempos de los oretanos, cuando un palacio de cristal, lleno a su vez de estrellas, ocupaba el lugar


La Solana se encuentra en un alto que destaca sobre la llanura manchega y, haciendo honor a su nombre, a menudo iluminada por el sol. En efecto, la luz y el sol están metidos en la raíz de este pueblo hasta el punto de que una leyenda cuenta que en tiempos muy antiguos –se remontan a la época prerromana- había un resplandeciente palacio de cristal en lo alto del alcor que recibía el nombre de Cerro de los Dioses de Cristal. No un palacio, pero sí existía un bastión defensivo en la Edad Media, castillo que pasó de manos árabes a cristianas hasta quedar definitivamente en posesión de estos últimos a comienzos del siglo XIII, a raíz de la batalla de las Navas de Tolosa. Pronto sería encomendada a la Orden de Santiago la repoblación de la plaza; sus primeros habitantes estacionales eran, según numerosas fuentes, pastores que bajaban con su ganado por la Cañada Real Soriana, hasta que ya a finales del siglo la población se fue estabilizando.

La Solana tiene tradición y presente de población artesana. De antiguo proceden la alfarería, la forja artística, la elaboración de botas para vino, el trabajo del esparto… Pero hay dos producciones, además de la de aceites y quesos, que han distinguido a esta localidad: el cultivo del azafrán y la fabricación de hoces, que hoy día ha dejado paso a la industria de herramientas y aperos para el campo.

Iglesia de Santa Catalina.Iglesia de Santa Catalina. Autor, Pablo Mirón

Plaza Mayor de La Solana. Autor, José Mª SánchezPlaza Mayor de La Solana. Autor, José Mª Sánchez

Patio de la casa de la iglesia de Santa Catalina. Autor, Juan Pedro GarcíaPatio de la casa de la iglesia de Santa Catalina. Autor, Juan Pedro García

La Solana tiene un núcleo monumental que se desarrolla en un entorno no muy lejano a su maravillosa plaza Mayor. En ésta, de espléndidas proporciones, tres de sus lados presentan porches adintelados y soportales sobre arcos de medio punto, fechado en el siglo XVI. En el lado sur se levanta la espléndida parroquia de Santa Catalina, una obra gótica tardía y renacentista iniciada en 1420 y concluida en 1524. Posteriormente se añadieron elementos barrocos, como la torre.

Conviene fijarse en la galería elevada sobre arcos que recorre el exterior de la iglesia y la hermosa portada clasicista. En su interior, son notables las capillas laterales, las rejas de forja y las bóvedas estrelladas de su única nave. La torre se inscribe en el barroco y está considerada como una de las más majestuosas de la provincia de Ciudad Real.

Varios edificios religiosos de interés se despliegan en este núcleo de calles peatonales entorno a la plaza. La iglesia San Juan Bautista o el antiguo convento de los Trinitarios, y el Convento de las Madres Dominicas, ambos del siglo XVII. Aquí, las religiosas de clausura preparan por encargo unos deliciosos suspiros de monja.

Nuestro paseo religioso tiene un imprescindible final en la ermita de San Sebastián, que guarda un magnífico tesoro: un artesonado mudéjar, joya histórica labrada en nácar sobre madera de ébano. La ermita es gótica y pasa por ser el templo más antiguo de La Solana.

En cuanto a arquitectura civil, hay también un buen puñado de casas solariegas que se pueden ir viendo en recorrido por esta agradable zona alta de la población. Así, en la plaza de Don Diego y junto a la iglesia parroquial, nos encontramos con el palacio de los Condes de Casa Valiente o Casa de Don Diego, con un notable patio con columnas toscanas. Este palacio perteneció en origen al Marqués de la Ensenada, ministro de Carlos III. Muy cerca está la Casa de la Encomienda, con una bonita torre con el emblema de la Orden de Santiago.

Iglesia de San Juan Bautista, antiguo convento de TrinitariosIglesia de San Juan Bautista, antiguo convento de Trinitarios. Autor, Juan Pedro García

Concierto de música sefardí, artesonado mudéjar y frescos en la ermita de San Sebastián.Concierto de música sefardí, artesonado mudéjar y frescos en la ermita de San Sebastián. Autor, Juan Pedro García

Patio de la Casa de la Encomienda. Autor, Juan Pedro GarcíaPatio de la Casa de la Encomienda. Autor, Juan Pedro García

Casa de Don DiegoCasa de Don Diego. Autor, Juan Pedro García

Entre las actividades más destacadas en el terreno cultural, hay que reseñar la Semana de la Zarzuela, que se celebra todos los años en el mes de octubre. Un mosaico en la calle de Feria ilustra la afición de La Solana a este género musical escénico o teatral. Por él sabemos que el compositor Jacinto Guerrero y sus libretistas F. Romero y G. Fernández Shaw se inspiraron en este lugar para componer La Rosa del Azafrán, no en vano, se tiene constancia de que al menos desde principios del siglo XVIII se cultiva la planta del azafrán en La Solana.

Actualmente los campos de La Solana son los principales productores del afamado azafrán de La Mancha, el de mejor calidad de España.

La Solana cuenta también con un Festival de Cine con merecido y cierto prestigio. Un evento de cortometrajes combinado con encuentros, homenajes, exposiciones, gastronomía, vitivinicultura y sección oficial, que convierten a la ciudad en un interesante escenario durante el mes de diciembre.

Recolectando el azafrán. Autor, Juan Pedro GarcíaRecolectando el azafrán. Autor, Juan Pedro García

Azafrán. Autor, Juan Pedro GarcíaAzafrán. Autor, Juan Pedro García


La Solana y las hoces, la Barcelona de La Mancha, un libro de Aurelio Maroto Gómez-Pimpollo


Este libro editado por la Fundación Histórico-Cultural “Paulino Sánchez Delgado” de La Solana, brinda un merecido homenaje a una de las señas de identidad de La Solana, la fabricación de hoces, un producto elaborado artesanalmente que fue sustento de cientos de familias durante más de dos siglos, convirtiendo antaño a esta localidad en el mayor productor nacional de esta herramienta.

Un libro que en palabras del propio autor está: “Dedicado a todos los herreros solaneros que escribieron con su sudor y con su sangre, una de las páginas más maravillosas de La Solana. Una legión de héroes, herreros de raza, de dinastía, que llegaban y se iban de la fragua con la luz encendida, se helaban las manos afilando en el remolino en las mañanas de enero o se cocían forjando a macho y martillo las tardes de julio”.

Nuestro homenaje también a todos los segadores que durante siglos y siglos, se sirvieron de esta herramienta tan humilde y tan práctica, para recolectar los cereales de nuestros campos.



Planifica tu viaje con nosotros. Solicita más información o recomendaciones para preparar tu escapada AQUÍ


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

Publicado el Deja un comentario

La Huerta Manchega

portada huerta manchega Campo de Montiel turismo sostenible

A finales de los años 60 del siglo XX, la última etapa de la Edad Media se oía y se veía en los pueblos del Campo de Montiel, en multitud de estampas cotidianas que para cualquiera de los escasos forasteros que se aventuraban a explorar estas tierras remotas; parecían algo irreal, fantástico e insólito


El traqueteo lento y repetitivo de los carros de los hortelanos procedentes de El Romeral. Antigua dehesa boyal transformada en inmensa huerta entre Villanueva de los Infantes y Fuenllana que abastecía durante todo el verano y principios del otoño las frescas despensas encaladas, donde reposaban también los chorizos en la pringue de las orzas. Y los quesos y las perdices en escabeche y los jamones colgados. Bodegones propios de los grabados de Gustavo Doré para el Quijote.

Huertas en el Campo de MontielHuertas en el Campo de Montiel

Despensa de La ManchaDespensa de La Mancha

En las partes sombreadas de la plaza, las fachadas orientadas al norte, perduraba más tiempo la fresca sombra hasta casi el mediodía. Momento que ya estaba todo vendido y la caravana de carros y tartanas ordenaba su regreso por el camino de la Huerta del Cura o de La Solana. Unos hacia Villanueva de los Infantes, otros hacia las huertas del Romeral.
Por las mañanas bien temprano. Antes de que el implacable sol del augusto verano calentase la tersura viva y apetitosa de los sabrosos tomates, pimientos, judías verdes, calabacines, zanahorias, patatas, cebollas… Los carros llegaban al pueblo haciendo retumbar el empedrado de las calles al tiempo que las herraduras de las mulas y borricos avisaban con naturalidad y sosiego que en breves instantes, el mercado medieval de la plaza quedaría constituido como todos los lunes, desde la Edad Media.
A la sombra del carro, el fiel perro del hortelano, sesteando y vigilando. Las sandías abiertas como inmensos rubíes expuestas a los sedientos ojos de los compradores. Montones de melones chinos y de corteza. Calabazas, ristras de ajos. Todo pura y llanamente natural. Abonado con el estiércol de las mismas mulas que araban y acarreaban.

El burro y el hortelanoEl burro y el hortelano

Tomates de la huerta manchegaTomates de la huerta manchega

Ver la caravana, tranquila, caminando sin tiempo. Detenida en la historia, transitando el siglo XX como si fuera el XVIII o incluso el XIII, cuando todavía este legendario Campo de Montiel formaba parte ya por breve tiempo de la Cora de Jaén. Cuando todavía éramos andalusíes y formábamos parte de la tierra más culta de Occidente con capital en Córdoba; esta tierra heredada por La Mancha de los árabes que la regaron con norias y acequias en la multitud de alquerías que la alimentaron, aún hoy en el XXI permanece inmersa en esa atmósfera rural y hortelana que abastecía de vitaminas multicolores la salud de sus moradores.

La noria, clave en la huerta manchegaLa noria, clave en la huerta manchega

El pozo de la huerta manchegaEl pozo de la huerta manchega

Los atardeceres de verano, ya no dejan ver las norias de sangre con un pobre burro condenado a dar vueltas al ronde con los ojos vendados regando la tierra. Pero sí hacen ruido con los escasos motores que activan los pocos artes de hierro que todavía empapan por goteo buenos bancales de pimientos, tomates, espinacas, acelgas y judías.
También nos quedan las casas de las huertas heredadas de las alquerías. Donde vivían los hortelanos desde mayo hasta los Santos. Donde El Romeral y la Frescura en Villanueva de los Infantes, constituían curiosos poblados de hortelanos con hábitat disperso. Campos salpicados de huertas adornados con pequeñas casas de una planta. Cuya traza y distribución responden a la más estricta utilidad. Cocina con chimenea, dos pollos a los lados para dormir, un portal pequeño dormitorio a un lado. Las más elementales.
Lo mismo pero además con corral y cuadras adosadas al cuerpo principal para las más completas. Pero todas con la misma imagen. Hermosa imagen de un mundo rural ancestral que originó toda una forma de vida.

La casa de un hortelano en el Campo de Montiel
La casa de un hortelano en el Campo de Montiel

Sería muy oportuno comenzar a valorar esta zona de huertas y además de servir de abastecimiento y rentabilidad agrícola, multiplicaran sus recursos siendo puestas en valor como atractivo turístico y cultural. Conservar y potenciar su arquitectura y la posibilidad de horticultura saludables a través de cultivo ecológico.
Es curioso que de los cientos de norias que abastecían las cuantiosas huertas de Villanueva de los Infantes, Alcubillas, Fuenllana, Almedina, Montiel y varios pueblos más de la comarca, apenas queden ejemplos originales. Al igual que las construcciones que servían de refugio y almacén para los hortelanos.
Pero con todo, si se desea, se está muy a tiempo de preservar un patrimonio cultural excepcional que bien puede servir de complemento económico y entretenimiento ocioso a todos aquellos que valoran la belleza de lo auténtico y lo cultural. Tanto el paisaje que acoge las huertas como el valor de los elementos arquitectónicos y etnográficos que las componen constituyen un testimonio de valor excepcional de la trayectoria histórica de esta singular comarca del Campo de Montiel.
Distinguida entre otras muchas cosas, por ser a la vez, la tierra de origen de los primeros pasos de las aventuras de Don Quijote y la única tierra andalusí de La Mancha.
Tesoro y valores que suman a los muchos que posee este rincón de Castilla a los pies de Sierra Morena. Donde el pimiento de Villanueva de los Infantes espera con paciencia ese lugar que le corresponde como uno de los mejores productos de la tierra. Donde el pisto manchego espera desde siempre a ser considerado por el mundo entero como uno de los platos más saludables y deliciosos de la gastronomía manchega.

La alegría de la huerta. RecuerdosLa alegría de la huerta. Recuerdos


Un artículo de Salvador Carlos Dueñas Serrano

Publicado el 3 comentarios

San Carlos del Valle o la joya Barroca de La Mancha

San Carlos del Valle

Hablar de San Carlos del Valle es hablar del “pueblo de la plaza”, pues es bien cierto que el perímetro que ésta delimita contiene todo el atractivo y el interés histórico del lugar. No existen adjetivos suficientes para calificarla, pero para hacernos una idea podemos decir que junto al conjunto histórico de Almagro y el de Villanueva de los Infantes (ambas localidades de mayor extensión e importancia económica que San Carlos del Valle), se forma la inigualable trilogía manchega. No es posible conocer las maravillas que nos ofrece la tierra de Don Quijote hasta que no se ha visitado la Plaza Mayor de San Carlos del Valle.

iglesia-del-cristo-autor-emiliovet

Iglesia del Cristo. Autor, Emiliovet

Este pequeño pueblo fue edificado con un plano totalmente regular durante la época del monarca Carlos III, para algunos uno de los mejores reyes que han regido nuestro país, quien, emulando a la ilustración francesa, promulgó el Plan de Colonización mediante el cual la urbanística moderna había de llegar a cualquier localidad, tanto grande como pequeña, tanto rica, como pobre. Gracias al superintendente del rey en la época, Pablo Olavide, este plan se aplicó a San Carlos del Valle, convirtiéndolo en el máximo exponente manchego del urbanismo dieciochesco.
La desproporción entre la enorme y ornamentada plaza y el resto de la localidad levantada en torno a ésta, se debe a que la plaza fue construida como atrio para la maravillosa iglesia del Cristo, situada sobre el Santuario de Santa Elena, donde según la tradición, apareció en un pajar la milagrosa figura de un Cristo que se cree fue abandonada allí por un extraño peregrino. Es por esta razón por la que tan interesante y bellísimo lugar se conoce también con el nombre de “El Cristo”.

san-carlos-del-valle-1

san-carlos-del-valle-2

La plaza, de forma prácticamente rectangular, está compuesta por unos soportales realizados con simples columnas toscanas que además de proporcionar al lugar una sobria belleza contrastan con la ornamentada fachada de la iglesia del Cristo, considerada como una auténtica joya artística de la villa y de toda Castilla – La Mancha.
La portada de la iglesia, tesoro de inmenso esplendor, posee entre dos columnas salomónicas típicas del estilo barroco final en que fue construida (entre 1713 y 1729), un trabajado relieve en el que se representa a Cristo y el milagro de los ladrones. El hecho de que se conserve en tan buen estado se debe a las acertadas reparaciones de las que ha sido objeto a lo largo de su historia.

san-carlos-del-valle-4

san-carlos-del-valle

El interior no es de menor magnificencia que la parte externa. Lo más característico es su planta de cruz griega y su inmensa bóveda de cañón sostenida por medio de pilastras toscanas. La bóveda sale al exterior por una majestuosa cúpula flanqueada por cuatro torres en las que aparecen cuatro pintorescas figuras.
Tampoco hay que restar importancia a los elementos de la decoración como las estupendas celosías o los pequeños balconcillos que forman las tribunas.

san-carlos-del-valle-9

san-carlos-del-valle-8

san-carlos-del-valle-7

san-carlos-del-valle-6

En otro de los lados de la plaza se encuentra el Ayuntamiento de San Carlos del Valle, enfrente de una encantadora casa particular cuyo patio columnado es una delicia.
Así pues, San Carlos del Valle está considerado como uno de los lugares paradigmáticos de estas tierras manchegas. Es un pueblo pequeño y recoleto, pero la belleza del trazado de su magnífica plaza, su perfecto alzado y su pureza de líneas, unida a las calles adyacentes, de trazo regular y gran sencillez y dinamismo, crean un conjunto valioso tanto por su importancia histórica y arquitectónica como por el lujo visual que constituye su contemplación.
Bien merece la pena una escapada para conocerlo.

“Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.”
Poema al Amor. Francisco de Quevedo y Villegas


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

Publicado el 2 comentarios

Toledo, una degustación de gastronomía y cultura

Toledo, una degustación de gastronomía y cultura

La imperial Toledo, cuyo origen aparece envuelto en la leyenda, es la joya monumental y más entrañable reliquia artística cultural de toda Castilla – La Mancha.
Desde la plaza de Zocodover, de pintoresco atractivo, bajo cuyo cielo revolotean cien palomas al paso de paisanos y turistas, hasta las ruinas de la antigua judería, toda una vieja ciudad medieval acoge el conjunto monumental toledano.
En sintonía con tanta maravilla, Toledo y sus pueblos han sabido cuidar celosamente su riqueza culinaria impregnada de sabores legados por las culturas hispano-romanas, cristiana, judía y musulmana, que encuentran feliz complemento en los recios vinos toledanos nacidos de unas viñas que se enseñorean entre los campos de labor y las dehesas.

La comarca de los montes alberga su gran reserva cinegética y entre otros platos típicos, su cocina tiene el gran mérito de preparar las piezas de caza como en ninguna otra parte. La especialidad la tienen en la perdiz estofada, las codornices y en la preparación de la carne de ciervo, aderezada con el aromático laurel y el oloroso tomillo.
Por todo su territorio y en común con las otras provincias manchegas, la tortilla, la sopa de ajo, el cordero, las judías con liebre y el queso, pero es el mazapán quien le da nombradía y fama, mereciendo el honor de tener su propio museo en la localidad toledana de Sonseca.

He aquí la vieja Venta de la que tu estómago saldrá fortalecido y en la que, tal vez, hallaron refugio y sustento un Hidalgo manchego y el bueno de Sancho, su escudero, quien, a no dudarlo, daría cumplida cuenta de más de un plato cocinado con las piezas abatidas por pícaros o desocupados, hombres de zurrón, escopeta y perro, dedicados al alegre ejercicio de la caza.

catedral-transparente-autor-la-magia-de-la-luz

Catedral de Toledo, transparente. Autor, Ignacio Pomar Gomá

Reflexiones cinegéticas

Hoy, como ayer, Toledo tiene en muchos de sus platos como elemento común, la caza menor. Un capítulo gastronómico que le da carácter de cocina recia, sabrosa, campestre y pastoril, adaptada en cada lugar a sus tradiciones y costumbres, con resultados y gustos diferentes y hasta sorpresivos, en cada olla, en cada lugar…
Es pues, sin duda, nuestra perdiz roja la reina de las especies de caza menor, a la que le siguen la codorniz, el conejo, la liebre, amén de otras de pelo y pluma menos codiciadas.
Para saciar el apetito, vamos tras esas perdices y algunas otras liebres y conejos que después se sustancian en la mesa.

por-la-calle-angel-toledo-autor-jose-luis-rodriguez-holgado

Por la calle Ángel, Toledo. Autor, José Luis Rodriguez Holgado

Deliciosas recetas con sus pertinentes consejos

PERDICES A LA TOLEDANA
Para evitarse ese trance que tiene un par de narices, voy a poner a tu alcance cómo guisar las perdices.
Plumas, pelo y perdigones no deben dejar señales; no sólo son las perdices, palomas y gorriones, palominos y pichones, las liebres y codornices, conejos y gazapillos, y otros muchos animales que ni cito ni comento, irán a los comensales de pluma y de pelo exentos.
Aplícate, pues, el cuento, porque estos conocimientos son del todo elementales.
Cuando estén limpias, se embridan con un delgado bramante, se sazonan al instante con sal, por fuera y por dentro, y es oportuno momento para dejarlas echadas en sartén con buen aceite hasta ponerlas doradas.
Después, sácalas, ponlas aparte en cacerola o en olla y en el aceite que usaste pon cortada una cebolla – mejor que gruesa, delgada -, unos ajos aplastados, unos granos de pimienta, teniendo además en cuenta que de orégano y tomillo deben ir acompañadas las otras cosas citadas hasta quedar la cebolla debidamente dorada.
El todo, vierte al momento, sobre las tiernas perdices, agregando al condimento – según la receta dice y tú has de fijar en mente -, vino blanco, buen vinagre y agua clara de la fuente y con lentitud cociendo se pondrán tiernas y a punto, para luego irlas comiendo.
Cuando las sirvas, entiendo que debes desembridarlas pues no es de buen gusto darlas para irlas consumiendo con cuerdas, hechas un fardo, pues si hay algún comensal indiscreto y charlatán, te dirigirá algún dardo envuelto en su verborrea que hiere, duele y marea, queriendo inquirir razones del por qué su perdigón fuese con cuerdas fajado para ser escabechado, sin mediar explicación. De alas y patas atado, tras matarlo la escopeta, no explica tu decisión; te dirá, asistido de razón, que el método utilizado mucho más está indicado para un palomo ladrón.

JUDIAS CON LIEBRE
Las judías, según costumbre, cocerás en buena lumbre y sin cometer destrozos partirás la liebre en trozos que pondrás en una olla con buen aceite dorado y, finamente picadas, unas jugosas cebollas y atados en manojillo, perejil, laurel, tomillo rociando el todo con vino quedando el guiso ultimado con sal, que echarás con tino, una pequeña guindilla unos ajos troceados, vinagre – tres cucharillas – y luego, un buen añadido del caldo de las judías que a fuego lento han cocido.
Taparás luego la olla de la siguiente manera: poniendo un papel de estraza entre olla y tapadera y en ebullición muy lenta ponla al fuego y ten en cuenta que veinte minutos antes de que la liebre está a punto has de agregar las judías para ultimar el conjunto.
Luego, coge de pan un pedazo y antes que una aguja enhebres – tengas o no tengas tino,- podrás darte el gran gustazo de comer judías con liebre regadas con un buen vino.
La especialidad del plato la tiene un manchego nato con coto en Almuradiel.
Erase un cabo furriel, cojo por salto de valla que a su profesión es fiel y entre pucheros batalla.

MAZAPAN
De antiguo tres siglos dan los doctos historiadores, que el manchego mazapán a la mesa, presta honores.
Almendra, azúcar y miel en los hornos artesanos de los pueblos toledanos se funden para ofrecer a quien sea, o no, goloso, saborear con placer tras un condumio copioso con el que ahuyentar el hambre un manjar que sabe a gloria, que tildan de oscura historia y discutida raigambre, pues si hoy dicen que es semita se afirma, otro cualquier día, que es árabe o es judía, pero me apuesto una mano que cortareis, de dedo a dedo, a que es de La Mancha, hermano, el mazapán de Toledo.
Moldeado en figuritas, comerlo es mi gran placer por Reyes y Navidad, en fiestas tradicionales y siempre, de vez en vez, en las tardes invernales, al tiempo que veo caer – como divino maná -, lluvia por los ventanales, en tanto, que junto al fuego, que atizo con viejos leños, leo, como, duermo y sueño que el mundo es un mazapán del que soy único dueño.

mazapan-autor-tamorlan

Mazapán. Autor, Tamorlan

Si queréis conocer Toledo en todo su esplendor, os propongo vivir esta experiencia: Toledo. Tour monumental de las Tres Culturas


Un artículo de Antonio Bellón Márquez


Bibliografía y fuentes de información:
– Diccionario General de Cocina. Muro, Ángel.
– Historia de la Gastronomía Española. Martínez Llopis, Manuel.
– Efemérides cervantinas. Cotarelo y Mori, Emilio. Revista de Archivos, 1905.
– Estudios cervantinos. Rodríguez Marín, Francisco. Atlas, 1952.


Fotografía de portada: Panorámica de Toledo. Autor, Diliff

Publicado el 1 comentario

Alcaraz, la ciudad de las dos torres

Se encontraba Alcaraz entre las ciudades consideradas de alto rango. Pero durmió durante demasiado tiempo a la sombra de su propia historia. Tuvo un pasado denso, repleto de sucesos bélicos, que cuentan la dureza con la que se forjó la localidad y también sus momentos dulces, cuando la fabricación de alfombras era prestigiosa en todo el mundo.
Ahora muestra orgullosa su conjunto monumental e intenta revivir mejores tiempos aportando una oferta turística y de servicios para los enamorados de la historia y del arte.

campos-de-alcaraz-autor-pepe-gomez-blasi

Campos de Alcaraz

La decadencia histórica de una ciudad siempre es explicable; obedece a un sinfín de factores y circunstancias difícilmente apreciables sin la distante mirada que ofrece el paso del tiempo. Pero en Alcaraz no deja de ser paradójico este fenómeno, más si cabe teniendo en cuenta que aún hoy se sitúa en un enclave geográfico privilegiado desde el punto de vista de las comunicaciones. Aposentada entre las estribaciones de la sierra que lleva su nombre, Alcaraz es un paso casi obligado para las carreteras y caminos que suben desde el norte andaluz y las que se acercan a Levante desde La Mancha.
Su historia se remonta a tiempos prehistóricos como demuestran las pinturas y restos neolíticos hallados en el cercano yacimiento al abrigo de los Batanes. Durante su existencia íbera respondió al nombre de Urcesa, hasta que la presencia musulmana llegó a la península. A partir de aquí comienza a denominarse Al Karrash, de donde ha derivado el actual nombre. Fueron los árabes quienes concibieron la construcción del castillo del que en la actualidad se conservan escasos restos. A partir de entonces se sucederán hechos violentos que jalonarían toda la historia de Alcaraz.

restos-del-acueducto-al-fondo-restos-del-castillo-autor-santiago-lopez-pastor

Restos del acueducto. Al fondo restos del castillo

Uno de los primeros fue el protagonizado por Ordoño II, el cual asoló la ciudad en el año 900. La etapa cristiana se inicia con la toma de la villa por el rey Alfonso VIII en 1213, quien la convierte en uno de los enclaves estratégicos más importantes para conseguir la reconquista del reino de Murcia. Desde allí podían enviarse ejércitos, intendencia y tropas de refresco tras los choques en la frontera. Tanta fue su importancia que aquí se reunieron en el año 1265 dos soberanos, conocidos por los sobrenombres de El Sabio y El Conquistador. Si, se trataba de Alfonso X, rey de Castilla, y Jaime I, monarca de Aragón, que se entrevistaban para hacer la repartición de las tierras que iban a conquistar al moro.
Es así como se inicia uno de los periodos de mayor brillantez de esta localidad, que se prolongaría hasta la desaparición del peligro musulmán y con ello del valor estratégico del lugar.
Alcaraz ya había recibido Fuero y Concejo por concesión real, y más tarde, en 1429, se le concedió el título de ciudad. En el año 1470 sería cedida por Enrique IV al marqués de Villena, quien la perdería en favor de los Reyes Católicos. No fue cedida ni graciosamente donada la ciudad por el marqués, sino literalmente perdida en aquellos tiempos en los que Isabel y Fernando se esforzaban por disminuir el poder señorial. El noble opuso gran resistencia en muchas de sus plazas, como Alarcón o Belmonte, pero los habitantes de Alcaraz se alzaron a favor de los monarcas. Este episodio marcaría el fin de la gestación de la ciudad, que después viviría años de florecimiento.

calle-mayor

Calle Mayor

El siglo XVI significa para la ciudad el renacimiento tanto en términos de prosperidad, como artísticos. Es la época en que Carlos I cede el señorío de Alcaraz a Isabel de Portugal, concretamente en el año 1526. Se dispara el crecimiento urbanístico y surgen muchas construcciones de carácter monumental. Se deja sentir la prosperidad económica apoyada en varias decenas de telares en los que se fabricaban alfombras y tapices de gran prestigio en todo el mundo. Algunas muestras de soberbia confección salidas de aquellos talleres se conservan hoy en día en el Museo Metropolitano de Nueva York y fueron expuestas en la Exposición Universal de Sevilla en el año 1992.
Con el paso de los siglos esta antigua industria artesanal entraría en declive al tiempo que comienza a acusarse la decadencia de la localidad, que ya a mediados del siglo XIX, con la segregación de la provincia de Albacete de la de La Mancha, culminaría su paso hacia un profundo sueño.

las-dos-torres-autor-jcastedo

Las dos torres

detalle-en-la-torre-del-tardon-autor-rosa-y-rafa

Detalle en la torre del Tardón

Alcaraz se encuentra plagada de edificaciones levantadas en el siglo XVI que constituyen un conjunto monumental formidable. Para muchos el mayor exponente es la Plaza Mayor, de planta rectangular y proporciones absolutamente armónicas, ideada para involucrar en ella la vida activa de toda la ciudad, como muestran sus tres lonjas, los espacios abiertos y las dos torres, la del Tardón y la de la Trinidad.
La torre del Tardón fue construida a mediados del siglo XVI, es renacentista y su planta es de forma hexagonal, aunque no regular. Su altura está repartida en cuatro cuerpos en los que se aprecian los trabajos del escultor y arquitecto nacido en la villa, nada más y nada menos que Andrés de Vandelvira. Posee un campanario que era de alarmas y avisos, y como tocaba de tarde en tarde, la voz popular la bautizó con su actual nombre. Junto a ella, la torre de la Trinidad, del mismo siglo y planta cuadrada, de aspecto más sólido. El conjunto formado por estas dos torres posee un toque de genialidad y frescura poco frecuentes.

portada-de-la-iglesia-de-la-santisima-trinidad-autor-agustin-puig

Portada de la iglesia de la Santísima Trinidad

La lonja de Santo Domingo se extiende a un lado de la plaza con su galería y sus arcadas, guardando en su interior una sala municipal de exposiciones. Ayudan a cerrar este espacio la lonja del Ayuntamiento y la de la Regatería, mientras el ángulo se completa con el llamado Arco de la Zapatería.
Hay muchas obras interesantes, como la iglesia de la Santísima Trinidad, a la que pertenece la torre del mismo nombre, con portada gótica y capilla renacentista, y muchas otras de siglos posteriores, entre las que se encuentra la iglesia de San Miguel Arcángel. O muy anteriores, como los restos del castillo y del acueducto. No lejos nos encontramos con el santuario de la venerada Virgen de Cortes.
Afortunadamente todo el caudal arquitectónico de Alcaraz se encuentra en buen estado de conservación y, como cabeza de partido, lidera los planes de desarrollo turístico, que fomentan el cuidado de su patrimonio.


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©


Fotografía de portada: Plaza Mayor. Autor, DavidDaguerro

Publicado el 1 comentario

La Fiesta del Pimiento o el fruto de todo un pueblo: Villanueva de los Infantes

pimiento villanueva de los infantes

El fruto: Pimiento Infantes

Villanueva de los Infantes es uno de los municipios de la comarca del Campo de Montiel donde se produce de forma especializada pimiento de plena estación.
Los agricultores de esta comarca han desarrollado de manera tradicional una horticultura de regadío al aire libre, basada fundamentalmente en el cultivo del pimiento de estación. La superficie del pimiento contaba a principios del 2000 con unas 180 ha y en 2011 en torno a 200 ha, que se ha incrementado en los últimos años, lo que significa alrededor de un 25% de la superficie total dedicada al cultivo del pimiento en la provincia de Ciudad – Real, siendo el principal producto hortícola de la zona y ocupando en numerosas localidades más de la mitad de la superficie dedicada al cultivo de hortalizas. La producción es canalizada a través de uno de los principales centros de recepción de la zona, la Sociedad Cooperativa «La Moraleja», creada en 1983 y ubicada en Villanueva de los Infantes.

El vegetal empleado por los agricultores de esta comarca se corresponde con un ecotipo, procedente de la mezcla de dos variedades: De Pico y Morro de Toro, que a lo largo de los años han ido aproximándose, conformando una variedad local que proporciona plantas de altura media entre 40 y 45 cm y frutos de gran tamaño y carne gruesa cercanos al tipo Lamuyo. Pimiento Infantes, un pimiento cascudo que pretende lograr por si solo la indicación geográfica protegida para una hortaliza con cualidades diferenciadas y únicas.

Pimiento Infantes

Pimiento Infantes

La recolección de este fruto, en algunos casos, comienza a finales de agosto, aunque el mayor volumen se recolecta en septiembre. Esta recolección suele ser escalonada en el 97% de los casos con un número de pases que varía en función del color de los frutos que se deseen recolectar y de la superficie que se cultive, esto es, si se desea recolectar pimiento rojo se da un menor número de pasadas para dar tiempo a que se alcance un mayor grado de maduración y desarrollo de la pigmentación roja. El mayor interés en la recolección del pimiento rojo es debido a su mejor precio en el mercado.

La llegada de heladas a principios de octubre en algunos años acorta el periodo de recolección, llegando a producir pérdidas de hasta un 40% de la producción. Los rendimientos se sitúan mayoritariamente entre 30 y 40 t/ha.
Sobre el año 2000 las producciones medias canalizadas a través de la S.C. “La Moraleja” se situaban entre 2 y 3 millones de kilos con unos porcentajes de frutos rojos próximos al 55%, de frutos verdes del 30% y un 15% de destrío. En la campaña 2011 la producción, de excelente calidad, rondó los 3 millones de kilos. En líneas generales el 70% de la producción comercializada por la Sociedad se destina a los mercados para su consumo en fresco y el 30% restante, siempre de inferior categoría, suele destinarse a la industria conservera.

Los principales mercados del pimiento de Villanueva de los Infantes y el Campo de Montiel se encuentran en Mercamadrid, la Comunidad Valenciana, el País Vasco y Andalucía, y en los últimos años zonas como Jerez, Zamora, Burgos, Extremadura, etc.

Jornadas Nacionales de Folclore. Autor, Balcón de Infantes

Jornadas Nacionales de Folclore. Autor, Balcón de Infantes

El origen de la Fiesta del Pimiento

El 7 de septiembre de 2003 la, por entonces, Asociación de Empresarios Turísticos de Infantes (TURINFA) organizó en la Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes, con la colaboración del M.I. Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes un pisto gigante para tres mil personas. Un hecho insólito que sirvió para celebrar el I Día del Pimiento con el eslogan publicitario ¡Vaya Pisto!, con la colaboración de unas 40 empresas y distintas asociaciones y colectivos de voluntarios. En aquel primer pisto se consumieron 500 kg de pimiento, 400 de tomate 120 de panceta , 75 litros de aceite, 9 kg de sal y 5 de azúcar, que se cocinarían en una gran sartén de 4 metros de diámetro, fabricada en los Talleres Gildo de Villanueva de los Infantes. Desde la propia TURINFA se reconoció que la clave del éxito de aquella celebración fue la generosa respuesta de toda la gente de Villanueva de los Infantes, un pueblo admirable con una gran camaradería. ¡Ojalá haya un antes y un después de este día!, frase en la que se encerraba el deseo de que la «hazaña» tuviera continuidad. Una jornada festiva como soporte sobre el que reivindicar el futuro, el desarrollo y los excelentes productos tanto de Villanueva de los Infantes como del Campo de Montiel.

Ese primer año la dimensión folclórica y musical la puso el grupo «Refajos, blusas y boinas».

Al año siguiente, 2004, cambiaría el escenario de las II Jornadas Día del Pimiento, que a partir de entonces se vienen celebrando en el magnífico entorno de la Plaza de la Fuente Vieja y que se complementarían, por aquel entonces, con las I Jornadas Nacionales de Folclore Campo de Montiel con la organización y participación de la Asociación de Folclore y Tradición Cruz de Santiago, Asgarbe, de Historia y Arqueología, y la Asociación Amigos del Campo de Montiel. A todo esto se añadiría el I Mercado Medieval por las calles y plazas principales de Villanueva de los Infantes. Un maridaje de celebraciones que dieron desde el comienzo un excelente resultado prolongado hasta nuestros días.

Cocinando el pisto gigante durante la celebración del año 2010. Autor, Balcón de Infantes

Cocinando el pisto gigante durante la celebración del año 2010. Autor, Balcón de Infantes

En el quijotesco año de 2005, con la celebración del IV Centenario de la publicación de la primera edición de «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha», se cocinaron nada más y nada menos que 1000 kg de pimiento, 700 de tomates, 350 kg de magro de cerdo, 200 litros de aceite de oliva y unos 1500 litros de vino, para consolidar la fiesta en su tercera edición.

El Mercado Cervantino, como correspondía a la celebración, fue procurado por la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha y contó con la presencia de algunos otros pueblos de la Ruta del Quijote, mientras que TURINFA distinguía como «Lugareño del Año» a Francisco Parra Luna, coordinador del equipo multidisciplinar de la Universidad Complutense, que estuvo acompañado por sus compañeros de trabajo en el estudio “El lugar de La Mancha es…”
Años más tarde TURINFA, transformada ya en la Asociación para el Desarrollo Turístico y Empresarial de Campo de Montiel, continua organizando esta celebración, junto con el resto de asociaciones, que llega ya a la XIV Edición de la Fiesta del Pimiento, XIII Jornadas Nacionales de Folclore Campo de Montiel y XIII Mercado Cervantino.

Este año, 2016, la fiesta se enmarca además en los actos conmemorativos del IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes.

Mercado Cervantino. Autor. Balcón de Infantes

Mercado Cervantino. Autor. Balcón de Infantes

El pisto más grande del mundo

A mediados del mes de julio de 2016, la directora general de Turismo del Gobierno regional, Ana Isabel Fernández, el coordinador del IV Centenario, Gabriel González, el alcalde de Villanueva de los Infantes, Antonio Ruiz y el presidente de TURINFA, Antonio Javier del Águila, presentaron en Madrid, la iniciativa de Villanueva de los Infantes para batir el próximo 4 de septiembre el récord Guinness, con el pisto más grande del mundo, que en la actualidad ostenta Disney, con un ‘ratatouille’, plato francés elaborado también con hortalizas, de 563 kilos.
Todos se mostraron convencidos de batir el Récord Guinness del pisto más grande del mundo, ya que, aunque es este año el que han decidido presentar el pisto al Guinnes Word Récord para obtener el reconocimiento oficial, Villanueva de los Infantes lleva trece años elaborándolo como eje de sus fiestas del Pimiento.

El pisto gigante de Villanueva de los Infantes será elaborado con más de 2.000 kilos en crudo de carne, tomate, aceite, sal y pimiento, la base fundamental de esta receta que aspira a superar los 600 kilos. Este pisto manchego se cocinará de manera tradicional, durante casi cinco horas, en una sartén de más de cuatro metros de diámetro, con la colaboración de diez cocineros voluntarios que darán su toque personal a este plato típico de la región.

Paseando por Villanueva de los Infantes. Autor, Jose Antonio Gimenez López

Paseando por Villanueva de los Infantes. Autor, Jose Antonio Giménez López

____________________________
Un artículo de Clemente Plaza Plaza
Cronista Oficial de Villanueva de los Infantes

Publicado el 2 comentarios

Tiempo de vendimia y vinos

portada viñedo La Mancha

La alegría de la vendimia 

El campo es lo mejor de La Mancha, las huertas y los rosales, las albercas y los mirtos, las sementeras de surcos paralelos y los trigales dorados que encierran el milagro del pan. En estas tierras está el esfuerzo gozoso de la reja en los barbechos y el sudor fecundo de la siega estival, los anhelos de la sequía y las zozobras del granizo, y en septiembre, la más colorista de las labores: el regocijo de la vendimia otoñal.
Tan bella es la tarea, que tienta a los pintores y a los poetas de todas las épocas, desde el siglo XII, en que Juan Lorenzo de Astorga, admirador del ‘bon vino’ curado en odres leonesas, escribe su famoso Poema de Alexandre, hasta nuestros días.
Y es que de todos los afanes del campo ninguno es tan jovial y jocundo como la vendimia. Una tarea grata y sonora, plena de cantares y de juegos, olorosa a racimos que estallan entre el albear de las sonrisas manchadas de mosto. Al poeta le encanta la visión de las cepas, y exclama:

Tengo flores, frutales y viñedos,
y es de ver la delicia con que exprimo
la otoñal opulencia de un racimo
para que el jugo corra por mis dedos.

En los tiempos paganos, el acto de la vendimia alcanzaba honores de rito, y hasta el plantar la viña revestía caracteres sacros, según vemos en los viejos grabados. Y hasta el frío Meléndez Valdés se siente tentado por el gozo del tema:

Ya dió alegre el fresco otoño
la señal de la vendimia,
y a su voz redobla el eco
por los valles y colinas.
Las cestas, pues, se preparen,
ordénense las cuadrillas
y al campo salid gritando:
¡honor al dios de las viñas!

La vendimia, o El Otoño. Francisco de Goya y Lucientes. 1786

La vendimia, o El Otoño. Francisco de Goya y Lucientes. 1786

Pero dejemos a los poetas y digamos algo concreto de la recolección de la uva.
Los vendimiadores, hombres y mujeres, se levantan con el alba de septiembre, cargan las banastas y los hocinos, y ponen rumbo a la viña distante. Cuando llegan a la viña, verde mar de pámpanos manchegos, descubren los disciplinados millares de cepas colocados en filas marciales.
Y empieza la vendimia, entre la umbría de las hojas y la fragancia de los racimos. ¡Qué gusto cortar y cortar racimos, maduros y apretados, blancos y negros!

Que no quede ni un racimo
que se escape a vuestra vista,
que no corte vuestra mano
y el cuévano no reciba.

A veces, entre el cortar de los trinchetes y las coplas bulliciosas, los vendimiadores hacen un alto en la tarea para clavar los dientes nacarados en la pulpa jugosa de las uvas:

Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie,
más de cuatro quisieran
que las manchase.

Corte del racimo. Autor, sabersabor.es

Corte del racimo. Autor, sabersabor.es

Y los vinos…

La constancia, la entrega, los cuidos culturales, la unión perfecta de ciencia y tradición se dan cita en la viña y luego en el lagar. El hombre, en la bodega, exento de rutinas aplica nuevas técnicas a mostos bondadosos y surgen, poco a poco, aromas de esperanza que anuncian, un año más, los nuevos vinos de La Mancha:

Blancos: se caracterizan por ser pálidos, afrutados, aromáticos, moderados de alcohol, algo ácidos y frescos. Sus cualidades de frescura y aromas tienen su máxima expresión al ser consumidos en su primer año.

Beberlo me da alegría
lo sorbo, lo paladeo,
alegra la vida mía,
ningún otro lo deseo,
con él caigo en dulce calma
o en los brazos de Morfeo.

Rosados: vinos coloreados en tonos rosas, poseen matices afrutados y caracteres sensoriales en los que sobresalen la ligereza, suavidad y frescura, una graduación media y acidez moderadamente alta, rico en fragancias y aromas. Ocioso es decir que priva.

Sorberlo te da la vida
al tiempo que si te embromas
dándole al codo cien veces,
olvidas penas con creces.

Tintos: estos vinos se adornan de un bonito color rojo-guinda. Ligeramente astringentes, obsequian con el encanto del aroma frutal de la uva cencibel y garnacha.

Tinto bebo porque quiero
ingerir grados de humor,
no traicionar el amor,
tocar la Gloria en el suelo
o al morir.. !seguir bebiendo en el Cielo!.
Realmente no se puede pedir más al contenido de un vaso.

Uva tinta. Autor, sabersabor.es

Uva tinta. Autor, sabersabor.es

Dice, con gran acierto, el escritor Pedro Barceló que “el vino fue creado para sembrar alegrías, fortalecer amistades, amansar pesadumbres, armonizar ruidos, fecundar soledades, detener relojes, multiplicar lunas, romper calendarios, esclarecer cerebros y enhebrar corazones”, pero siguiendo los sabios consejos del emperador Apuleyo, permitasenos refrescar no sólo el vino, sino la memoria de algún inocente bebedor:

La primera copa es para la sed.
La segunda, para el placer.
La tercera, para la alegria.
La cuarta, para la locura.

Barricas en Bodega Perales. Tomelloso. Autor, sabersabor.es

Barricas en Bodegas Perales. Tomelloso. Autor, sabersabor.es

“Apenas suena el gallo
despertador de las tinieblas ciegas,
y la causa no hallo
que estar las cubas y bodegas
junto a los gallineros
que el tufo les oprime los galgueros.
…pese a tal !como consuela
el aromático tufo
que sale de la bodega.!
¡Hay tal dicha.! Salto, bailo,
pues si tal braveza engendra
solo el Olor. ¿Que hará el gusto?.”
Lope de Vega


Un artículo de Antonio Bellón Márquez ©


De enoturismo en La Mancha.
Ciudad de paso y estrechamente vinculada a la Mesta desde época medieval, Tomelloso es hoy uno de los principales centros productores de vino en la región con Denominación de Origen. La ciudad retiene todavía una amplia tradición artesanal, que se aplica en dosis iguales de esmero, mimo y profesionalidad a sus productos más conocidos: el queso manchego, el vino y la rica gastronomía local.
Sin duda, una auténtica experiencia de enoturismo. El destino ideal para los que quieren descubrir los auténticos sabores que ofrece La Mancha.
Más información en Ruta del Vino por Tomelloso con Bodegas Verum

Publicado el 4 comentarios

El Queso Manchego: historias, curiosidades y anécdotas

queso manchego Montiel

Hemos realizado muchos viajes por esta maravillosa tierra manchega descubriendo poco a poco sus rincones, disfrutando del aire fresco que nos proporcionan sus espacios naturales, y saboreando su sabrosa a la par que sencilla gastronomía. A estas alturas creemos necesario un artículo que destaque la importancia presente y espléndido futuro del Queso Manchego, ya que siendo este queso el más representativo de España, con inigualables y peculiares características, tan valorado a nivel mundial, creemos que no es suficientemente conocido por el consumidor, dada la gran cantidad de queso que se comercializa como manchego y que no son más que tristes imitaciones. Estas líneas son un medio más para incrementar y mejorar el conocimiento de este extraordinario queso, tesoro gastronómico y alimenticio. Sería una satisfacción para nosotros que este objetivo se cumpliese.

Paisaje de La Mancha. Autor, Ricardo Fernández

Paisaje de La Mancha. Autor, Ricardo Fernández Quijada

Un poco de historia

Las características de La Mancha han constituido siempre un imperativo ecológico para la explotación del ganado ovino y por tanto para la elaboración de quesos, como prueba la existencia de varios yacimientos de la Edad del Hierro y del Bronce, en los que se han encontrado fragmentos de antiguos utensilios que sin duda sirvieron para la elaboración de quesos. Destacan dos queseras completas descubiertas en la Motilla del Azuer, Daimiel.
Es de suponer que todas las civilizaciones que han pasado por estas tierras, disfrutaron paladeando nuestro queso.
Por ejemplo, el pueblo romano que consumía quesos en gran cantidad, fomentó la elaboración de los mismos en todo el territorio hispano, pero muy especialmente en ‘Campo Espartario’, como ellos llamaban a La Mancha. Importante destacar que cada vez que los soldados romanos dejaban sus casas para ir a pelear llevaban consigo grandes provisiones de queso. Como el queso no se estropeaba con rapidez, siempre tenían una fuente de energía rica en proteínas y grasas bajo sus faldas masculinas. Esto habría marcado la diferencia con otros ejércitos, cuyos alimentos se pudrían pronto dejándolos débiles y hambrientos. Gracias al queso, entre otras cosas, quizás lograron ganar tantas batallas y expandir su imperio.

No solo de pan vives, mi buen Sancho. Autor, Eduardo Siquier Cortés

No solo de pan vives, mi buen Sancho. Autor, Eduardo Siquier Cortés

Estamos obligados a mencionar a Cervantes que en el Quijote cita varias veces el Queso Manchego y presenta a su héroe como un gran consumidor de él. Las alforjas de Sancho Panza siempre iban provistas de pan y queso. Para deleitarse es el capítulo “Donde se cuentan las bodas de Camacho El rico, con el suceso de Basilio El pobre”, se dice: “… los quesos, puestos como ladrillos enrejados, formaban una muralla…”.

Para terminar este resumen histórico se cuenta que un famoso ‘gourmet’ norteamericano había comentado que dudaba entre lo que le producía más placer: si tomar un buen Queso Manchego, con un tinto de la misma tierra, o si leer al Quijote, y que, al fin, había resuelto tan angustiosa duda, comiendo el queso, bebiendo el vino y leyendo el Quijote, alternativamente.

Queso Manchego

Queso Manchego

A mejor pasto, mejor leche y mejor queso

Por razón de ser La Mancha una región natural llena de contrastes, donde coexisten la sierra y la llanura, los pastos manchegos son de gran diversidad. Indudablemente, la calidad, riqueza, afrutamiento y perfume de la leche depende en gran manera de los pastos que las ovejas coman y esto lo conoce perfectamente cualquier ganadero y por supuesto el pastor, que debe elegir, en su lento caminar, los mejores y más selectivos pastos.
Los pastos imprimen a la leche un incomparable sabor que hacen que al transformarse en Queso Manchego, éste resulte tan excelente y con peculiaridades tan características y diferenciadas.
Otoño e invierno son buenas estaciones para los quesos de oveja y, por supuesto, éstos son extraordinarios con los primeros pastos de primavera. Por tanto, para conocer la fecha óptima para la adquisición de un queso, debemos partir del momento en que los pastos estén en el momento más adecuado y por ello la leche sea de la mejor calidad y con los más amplios aromas, sin olvidar agregar el tiempo que se tarda en hacer y madurar el mencionado queso.

Rebaño de ovejas. Autor, Boris Bartels

Rebaño de ovejas. Autor, Boris Bartels

La responsable de la leche: la oveja manchega

Con apariencia femenina y apacible las hembras, finas y estilizadas y sensación de fortaleza los machos; con sus extremidades adaptadas a lo largo de los siglos a la andadura por barbechos y rastrojeras, obligada da salvar los surcos que trazaron las viejas yuntas de mulas o ir entre las cepas buscando la pámpana o los granos sueltos que quedaron tras la vendimia; poco acostumbrada a sombras de dehesas y a ribazos refrescantes; habituada a beber agua pocas veces al día y a las más de ellas con grandes esfuerzos por parte de los pastores para extraer aquella de pozos o aljibes, ha ido formándose en su rusticidad, estando a la vez cada día más seleccionada tanto en la producción de leche para ese Queso Manchego fabricado por los propios pastores o por modernas industrias, como para producir esa calidad de cordero lechal que le ha dado fama internacional.
Por cierto, ¿sabéis por qué en todos los rebaños de ovejas manchegas se incluyen algunas cabras?. La oveja manchega no produce diariamente una gran cantidad de litros de leche. Con el fin de aprovechar al máximo esta leche para elaborar el queso, las cabras son las encargadas de amamantar o alimentar a los corderos recién nacidos.

Flor de cardo. Autor, Samuel Mederos Medina

Flor de cardo. Autor, Samuel Mederos Medina

Los detalles que marcan la diferencia

En la elaboración del queso tan importante es la materia prima empleada, como el tipo de coagulante o el tiempo de prensado, pero lo que definitivamente diferencia a un queso de otro son las condiciones ambientales y la maduración.
Respecto a la materia prima, la leche, su contenido graso, sus componentes aromáticos y su nivel proteico serán los factores que determinarán el proceso de fermentación y que diferenciarán perfectamente al Queso Manchego de los demás.
En cuanto a los coagulantes utilizados en la elaboración tan sólo son permitidos única y exclusivamente los cuajos vegetales obtenidos a partir de flores de cardo y los de procedencia animal. Los aditivos químicos están totalmente fuera de lugar.
Para alcanzar el sabor del queso, al mismo tiempo que se modifican su aspecto, textura y consistencia, son necesarias las condiciones óptimas de temperatura, entre los 14 a 17 ºC, que ofrecen las cámaras especialmente preparadas, bodegas o cuevas de La Mancha.

A tener muy en cuenta: el reglamento del Consejo Regulador de la Denominación de Origen establece que la venta de Queso Manchego sólo puede realizarse a partir de los dos meses de maduración. Esta regulación además de tener una muy clara vertiente sanitaria, que evita la comercialización de quesos donde todavía puedan sobrevivir algunos gérmenes patógenos, pone de manifiesto que es en esos dos primeros meses de maduración donde se desarrollan las principales reacciones que harán que el queso adquiera los rasgos característicos que lo distinguen como uno de los mejores del mundo.

Pleita para hacer queso. Autora, Berta Mancebo

Pleita para hacer queso. Autora, Berta Mancebo

Como anécdota muy curiosa os contamos que durante la década de los años 20 del pasado siglo en algunas zonas manchegas se prensaba el queso sentándose la elaboradora encima de las pleitas. Había pueblos en que si se hacían 20 quesos, venían 20 mujeres, cada una hacía un queso y después se sentaba encima durante 4-6 horas… Menos mal que pronto apareció la prensa Retamoso, un espectacular avance en esto del prensado.

A la hora de comer

El queso, como postre, cierra siempre una buena comida y a menudo se sirve para iniciar al estómago a comer de nuevo, como preludio a posteriores galanteos con la olla.
Como ‘tenteenpié’, en unión a otros alimentos engarzados a un simple palillo, os recomendamos, entre otros, este variado y atractivo surtido:

• Taquito de Queso Manchego, aceituna rellena de pimiento y anchoas en aceite o enrollada.
• Taquito de Queso Manchego, entre dos champiñones fritos.
• Taquito de Queso Manchego, un cuarto de huevo duro y un trozo de pimiento verde frito.
• Taquito de Queso Manchego seco (también puede ser en aceite), sazonado con nata, batida con mostaza y limón.
• Taquito de Queso Manchego, un mejillón cocido -sazonado de tomate frito- y una cebollita en vinagre.
• Taquito de Queso Manchego, aceituna verde rellena de anchoa y dos gambas pequeñas cocidas y montadas, puestas en cruz.

Y una de las joyas de la corona: la receta del queso ‘metío en aceite’. Tres cosas has de aportar: un buen queso, buen aceite y tiempo para esperar.
Sintiéndote picador de la torera Maestranza, con aguja de hacer gancho, puntillas u otro primor, pica el queso sin rubor y ocho o diez pinchazos lanza para que el oleo penetre por la corteza, a la panza. Bañado bien en aceite al trimestre aportará sabor, aroma y deleite.
Aprovechamos este apartado para realzar el papel primordial del Queso Manchego en la alimentación humana. Su bajo contenido en azúcares unido al aporte principal de la ‘caseína’ (proteína que tiene con un alto valor biológico), calcio, fósforo y vitaminas hacen de este queso un alimento muy completo, absolutamente saludable, sanitariamente perfecto y muy recomendable para todas las edades.
¡Buen provecho!

croquetas de queso manchego. Autor, cocinillas.es

Croquetas de queso manchego. Autor, cocinillas.es


El Queso Manchego también es una excusa para viajar y hacer turismo. Nuestra recomendación: Descubriendo el auténtico Queso Manchego 
Turismo gastronómico de calidad para los viajeros “Foodie” más exigentes


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

Publicado el 3 comentarios

Marchando una de cocina manchega

Cocina manchega

Yo no canto de Marte los furores
que el cañón me aterra el estallido,
ni del hambre y la peste los horrores,
ni los vanos impúdicos amores
del mundo corrompido.
Canto el placer más sólido y durable
que ofrece la existencia deleznable
en su curso apacible:
canto, público amable,
el mágico poder del comestible.
Giman enhorabuena
en las redes de amor de su sirena
los necios amadores,
no creo que el estómago se llena
con el humo fugaz de los amores.”
Vicente Sainz Pardo.

En la cocina de Castilla – La Mancha, de la que poco, o muy poco se sabe hasta que poblaron sus tierras las legiones de Escipión, se funden las distintas culturas de los pueblos que en ellas se asentaron, asumiendo el legado de sus costumbres culinarias, asociadas a tradiciones, gustos y sabores, al tiempo que se enriquece con lógicas influencias de las regiones limítrofes de las que nuestra región es ‘frontera de culturas’.
Si los romanos aportaron el ajo y el aceite de oliva, los árabes introdujeron el azafrán, la nuez moscada, la pimienta negra y la caña de azúcar. Después, con el descubrimiento de América, las cocinas se enriquecen con la patata, el tomate y el pimentón.
En la geografía culinaria hay que distinguir sus distintas peculiaridades. La cocina de La Mancha propiamente dicha, se nutre de productos de la tierra, del cerdo y sus derivados y de los platos que aporta la caza menor. De parecido corte lo es la madrileña, con el añadido de algunos preparados ‘castizos’, teniendo en el cocido su plato más representativo, en tanto que la gastronomía de Guadalajara está presidida por los asados, complementada con los platos que aportan fogones familiares de sus tres comarcas: Campiña, Sierra y Alcarria.

Flor de azafrán. Autora, Soledad Garcia Salas

Flor de azafrán. Autora, Soledad Garcia Salas

Las tierras de La Mancha, tierras de transición desde Castilla a la musulmana Andalucía, estuvieron siempre jalonadas, para el descanso y yantar de arrieros y caminantes, de posadas, ventas y mesones cuya cocina divulgó ampliamente Cervantes a través de su obra inmortal.
Una cocina popular celosamente respetada a través de los tiempos, basada en una fina observación y en la sabia experiencia de cada día con recetas que nos acercan entrañablemente al sentir y latir de esta tierra sencilla, humilde y prosaica en la que cada pueblo es puerta abierta al caminante.
La gastronomía manchega tiene su característica más definida en la sobriedad, con un extenso repertorio de platos populares que, en amplia mayoría, los dio a conocer Cervantes a través de El Quijote.
En las cazuelas madrileñas hay una gran influencia manchega, al estar la Villa y corte en el corazón de la Meseta. No parece, pues, ocioso, destacar conjuntamente, algunos de los platos más populares o característicos de la región. Destaca, en primer lugar, la ‘olla podrida’; de ella se deriva el famoso cocido madrileño, que lo es igualmente de La Mancha en un amplio sector de pueblos y aldeas.
Los ‘duelos y quebrantos’, el ‘tiznao’, el ‘salpicón’, los ‘galianos o gazpachos’, el ‘guiso de Bodas’, y los derivados de la caza menor gozándose todos ellos de gran vigencia, así como las ‘gachas’ y las ‘migas de pastor’, y con tradición igualmente pastoril, en la mesa, como aperitivo o como postre, se agiganta el protagonismo del queso.

Queso manchego al romero. Cooperativa de Ganaderos Manchegos, Tomelloso

Queso manchego al romero. Cooperativa de Ganaderos Manchegos, Tomelloso

En el capítulo de postres, los árabes nos legaron una deliciosa repostería y de los claustros monacales salieron recetas y secretos de exquisitos bocados y golosinas de tentación irresistible. Se llevan la palma el mazapán de Toledo, y la ‘bizcochá’ alcazareña, pero en las mesas tienen lucida presencia otros dulces y platos para el deleite y la caricia de los más exigentes paladares.

Tradicionales recetas del solar manchego que, desde viejos tiempos, vertidas al puchero, prestan calor al cuerpo entumecido de nativos y foráneos.
Sobria comida con la que nos agasajan manos hacendosas que manejan con sabiduría, ternura, mimo, diligencia y tiempo, fogones y pucheros que se ven reforzados con la nutricia aportación de cuatro venerables y Santos varones:

San Isidro nos da el pan
y San Andrés nos trae el vino.
San Antón pone el gorrino
y San Blas… ‘tó’ lo demás.

En este recordatorio, no olvidemos que a la hora del yantar cada guiso viene del brazo de unos vinos que riegan y realzan el sabor de cada plato.
Todos ellos están nacidos en cien pueblos manchegos para ser bebidos con calma, sin ritual alguno a la hora del yantar o del castizo y popular ‘tapeo’ que anima la charla y la tertulia y que, tal vez, preceden a un suculento gazpacho.

Vino de La Mancha. Autor, Thomas Leuzinger

Vino de La Mancha. Autor, Thomas Leuzinger

Ponte, pues, en camino porque La Mancha, en la grandiosidad de la llanura te ofrece algo más que un gozoso itinerario por senderos jalonados de posadas, ventas y mesones para degustar ollas y pucheros. Para gozo del alma se te ofrece una ruta de caminos con pueblos, paisajes y molinos.
Para gozo del cuerpo, jamás te negarán posada y pan. Y a ti, afortunado viajero que en breve y sustancioso viaje cruzaste los caminos de esta tierra y has degustado paisajes, platos y vinos que son referencia permanente de un Hidalgo Caballero y del realista y bueno de Sancho, a la par que has dejado en estas soñadas tierras la huella de tu paso, une mi ruego de que no aparques en el desván del olvido esta parcela sin linderos, por siempre abierta al forastero, para sellar afectos y compartir de nuevo el pan y el vino de la amistad.

Nuestro ajo morado. Autor, Juantiagues

Nuestro ajo morado. Autor, Juantiagues

____________________________
Fotografía de portada: Una postal de Almagro. Autor, Manuel
____________________________
Bibliografía y fuentes de información:
– Don Quijote de La Mancha. Centro Virtual Cervantes. Instituto Cervantes.
– Vinos, platos y recetas. Miguel Espadas.
– La Vid y el Vino de La Mancha. 1963. Sixto Fernández.
– Hombres, lugares y cosas de La Mancha. Fascículos VIII y XLIII. Rafael Mazuecos.

Publicado el 1 comentario

Contrastes de La Mancha

Contrastes de La Mancha, Karmen Costa

Las inmensas llanuras de La Mancha, que se extienden hasta donde el ojo alcanza, atraen el interés precisamente por su propia desnudez e inmensidad, y poseen, en cierto grado, la grandeza solemne del océano. Al recorrer esos baldíos inmensos, la vista capta, aquí y allá, un sinfín de lienzos…

… de secano

La Mancha no tiene sombras. No tiene agua. Sus ríos sólo se llenan cuando está bien entrado el otoño y el agua que no se filtra por su subsuelo calizo se seca apenas llegan los primeros calores.
Las lagunas se convierten en desoladores platos salinos al comenzar el estío. El clima es extremado. Nieva poco, pero hiela mucho. Tras los días turbulentos de primavera viene el reseco verano, y cada día, bien temprano, recalentada la tierra, el aire tiembla sobre ella y la calima se eleva en el horizonte bajo un cielo abrasador, limpio, azul acerado.
En las siestas el silencio es denso y completo. Todo duerme y calla amodorrado como las ovejas del rastrojo amontonadas bajo la escasa sombra de una encina solitaria, triste y fuerte.
De cuando en cuando, el suelo se encrespa en tolvaneras que arrancan cardos y levantan nubes de polvo y vilanos en el trozo blanquecino del camino por donde antaño los borricos del yesero, con sus orejas gachas y sus fauces resecas, iban midiendo con los cascos la lejanía infinita.

Marea rosa en La Mancha. Autora, Gloria Castro

Marea rosa en La Mancha. Autora, Gloria Castro

El paisaje es pardo, como el hábito de San Francisco, y es blanco. Pardo ese barbecho que se prepara para ser mañana trigal. Parda la rastrojera arañada de cañas del trigal que fue. Pardo el chaparral lejano de hojas duras y punzantes. Pardo el bosquecillo de cardos que el mal barbecho dejó. Pardas las retamas, y las abejas que liban romeros, mejoranas y tomillos. Pardas las nubes que atronarán la siesta tormentosa perfumándola con acre olor a tierra mojada. Pardas las tejas de la lejana quintería, pero blancas sus paredes.
Blancas las ovejas y blanca la leche que será queso blanco y recio. Blanco el brocal del pozo perdido donde, con grandeza de rito en el inmenso templo de la llanura, el pastor bracea para sacar el zaque rebosante de agua que sorberán ansiosas, entre música de balidos y esquilas, las ovejas, mientras, en el bombo blanco, la abubilla clava el cu-cú de su canto sonoro.
¡Parda y blanca es la llanura seca! Parda como la corteza de los olivos que la tierra escarban con sus raíces y chupan, en lo profundo, el agua precisa para tornear sus aceitunas. Blanca como las entrañas del pan de trigo candeal hecho con chorros de sol radiante.
Parda, blanca, seca, polvorienta, grande… y a trozos tapada con el humilde melonar tendido; con el azafranal lívido los días del manto en la otoñada; con los barrocos bordados verdes de las viñas que arrastran.

Por las Lagunas de Ruidera. Autor, Juan Ángel Arias Cortés

Por las Lagunas de Ruidera. Autor, Juan Ángel Arias Cortés

… y de regadío

En la imponente magnitud de la llanura en la canícula, ¿no habrá más consuelo para el caminante sediento que el agua verdosa de la alberca y dura del pozo?
Aquellos picudos chopos en la raya de la lejanía, con el temblar de sus hojas, son los heraldos gozosos del oasis de un regadío de La Mancha. Tras ellos, los caminos, bordeados de olmos desigualmente esparcidos, parten y reparten la tierra blanda y húmeda en pequeños trozos, con profusión bendita y casi infinita. Hace tiempo, en cada uno, bajo la frondosa copa de un nogal o unas higueras, junto a la blanca casita, una mula vendada, cronometrando el tiempo con el tic-tac del andaraje, volcaba en la alberca, los cangilones de la noria moruna rebosantes de agua clara y fría.
Si, muy lejos, allá por Argamasilla de Alba, al agua se la tragó, avarienta, la tierra, por grietas y rendijas, para formar con ella una capa sumergida, potente y provechosa. Es aquí, donde resucita por innumerables pozos para reír y cantar. Ríe y canta, con su amigo el sol, en las regueras, entre las matas, al pie del membrillo, del manzano, del peral; esponja las verduras y las hortalizas, y a sus frutos los hace carnosos, sabrosos y abundantes; hace vicioso el patatar generoso; abulta el retorcido estuche de la judía blanca; carga de aroma el anís; refresca el gazpacho, el tomate y el vino tinto; por ella el panizo crece varonil y arrogante para ofrecerse a la dorada tarde y a los pícaros gorriones…

Membrillo. Autor, pepebarambio

Membrillo. Autor, pepebarambio

La Mancha en todo su esplendor. Para descubrirla os proponemos vivir estas experiencias con www.sabersabor.es

____________________________
Fotografía de portada de Karmen Costa