Te sorprenderá la gran oferta cultural y de ocio de esta gran ciudad
Bulliciosa y alegre para el comercio y la noche; tranquila y afable para el paseo; y sorprendente en su arquitectura, Albacete se levanta al este de Castilla – La Mancha como la “Nueva York de La Mancha”, tal como la describiera Azorín.
Cierto que las comparaciones son odiosas, y que la urbe americana es mucha urbe, pero, salvando las distancias, te sorprenderá la gran oferta cultural y de ocio de esta gran ciudad.
Aquí te ofrecemos algunas razones (podrían ser muchas más) para perderte por sus calles, plazas y jardines; visitar sus principales centros culturales; dejarse llevar por el bullicioso ambiente de sus comercios; y disfrutar de sus apreciados fogones.
Su arquitectura
Albacete es una ciudad para pasear. La gran llanura sobre la que se levanta hace que la visita no requiera grandes esfuerzos y sea completamente accesible.
Si algo caracteriza la arquitectura más monumental de la ciudad son sus obras de estilo modernista, fruto de la pujante burguesía de finales del XIX y principios del siglo XX.
La Plaza del Altozano es ideal como punto de partida para tu visita. A primera vista, sobresalen su fuente, sus bonitos jardines y los magníficos edificios que la rodean. En un lateral de la plaza, encontramos la Oficina de Turismo, bajo la cual está el búnker construido durante la Guerra Civil Española como refugio antiaéreo. En Albacete estuvo, precisamente, la base de las Brigadas Internacionales, cuya historia te espera en el Archivo Histórico, pegado a la plaza de la catedral.
Justo en el centro de la plaza encontrarás el entrañable Monumento al Cuchillero de Albacete. El Mochilero (como también se le conoce) es una estatua que homenajea a la figura de los viejos vendedores de navajas. Todo un clásico de la ciudad.
Aquí también puedes admirar el antiguo ayuntamiento, activo hasta 1986 y hoy en día, reconvertido en museo municipal de la ciudad, en el que vale mucho la pena entrar a ver su escalera o sus altos techos de madera. Presume además de escudo y reloj en su magnífica fachada.
Enfrente encontrarás la fachada del Gran Hotel, de 1915, y no lejos de allí la casa Cabot, de la segunda década del siglo XX, con una espléndida fachada de labrado barroquismo donde el artista ha dado rienda suelta a la mitología en caprichosas formas geométricas, esculturas y gárgolas, todo ello rematado por una cúpula azulada.
Son muchos y variados los edificios que enriquecen el patrimonio albaceteño, pero te dejamos aquí un ramillete de recomendaciones de imprescindible visita en este recorrido: la Posada del Rosario, un maravilloso caserón manchego; el Palacio de la Diputación Provincial; el llamado Casino Primitivo, cuyos lujosos salones han dejado el juego para dedicarse en pleno a la hostelería de grandes banquetes; el antiguo chalet Fontecha o el museo de la cuchillería.
Pero, sin duda, la gran joya de este itinerario es el pasaje Lodares, la galería comercial más bonita de España con diferencia. Un espacio emblemático de la ciudad, diseñado según el modelo italiano de galerías comerciales de finales del XIX, como un artístico pasadizo que corta un sólido edificio entre dos calles, con una maravillosa cubierta metálica acristalada, columnas y esculturas de estilo clásico y portadas de acceso enrejadas sobre monumentales fachadas, especialmente la de la calle sur.
Es el rinconcito más querido y apreciado por los albaceteños. Dentro encontrarás pequeños comercios locales, los de toda la vida.
Sus museos y espacios culturales únicos en el mundo
Algunos de los edificios que albergan los museos albaceteños más destacados ya merecen una visita por su arquitectura.
Es el caso de la Casa del Hortelano, una joya modernista de verdes azulejos y amplios ventanales, que alberga el Museo de la Cuchillería: una interesantísima muestra en torno al mundo de la navaja albaceteña de carraca y demás objetos de filo y corte, un taller artesanal y toda la información al respecto.
La industria de la cuchillería es una de las más importantes de Albacete y entendida esta importancia es normal que tenga un museo propio tan original, con piezas espectaculares y curiosas que te van a encantar.
Imprescindible visitar el Museo Municipal, que alberga a su vez el Museo Internacional de Arte Popular del Mundo con más de 10.000 piezas de todos los rincones del planeta; y el Museo de Albacete que nos descubre la historia de la ciudad.
Y la biblioteca de los Depósitos del Sol. Una biblioteca muy especial. Ubicada en el barrio de Carretas, y que destaca tanto por su gran cúpula azul cómo porque en su interior alberga un tesoro arquitectónico repleto de cultura.
Un espacio que da gusto observar en silencio.
Lo curioso es que este maravilloso lugar fue construido en 1921 con otro propósito muy diferente: como depósito de agua potable.
Su agenda cultural
La actividad cultural de Albacete no defrauda. La programación teatral, cinematográfica y expositiva cuenta con varios “centros neurálgicos” como la Filmoteca, la Casa de la Cultura José Saramago, el Teatro de la Paz o Ea! Teatro.
Y es imprescindible echar un vistazo a la programación del Teatro Circo, referente cultural y un espacio escénico único en el mundo.
El Teatro Circo de Albacete es un edificio con doble función de teatro y circo, inaugurado por primera vez en el año 1887 y que constituyó el primer y durante muchos años, único ejemplo de edificio con fines lúdicos y culturales, construido ex novo, con que contó la, entonces incipiente, ciudad de Albacete. Una joya arquitectónica preparada para acoger tanto funciones teatrales como espectáculos de circo, de ahí su nombre.
En 1985 bajó el telón, pero la adquisición del edificio por parte del Ayuntamiento lo puso de nuevo en escena en el año 2002.
Hoy, una vez te acomodes en su interior y mirando hacia la cúpula, puedes sentir literalmente las estrellas.
Desde el año 2008 se celebra el Festival Internacional de Circo de Albacete. Un plan muy pero que muy recomendable.
Su gastronomía
Como en otras muchas cosas, Albacete te sorprenderá por su cuidada y variada oferta gastronómica. Una oferta que destaca por su tapas, pinchos y raciones (de lo mejorcito del panorama nacional), y también por unos fogones cada vez más atrevidos pero que siempre se empapan de la tradición culinaria de estas tierras manchegas.
Los gazpachos manchegos, la caldereta de cordero, las gachas, el atascaburras, el “ajo mataero”, el asadillo las carnes de caza y los quesos no faltan en la carta albaceteña, y saciarán, junto con los vinos de la tierra, tu paladar viajero.
Su ambiente
Para disfrutar de esos sabores es imprescindible que te acerques a sus tascas “de viejo”, sus modernos cafés, sus cafeterías de toda la vida, sus cervecerías al uso… salir de tapeo, de cañas, o de vinos es en Albacete una tradición, una costumbre y, en tu visita, casi una obligación, si no quieres perderte uno de los ambientes más populares y amables de la ciudad.
La “zona” entre la Catedral y la plaza del Altozano te ofrece algunas de las mejores opciones. Así llaman los propios albaceteños a las calles con bares de tapas.
Las principales son las calles Concepción y Tejares. Tapeo por el día, vermú por la tarde y fiesta por la noche, si se alarga el tapeo o si eres ave nocturna. El ocio al caer la noche en Albacete es apuesta segura.
Sea la hora que sea siempre tendrás mucha vida y ambiente.
Por cierto, que las tascas, situadas en el paseo de La Feria, son el alma de la ciudad cuando llega el calor.
Y si lo que necesitas es descansar y pasear, Albacete es una de las ciudades con más zonas verdes de toda España. Entre ellas destaca el Parque de Abelardo Sánchez, el más grande de toda la región, céntrico y muy apacible. De paseos agradables a la sombra de árboles centenarios puedes disfrutar en el Parque de los Jardinillos, el más antiguo y uno de los más animados de la ciudad; en el Parque Lineal, levantado sobre el antiguo trazado ferroviario; en el Jardín Botánico; o en el de la Fiesta del Árbol, con su imponente Depósito de Agua (aunque nunca llegó a cumplir su función) que se divisa desde buena parte de la ciudad.
Su Feria
La Feria de Albacete es un referente festivo del panorama nacional. La diversión está asegurada. Diez días -del 7 al 17 de septiembre-, 24 horas sin tregua, en los que solo hay tiempo para la jarana y la alegría. Toda la ciudad se echa a la calle en un ambiente abierto y hospitalario, que tiene su epicentro en el recinto Ferial (conocido también como la Sartén o los Redondeles) que tiene su origen en el siglo XVIII.
Esta Sartén es una edificación única en el mundo, uno de los recintos feriales más antiguos de España, declarado Bien de Interés Cultural. Pero quizás lo que hace más especial a este ferial es que está “dentro” de la ciudad.
Cada año alrededor de 2 millones de personas pasan por Albacete; esta Feria es la fiesta que más días dura de toda España y una de las más multitudinarias.
Sea cual sea tu edad y tu ritmo, siempre encontrarás un plan apetecible y diferente. Si te gusta la fiesta, este es tu sitio.
En el recinto ferial (La Feria, a secas, lo llaman aquí) puedes pasar una jornada entera. Sin apenas moverte, puedes desayunar, almorzar, comer y cenar en diferentes restaurantes, puestos, carpas, terrazas; comprar gastronomía y artesanía; bailar, cantar o ver conciertos, masivos o reducidos, en diferentes escenarios; asistir a exposiciones, charlas, desfiles, presentaciones, espectáculos deportivos; disfrutar de las atracciones y juegos de feria… todo a cualquier hora y para cualquier edad.
¿Quedamos en el pincho?