Otro aspecto a subrayar en Moral son sus encantadoras plazas, las cuales conservan toda la belleza de la época en que fueron testigos de la gran expansión de la villa. Es inevitable, por ejemplo, la visita a la plaza de la ermita de San Roque, y a la glorieta de Fray Julián de Piedralaves, donde se ubica la maravillosa ermita del Cristo de la Humildad, el único resto que queda del viejo convento del Santo Cristo datado en el siglo XIII.
Las encajeritas manchegas. Autor, Vicente Nieto Canedo
La otra maravilla de la localidad es la excelente Plaza de España o Plaza Mayor, donde se hayan pintorescos edificios que no carecen, en ningún caso, de un amplio interés para el turismo rural. Entre estos tenemos que destacar la artística parroquia de San Andrés, del siglo XIII y que durante tres siglos fue un fuerte con torre vigía de los monjes-soldado calatravos. Su fachada, reformada en los siglos XVI y XVIII, está considerada como uno de los grandes monumentos de la comarca. Su estilo predominante es el barroco, y aunque las reformas posteriores a su construcción tienen una particular importancia, no hay que olvidar los deliciosos elementos románicos y ojivales existentes desde su origen. En su admirable nave central, de curioso diseño, la iglesia guarda la pintura de «La Trinidad» realizada por Luis Tristán, uno de los más importantes discípulos de El Greco, y en cuya composición y estilización se encuentra la huella indiscutible del genial griego. También se conserva una preciosa copia de «El martirio de San Andrés», de Rubens.
Parroquia de San Andrés Apóstol. Autor, Jose Carlos Gómez
Sin embargo, la Plaza Mayor de Moral de Calatrava contiene también otros encantos, destacando de manera especial una espectacular casa particular del siglo XVII, cuyos dos escudos, situados bajo un curioso balcón en la planta superior, hacen suponer que en su origen se trataba de la famosa Casa de la Encomienda. Finalmente, no podemos olvidar citar el edificio barroco del Ayuntamiento, una importante muestra de lo que este estilo supuso para la localidad del Moral. Su presencia, en cualquier caso, embellece de manera exquisita una plaza de marcado carácter histórico.
Definitivamente, una visita a Moral de Calatrava supone todo un goce estético en cuanto a la contemplación de maravillas artísticas se refiere, añadiéndose además que éstas se encuentran en una pequeña extensión de terreno… y es que ya se sabe: lo bueno, si breve, dos veces bueno.