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Alicante y el Pozo de los Deseos. 5 ritos mágicos para la noche de San Juan

Alicante celebra en estas fechas sus mágicas y maravillosas “Fogueres de Sant Joan”, con un halo de sortilegio y misterio difícilmente igualables


Las Hogueras de San Juan son las fiestas mayores de la ciudad de Alicante. Declaradas de Interés Turístico Internacional. Tienen su origen en la tradición de quemar objetos inservibles con la llegada del solsticio de verano. La fiesta arranca oficialmente el 20 de junio y se prolonga hasta el día 29 del mismo mes. Se plantan en la ciudad más de doscientas monumentos (hogueras) de cartón piedra de temática satírica.

Éstos arderán el día 24 de junio en la espectacular noche de la “Cremà”, acompañada de la popular “Banyà” (bañada) llevada a cabo por los bomberos para apagar las hogueras. Durante las fiestas se incluyen actos como las “Mascletàs” (impresionante concurso de petardos que se celebran en la Plaza de los Luceros a las 14 horas) el Pregón, la “Plantà”, la Cabalgata del Ninot, desfiles y pasacalles; destacando la ofrenda de Flores a la Virgen del Remedio.

Alicante celebra en estas fechas sus mágicas y maravillosas “Fogueres de Sant Joan”. Y es que esta jornada y sobre todo su noche previa, íntimamente asociada al solsticio de verano, posee desde hace siglos un halo de sortilegio y misterio difícilmente igualables. La tradición cristiana afirma que el nacimiento de Juan fue en si un hecho milagroso, ya que cuando el ángel Gabriel anuncio a Zacarías, su padre, que su esposa quedaría encinta y daría a luz a un hijo, aquel no quiso creerlo al tratarse de una mujer estéril. Sin embargo el prodigio anunciado se cumpliría e Isabel, prima de la Virgen María, traería finalmente al mundo a San Juan Bautista un 24 de junio. Zacarías encendió fogatas esa noche para celebrar el acontecimiento, razón por la cual este día se asocia desde entonces con el fuego, la fecundidad, la suerte, la salud y el amor…


Aquí van algunos de los ritos más curiosos y singulares que no deben dejar de hacerse en fechas tan señaladas


1. Una manera segura de averiguar el destino de amigos o compañeros durante la noche del 23 al 24 de junio, es practicar el rito de las agujas flotantes. Para ello se dispone un balde hondo lleno de agua hasta el borde, colocándose con cuidado dos agujas en la superficie para que floten libremente. Cada aguja representa una persona conocida: amigos, novios, compañeros… Si las agujas se separan flotando en el agua es inevitable un distanciamiento, la perdida de la amistad o el término de una relación amorosa. Si por el contrario terminan uniéndose, ambas personas permanecerán juntas y serán un modelo de fidelidad y de amor. Nada dice la tradición en caso de que se hundan, lo que es seguro en nueve de cada diez intentos.

La Cremà de Les Fogueres de Sant Joan. Alicante. Autor, Jorge Castro

La Cremà de Les Fogueres de Sant Joan de Alicante

2. Se dice que las plantas de helecho florecen en la noche de San Juan al dar las doce campanadas, y que el diablo viene entonces para recolectar sus negras semillas. Ese es el momento de atraparlo y obligarle a desvelar el escondrijo de un fabuloso tesoro. Claro que para alcanzar estos deseos no es necesario lidiar con lo demoníaco. Uno de los ritos alternativos más usados consiste en recolectar hojas de laurel durante el día previo a la noche mágica, siempre en número impar, y escribir en ellas los deseos que esperamos se cumplan durante ese año. Tras ello hay que esperar a medianoche y, con las doce campanadas, quemar las hojas en la hoguera o en un recipiente de barro… Todos los deseos se cumplirán uno por uno, o al menos eso es lo que asegura esta tradición milenaria.

Detalle de una Hoguera de San Juan

3. Como ya se sabe, es necesario saltar sobre los fuegos de la noche de San Juan si queremos tener salud a lo largo de un año. Pero no es éste el único rito valedero: otra técnica igualmente eficaz consiste en salir a primera hora de la mañana tras un baño largo y relajado, y entonces caminar descalzo por la tierra cuajada de rocío. El agua consagrada de esta noche mágica nos asegurará, al contacto con nuestros pies, una fortaleza de hierro y la inmunidad frente todo tipo de enfermedades. Eso sí, por mucho rocío consagrado que pisemos, evitad realizar la experiencia en el patio trasero de casa o en un erial atestado de cardos.

Fuegos artificiales durante las Hogueras de Alicante

4. Existen otros muchos rituales para practicar en la víspera de San Juan. En uno de ellos se deben esconder 3 patatas debajo de la almohada con las siguientes características: la primera debe estar entera; la segunda, con una marca visible a un lado, y la tercera sin la piel. A la mañana siguiente hemos de introducir la mano debajo de la almohada y extraer una de las piezas: según sea la patata extraída, así se desarrollará el resto del año para nosotros. La patata entera significa prosperidad; la que posee la marca nos asegura una alternancia de días venturosos y desdichados, mientras que la patata sin piel, la más ingrata, afirma que el dinero no entrará en casa durante el resto de ese año, y que en consecuencia tendremos mala suerte.

Castillo de fuegos artificiales en la noche mágica. Autor, Bruno Zaragoza

Castillo de fuegos artificiales en la noche mágica

5. El más tétrico de todos los ritos del solsticio de verano es aquel que anuncia nuestra propia muerte. Sólo los más aguerridos se atreven a efectuarlo, y consiste en lo siguiente: hay que levantarse bien temprano y asomarse a un pozo lleno de rocío, o en su defecto a los charcos del terreno que contengan agua de lluvia caída durante la víspera (se afirma que se trata de agua consagrada, y que por tanto posee propiedades mágicas). Si la imagen de la persona no se refleja en el agua, esto significa que morirá a lo largo del año y que debe prepararse cuanto antes para el tránsito a la otra vida. Sin duda es una experiencia aterradora, y son varios los que deciden ir acompañados para la ocasión de un incauto que se asome al pozo en primer lugar. El truco evita un mal trago, pero no es la mejor manera de hacer amigos.

Playa de San Juan, Alicante

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La leyenda de la Sangre del Moro

Suspiro del moro

Leyendas manchegas sobre castillos, fortalezas defensivas, alcazabas y palacios. Todos ellos testigos mudos a lo largo de los siglos de una gran cantidad de historias impregnadas por un halo de misterios y secretos. Nobles, reyes y señores tanto cristianos como musulmanes son los principales protagonistas de estos relatos.
Aquí os dejamos una de estas leyendas que bien pudiera escucharse todavía en los muros de cualquier castillo de las órdenes militares de Calatrava, de San Juan o de Santiago.

Castillo de ConsuegraCastillo de Consuegra. Autor, Fernando de Castro

Castillo de MontizónCastillo de Montizón

Calatrava la NuevaCalatrava la Nueva

Cuentan que hace muchos años, cuando la población vivía al amparo del castillo, ocurrió un hecho extraordinario del que aún se pueden ver hoy las consecuencias.
Era el protagonista el moro Xanu, sastre de oficio, y personaje conocido por todo habitante cristiano, judío o musulmán, de dentro o fuera del castillo. Xanu era también famoso por su avaricia y por su capacidad para adiestrar animales a los que mantenía en un corral que era visitado con admiración por clientes y curiosos venidos de todas las alquerías. Perros, gatos, gallinas, ocas y pavos obedecían sus órdenes sin recibir a cambio más que lo justo para comer, de lo que se jactaba el sarraceno ante sus visitantes.
– Comen lo justo, medran sanos, acatan mi voluntad y encima no me sacan ni una golosina –solía explicarles a los visitantes, boquiabiertos mientras admiraban las mañas de los bichos.
– ¡Qué prodigio!
– Eres un mago Xanu… les falta hablar.
El sastre, henchido de vanidad y tras las numerosas alabanzas del personal ante las habilidades de los animales, desvelaba entonces la sorpresa final, su mejor ejemplar, un pollo de altiva cresta y sedoso plumaje y andares mayestáticos que acudía presto a la llamada de su amo: ¡Ki-Ket, ven aquí, Ki-Ket!
– ¡Qué espléndido ejemplar! –exclamaba la gente.
– Es el orgullo de mi casa. Porque no sólo habla, piensa también.
Orgulloso ante el asombro e incredulidad de los presentes, Xanu le mandaba caminar a la pata coja, hacer piruetas o quedarse inmóvil para terminar mostrando el increíble hecho: preguntado Ki-Ket ¿a quién quieres más? el pollo respondía, ¡a ti Xanu! Interrogado sobre el tiempo que haría, Ki-Ket escrutaba el cielo y las nubes, y pronosticaba la posibilidad de lluvia.
Pero su estima por el animal se transformó en odio por su feroz avaricia. Una tarde, mientras Xanu cosía en su taller, vio a través de la ventana que el pico de Ki-Ket relucía como el oro. Acercándose al pollo comprobó que efectivamente llevaba una moneda de oro atrapada en el pico. Intentó quitársela y pidió al animal que la soltará.
– Anda, Ki-Ket, suelta esa baratija.
Pero el sabio animal, sordo a sus ruegos, se subió de un salto a un árbol diciéndole:
– Eres un tacaño que además de matarnos de hambre nos zurras para que te obedezcamos. No te daré la moneda, esta baratija, como tú la llamas, hasta que no jures dejarme libre.
El sastre lo juró una y mil veces y el pollo, cuya sabiduría no le alcanzaba para calcular el volumen de las miserias humanas, inocente, saltó al suelo sin calcular lo que se le vendría encima. En cuanto lo tuvo a su alcance, Xanu lo ató con una cuerda y le obligó a conducirlo al lugar donde había encontrado la moneda, confiando en que habría muchas más, una mina…
Ki-Ket tirando del amo a la carrera, forzándole a correr como loco, lo llevó a las puertas del castillo. Tres veces arrastro Xanu el culo por las calles hasta que llegaron a un tramo de muralla elevado sobre unas peñas agrestes.
– Ahí la encontré, dijo Ki-Ket. Y el moro lo forzó a volar y a remover las piedras mientras estaba ya anocheciendo.
Tiró el pollo un par de monedas a sus pies y enloquecido por lo que ya parecía ser un tesoro, apremiaba a Ki-Ket hasta que un brusco tirón dejó inconsciente al animal.
– Toma tu premio Ki-Ket, que yo subiré a por el mío y a nadie podrás contarle que soy rico al fin.
Sin sentir la más mínima compasión, Xanu emprendió él mismo la búsqueda trepando por las rocas ya a tientas por la oscuridad, escarbando en la muralla y llevándose trastazos y arañazos varios. Casi había conseguido su objetivo, casi podía tocar un cofre cuando se desprendieron varias losas de la muralla, precipitándolo al vacío.
A la mañana siguiente unos niños encontraron al pobre Ki-Ket que afónico y malherido les contó la tragedia antes de morir pero nadie encontró el cuerpo del avaro Xanu entre las rocas, sólo grandes manchas de sangre en abundancia que, ennegrecidas por el paso de los siglos, aún tiñen los escarpados peñascos del lugar.
Posiblemente de este hecho surgiera la célebre copla castellana: el sastre, corte y cosa, y no se meta en otra cosa.

Castillo de la Estrella, MontielCastillo de la Estrella, Montiel

Torreón del Gran Prior, Alcázar de San JuanTorreón del Gran Prior, Alcázar de San Juan

Calatrava la ViejaCalatrava la Vieja


Fotografía de portada: El Suspiro del Moro. Obra de Marcelino de Unceta. 1885