El Guadiana es un río internacional: nace en las Lagunas de Ruidera, recorre España en suave declive, hasta adentrarse en Portugal, y desemboca cómo frontera natural en el océano Atlántico
En los próximos reportajes os vamos a proponer realizar un recorrido por el Camino Natural del Guadiana, un sendero con más de 850 Km (divididos en un total de 44 etapas) acondicionado con múltiples infraestructuras, con puentes, pasos de arroyo, miradores, zonas de descanso y bancos, entre otros elementos, que puede ser recorrido a pie, a caballo y en bicicleta de montaña.
Una maravillosa forma de acercarse al inmenso patrimonio ecológico, histórico, cultural y paisajístico de los territorios de la cuenca del río Guadiana.
El origen del río Guadiana es uno de esos enigmas que nos alegraron los días de escuela y nos hicieron soñar con profundos agujeros y kilómetros de misterioso viaje subterráneo a lo Julio Verne.
Las discusiones sobre el nacimiento del río Guadiana han llenado cientos de páginas en revistas y libros, y aunque no hay una certeza científica contundente, se ha acordado que no hay un punto concreto, sino una cuna compartida por varios ríos y arroyos, una docena de lagunas y algunos acuíferos subterráneos. La discusión puede darse por zanjada, pero la expresión “ser como el Guadiana” para referirse a cualquier cosa que desaparece y reaparece de improviso ya forma parte de nuestra lengua.
Las lagunas de Ruidera se consideran desde hace mucho tiempo la fuente principal del Guadiana, así que nada mejor que elegir la Laguna Blanca (Villahermosa) —la primera de las quince que forman este sorprendente complejo lagunar— para situar el arranque del Camino Natural del Guadiana.
Después de acompañar al Guadiana Alto durante medio centenar de kilómetros, las aguas desaparecen tragadas por la tierra en Argamasilla de Alba, y habrá que atravesar kilómetros de campos en apariencia áridos para reencontrarse con ellas en los Ojos del Guadiana.
Allí, el agua aflora y forma un rosario de lagunas que dan forma a las insólitas Tablas de Daimiel. La palabra oasis es la más acertada para describir estas lagunas en el corazón de la reseca Mancha. Este contraste entre humedales y aridez es un sello de identidad del Guadiana, cuyas aguas se ven detenidas sucesivamente en los embalses de Puente Navarro y de Vicario, en la provincia de Ciudad Real, en el Cíjara, García de Sola, Orellana y Montijo, en la de Badajoz, y en el embalse portugués de Alqueva, el mayor de Europa.
Tal sucesión de “mares interiores” explica por qué la cuenca del Guadiana se ha convertido en un refugio botánico y de fauna, en la que sobresale una ingente cantidad de aves invernantes. El Guadiana es un río lleno de singularidades, y la primera es su nombre mestizo, que refleja el constante paso de diferentes civilizaciones por la península. Los romanos lo bautizaron como Fluminus Anae (“río de los patos”) y los árabes sólo cambiaron la palabra fluminus por su equivalente árabe, uadi.
El tiempo y el uso hizo el resto para llegar a su nombre actual. Un catálogo interminable de testigos de ambas civilizaciones pueden encontrarse a lo largo del Camino Natural: puentes romanos como el de la antigua Emerita Augusta , la actual Mérida, balnearios, calzadas y villas romanas, fortalezas árabes como las de Peñarroya y Cuncos, o, ya más avanzada la Historia, castillos que tuvieron un papel importante en el tránsito hacia la Edad Moderna, como el de Medellín, fundamental en la Guerra de Sucesión castellana.
El Camino Natural del Guadiana atraviesa espacios naturales protegidos y de la Red Natura 2000
Desde Laguna Blanca hasta Villanueva del Fresno, donde el río se hace portugués, el Camino Natural se desarrolla de forma ininterrumpida.
En Villanueva del Fresno, como si de una metáfora del propio Guadiana se tratase, el Camino “desaparece” y aparece de nuevo cuando el río regresa de tierras lusitanas para convertirse en frontera entre ambos países, concretamente en la Casa Cuartel de Cañaveral, un antiguo cuartel de carabineros convertido en albergue. El itinerario continua cuatro etapas más por tierras onubenses hasta su punto final, la localidad de Ayamonte, donde el río vierte sus aguas en el Atlántico.
Pero, ¿cuánto se tarda en realizar todo el recorrido del Camino Natural el Guadiana? Calculamos que en cubrir todo el recorrido se tardan unas cuarenta jornadas si vais a pie, y la mitad más o menos si viajáis en bicicleta.
Otra forma de disfrutar de este gran sendero por la cuenca del Guadiana, es realizando las rutas turísticas próximas a algunos de sus tramos, tales como la “Ruta de la Plata” a su paso por tierras extremeñas, la “Ruta del Quijote”, que sigue los pasos literarios del mítico personaje recorriendo vías pecuarias, caminos históricos, vías verdes, cañadas, cordeles y veredas; escenarios reales de sus aventuras por La Mancha.
También se pueden recorrer algunas de las Vías Verdes, antiguos trazados ferroviarios acondicionados para el disfrute de la población, como las que discurren por Badajoz y Huelva, donde también se puede seguir la “Ruta del Contrabandista” por veredas y antiguos caminos frecuentados por este tipo de traficantes.
Un completo y variado recorrido donde disfrutaréis de un inmenso abanico de posibilidades y en el que es difícil no encontrar alicientes que os hagan embarcar en este largo y emocionante paseo.
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