Dentro del habitual despliegue de certámenes y festivales veraniegos en Europa, destaca especialmente por su prestigio y originalidad el Festival Internacional de Cine de Locarno. Este año celebra su 66 Edición durante los días 7 al 17 de agosto, con tres secciones competitivas abiertas y a cual más atractiva. Sin duda, la más popular es la que se organiza al aire libre en la Piazza Grande de la localidad, con espacio para 8.000 espectadores. Se trata de todo un homenaje a los añorados cines de verano que a mediados del siglo XX (época de la creación del Festival) eran la atracción principal en pueblos y ciudades para un público ávido de emociones fuertes. En la presente Edición podremos disfrutar de un total de 42 películas, entre las que destacan dos obras españolas: el nuevo filme de Albert Serra, Historia de la Meva Mort, y Costa da Morte, del gallego Lois Patiño.
Locarno es una bella y turística ciudad suiza a orillas del lago Maggiore, o lago Mayor, una enorme extensión de agua de origen alpino compartida conjuntamente por Italia y el cantón suizo del Tesino. El Lago Maggiore tiene una longitud aproximada de 54 km, mientras que la anchura media es de solo 4 km, por lo que su forma es la de una larga y retorcida lengua bajo las crestas nevadas de los Alpes. Rodeada de bosques lujuriantes y de localidades de evocadora belleza como Pallanza, Stresa o Arona, Locarno es en la actualidad una de las metas más frecuentadas y llamativas del turismo mundial. Para los que gusten de aprovechar bien el día entre proyección y proyección, pocas ciudades en Europa les ofrecerán la combinación perfecta de historia, naturaleza y belleza idílica como Locarno. Aparece por primera vez en escritos a principios del siglo IX, aunque se da por seguro que ya en época romana existía en el mismo sitio una ciudad importante con mercado y puerto a orillas del lago. Durante la Edad Media la comuna original fue disputada a partes iguales por el Imperio Romano Germánico y Milán. De esta última procedía la familia Visconti, quien hizo suya la famosa fortaleza (siglo XII) que hoy puede admirarse en la villa y que disponía de muros de protección, torres de vigilancia y hasta su propio puerto junto al Maggiori. El castello Visconteo sirvió como alojamiento de la guarnición local hasta la expulsión definitiva de los Visconti en 1513.
Estos son algunos de los atractivos más reseñables de la ciudad y su entorno:
Los Alpes nevados sobre el lago. Autor: Smannion
Amanecer en Locarno. Autor: Laurenz Bobke
El Locarno más medieval. Autor: Koen
1. Locarno. El atractivo principal de Locarno (del celta Loc-ar-on, que significa lugar junto a un lago) es sin duda su Piazza Grande, de imponentes dimensiones, caracterizada por unas fachadas señoriales y arcadas de estilo lombardo que le aportan en conjunto una maravillosa apariencia medieval. Un paseo por la Città Vecchia para admirar las antiquísimas casonas, los patios y callejones estrechos; visitar la Piazzetta delle Corporazioni o el castello Visconteo, actualmente museo arqueológico de la ciudad; o incluso contemplar el monasterio franciscano del siglo XIII en la localidad, son paradas obligadas para cualquier amante de los pueblos históricos y con sabor añejo. Locarno, en este sentido, no les defraudará.
Basílica de S. Vittore. Autor: Juergen.mangelsdorf
Vista del lago desde la ciudad. Autor: Fritztram
2. Santuario Madonna del Sasso. Este santuario se encuentra en Orselina, muy cerca de Locarno y del lago Maggiore, y es el lugar de peregrinación más famoso de la Suiza italiana puesto que fue allí donde la Santísima Virgen María se apareció a Fra Bartolomeo d’Ivrea en 1480. De estilo románico, fue renovado completamente en 1902 y su acceso puede realizarse de dos formas igualmente atractivas: en peregrinación, utilizando el Vía Crucis que desde la localidad más cercana sube hasta allí flanqueado por capillas típicas; o por medio de un funicular. Las vistas del lago y los valles alpinos desde el Santuario invitan a la paz y al recogimiento, y son sin duda un aliciente para la renovación y el fortalecimiento de la Fe Cristiana.
Primavera en Locarno. Autor: Basile23
Un rincón en el casco antiguo de la ciudad. Autor: Bbarblan
Todo preparado para el comienzo de la sesión. Autor: Loungerie
3. Valle Verzasca. Los primeros asentamientos en el valle Verzasca datan el período Neolítico (alrededor del 1.800 a.C). Para los amantes de lo misterioso destaca sin duda la Sass de Striöi, una roca con grabados de tazas, cruces y dos formas de pie cuyo origen se remonta al menos hasta el siglo VII a.C. La traducción literal del nombre de la piedra es “Roca de las brujas”.
Piazza Grande de Locarno. Todo preparado para el Festival de cine. Autor: Keepthebyte
Arquitectura extrovertida. Autor: David Pc
4. El Ferrocarril de Centovalli. Se trata de una línea de vía angosta de casi 60 km de longitud que conduce a lo largo de bellos paisajes alpinos por el Centovalli (Cien Valles) y el valle Viggezo. Su trazado atraviesa viaductos espectaculares y gargantas de gran profundidad, destacando además un variado repertorio de túneles, cascadas y sombríos bosques de castaños y hayedos. Es sin duda paseo obligado para los que deseen disfrutar por unos días del sosiego y las vistas montañesas de Locarno.
Vista del castello Visconteo. Autor: David Pc
Otra vista del castillo. Autor: Juergen.mangelsdorf
Embarcadero de piedra en el lago. Autor: Zigel
5. Parque Nacional Locarnese. Nacido como proyecto conjunto de 14 comunas y 13 comunidades en toda la región, puede accederse a este espacio natural a la altura de las islas de Brissago, en el lago Maggiore. Toda la región se encuentra repleta de bosques mágicos y paisajes de leyenda, a lo que se une un añejo sabor histórico y tradicional en sus aldeas perdidas o en la gastronomía que atesora este rincón de belleza inigualable (el embutido, los quesos y los platos preparados con castañas son típicos de toda la zona).
Locarno. Vista sobre el lago. Autor: Matthias Burch
De crucero por el Maggiore. Autor: Zigel
6. Islas de Brissago. Son un grupo de dos islotes ubicados en la parte suiza del lago Maggiore, al sur de Locarno. San Pancrazio es la mayor de ellas y alberga el único jardín botánico de Suiza existente en una isla. Su historia es muy peculiar y se inicia en 1885, cuando fue a instalarse allí la baronesa Antoinette de Saint-Léger para crear un rincón dedicado al arte y la vida mundanal (el escritor irlandés James Joyce estuvo alojado allí). Tras su venta en 1927 fue adquirida por el alemán Max Emden, que la vistió de plantas exóticas e hizo construir el edificio actual, la dársena y el baño romano. Allí, cada tarde y en compañía de bellas mujeres, el místico propietario se colocaba al borde del agua y lanzaba una moneda. La ninfa que tras introducirse en el estanque conseguía recogerla compartía esa noche su lecho. En 1949 las islas pasaron a ser propiedad del cantón.
Vista del santuario Madonna del Sasso. Autor: Capitán Jen
Una vista de cine de la Piazza Grande. Autor: Mbeo
Estrechas calles en el casco antiguo. Autor: Lyonel Kaufmann
7. Cruceros por el Lago Maggiore. Gracias a los barcos de “Navigacione Lago Maggiore” puede realizarse un romántico y evocador viaje de 3 horas por el lago, disfrutando no solo de las hermosas vistas alpinas y de unas orillas cuajadas de bosques, aldeas y mansiones de piedra, sino también de las islas Borromeo, en el lado italiano, las islas de Brissago o el castillo de Cannero (siglos XI y XII), construido sobre una isla rocosa. Este castillo guarda una historia funesta de luchas sangrientas por su dominio, pero tras su decadencia a partir del siglo XVII el destino le brindó las más sorprendentes funciones: fue utilizado como base para pescadores; como refugio de contrabandistas, e incluso resultó ser el centro de operaciones de una banda de falsificadores.
Vista nocturna de la Piazza Grande. Autor: Patrick Stämpfli
Nocturno en la Piazza Grande. Autor: Jody Sticca
Islas de Brissago. Al fondo y a la izquierda, Locarno. Autor: ACP
8. Mirador de Cardada. Desde Locarno puede realizarse un espectacular viaje en funicular hasta Cardada, paraíso de paz y naturaleza salvaje a 1.340 metros de altura desde donde pueden admirarse unas espléndidas vistas de los valles alpinos próximos y las cumbres nevadas del Dufourspitze o el monte Rosa. Para los que quieran seguir ascendiendo existe la alternativa de tomar un telesilla hasta Cimetta, a casi 1.700 metros, base para realizar infinidad de excursiones de senderismo aptas para todos los gustos. La oferta se completa con refugios alpinos y 5 restaurantes a cual más tentador.
Puente de Salti en el Valle Verzasca, una de las excursiones más atractivas en Locarno. Autor: Tambako the Jaguar