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Los 5 lugares más visitados de Ciudad Real

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Cultura y gastronomía, historia y tradición, naturaleza y paisaje, patrimonio arquitectónico y enológico para una escapada rural inolvidable

Tanto si vives en Castilla – La Mancha como si estás planeando una escapada no puedes pasar la oportunidad de visitar algunos de los lugares más increíbles de Ciudad Real. Descubre Argamasilla de Alba, Lagunas de Ruidera, Villanueva de los Infantes, Tomelloso y  Almagro y empieza a soñar en tu escapada a La Mancha.

Argamasilla de Alba, Cuna del Quijote

Un tranquilo pueblo manchego en la comarca del Campo de San Juan. Sus casas blanqueadas de cal y los campos llanos que la circundan dan la réplica adecuada a un tesoro de gran trascendencia en la tradición cervantina: la Cueva de Medrano, la celda donde estuvo preso D. Miguel de Cervantes y donde comenzó a escribir su inmortal obra “Don Quijote de La Mancha”.

En primer lugar, ve a la Oficina de Turismo para que te informen de toda la oferta cultural y turística de la localidad. Imprescindible realizar también la visita guiada con el personal de la propia oficina para conocer de primera mano toda la tradición quijotesca de esta bonita villa.

Un recorrido monumental y cervantino por la Iglesia de San Juan Bautista, para conocer la curiosa historia del cuadro exvoto de Don Rodrigo de Pacheco, la Casa y la Cueva de Medrano, donde también conocerás la maravillosa galería de Gregorio Prieto, el Pósito de La Tercia y la Botica de los Académicos, la Ermita de San Antón… se respira a Cervantes y a su Quiijote por todos los rincones de Argamasilla.

Y muy cerquita, el privilegiado enclave del Castillo de Peñarroya.

No te pierdas la visita a una de las queserías artesanales de queso manchego de Argamasilla de Alba.

ANOTA EN TU AGENDA VIAJERA:

📌 Abril: participar en la Lectura Colectiva del Quijote.

📌 Junio: disfrutar de la representación de“El Quijote en la Calle” y del Mercado Cervantino.

📌 Agosto: asistir a las Jornadas de teatro “Cueva de Cervantes”.

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Lagunas de Ruidera, uno de los ecosistemas acuáticos más valiosos de España

Un rosario de bellas lagunas que constituyen todo un espectáculo para los sentidos, además de una curiosidad ecológica y geológica de primer orden tanto en España como en todo el ámbito europeo.

Un auténtico oasis en mitad de La Mancha.

Imprescindible visitar en primer lugar el Centro de Recepción de Visitantes e Interpretación del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera en Ossa de Montiel, para que descubras de primera mano todos los detalles de este paraje natural, uno de los más bonitos de Castilla La Mancha.

Y a partir de ahí te recomendamos hacer paseos a pie con paradas en los lugares más emblemáticos como la cascada del Hundimiento, los miradores de la laguna del Rey, Lengua y Salvadora… ¡Te encantarán!

Si te gusta el turismo activo, las empresas de ecoturismo de la zona te ofrecen diversas rutas de senderismo y naturaleza adaptadas en dificultad, duración y distancia según tus preferencias, paseos en kayak y paddle surf, la bajada a la Cueva de Montesinos o la ruta por la Quebrada del Toro.

ANOTA EN TU AGENDA VIAJERA:

📌 Mayo: asistir al Festival de Música «El Rumor del Agua». 

📌 Junio y noviembre:  disfrutar de la trashumancia de ganado vacuno por la Cañada Real de los Serranos a su paso por Ruidera.

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Villanueva de los Infantes, Conjunto Histórico Artístico Nacional

Uno de los pueblos más bonitos de España, lugar donde vivió, entre otros muchos ilustres del Siglo de Oro, el genial escritor Don Francisco de Quevedo y Villegas, y centro histórico de la Comarca del Campo de Montiel, citada hasta cinco veces por Miguel de Cervantes en su universal obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha“.

Todo un recorrido cultural por el irrepetible Siglo de Oro español.

En primer lugar, visita la Oficina de Turismo para que te informen de toda la oferta cultural y turística de la localidad, para después disfrutar tranquilamente de un recorrido monumental por la Plaza Mayor, la Iglesia de San Andrés Apóstol, la Alhóndiga y la Casa de los Estudios, la Casa – Palacio “Casa del Arco”, la Casa del Caballero del Verde Gabán y el Palacio del Marqués de Melgarejo, la iglesia y el Convento de Santo Domingo, la Celda de Francisco de Quevedo, las casas de Rueda y de la Pirra, el Oratorio de Santo Tomasillo…

Y muy cerquita, el maravilloso Santuario de Nuestra Señora de la Antigua.

Para los más golosos, en los obradores tradicionales de la localidad prueba los dulces típicos de esta zona.

ANOTA EN TU AGENDA VIAJERA:

📌 Agosto: asistir al Ciclo de Conciertos de Villanueva de los Infantes «Infantes Música».

📌 Septiembre: disfrutar de la Feria del Pimiento y degustar el Pisto Gigante con Récord Guiness.

📌 Octubre: hacer la Ruta de los Patios.

Ruta del Quijote Villanueva de los Infantes iglesia infantes

Tomelloso, Posada de Vid y Cultura

Un “pueblo grande” con una tradición vinícola muy arraigada en su cultura desde hace siglos. Con las interminables hectáreas de viñedo que pueblan sus campos, conforma la zona vitivinícola más extensa de La Mancha y del mundo. Bodegas tradicionales y viñedos, destilerías de brandy, chimeneas, y cientos de antiguas cueva bodega y bombos. ¿Te atreves a descubrir su maravilloso patrimonio vitivinícola?

Para vivir una auténtica experiencia de enoturismo te recomendamos hacer una visita guiada por el Museo del Carro, para conocer todo lo necesario sobre la vida en el campo y descubrir un maravilloso bombo, una auténtica joya de la arquitectura popular rústica. Continuad vuestro recorrido guiado por la Plaza de España, visitando la Posada de los Portales y el Museo Antonio López Torres, para admirar la visión única del paisaje manchego gracias a la vida y la obra de este pintor de fama mundial.

Imprescindible adentrarse en las antiguas cuevas bodega del casco urbano: más de 2200 existentes actualmente en el subsuelo de Tomelloso, excavadas para hacer y almacenar el vino en tinajas de barro. ¡Un patrimonio vitivinícola impresionante!

No te pierdas la visita a la Cooperativa Virgen de las Viñas, la mayor bodega de Europa y una de las mayores del mundo, y una cata de sus excelentes vinos.

ANOTA EN TU AGENDA VIAJERA:

📌 Agosto: participar en la Fiesta de las Artes y de las Letras.

📌 Noviembre: disfrutar de las actividades del Día Mundial del Enoturismo.

📌 Octubre: degustar la muestra alimentaria de productos de Tomelloso «Tomelloso Sabor». 

cueva bodega de Tomelloso bombo Tomelloso cata vinos tomelloso

Almagro, vivir con el teatro

Un tour guiado es la mejor forma de conocer la capital histórica del Campo de Calatrava, un pueblo con un repertorio artístico y monumental de gran calado donde destacan calles y plazas, casas solariegas, palacios, iglesias y otros monumentos de gran importancia histórica.

Aquí se encuentra el que probablemente sea referente mundial en el mundo de las artes escénicas: el Corral de Comedias de Almagro, conservado tal y como debió ser en la época de su construcción, allá por el siglo XVII.

Te recomendamos hacer una ruta por la Plaza Mayor, el Corral de Comedias y el Teatro Municipal, la iglesia y los frescos de San Agustín, un paseo por el barrio noble, para admirar las fachadas de los palacios renacentistas de los Xedler, de los Wessel o el palacio de Valdeparaíso, y el maravilloso Convento de la Asunción.

Imprescindible descubrir el Museo Nacional de las Artes Escénicas y disfrutar de una divertida visita teatralizada en el Corral de Comedias.

ANOTA EN TU AGENDA VIAJERA:

📌 Julio: asistir al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.

📌 Agosto: asistir al Festival Internacional de Cine de Almagro

📌 Octubre: asistir al Festival Iberoamericado de Teatro Contemporáneo de Almagro.  

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Recorrido en Google Maps:

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Visita virtual por la Ruta de los Bombos de Tomelloso

Bombo Tomelloso

Un patrimonio cultural y etnográfico sencillamente impresionante


Hoy viajamos hasta la ciudad conocida como “Atenas de La Mancha”, no en vano luce orgullosa un bagaje cultural de primer nivel: Antonio López García, Antonio López Torres, Eladio Cabañero, Félix Grande, Francisco García Pavón y un largo etcétera hacen de Tomelloso un lugar plagado de magistrales plumas literarias y pinceles

Situada en plena tierra del Quijote, consciente de su pasado y cultura, conserva todos los valores y tradiciones que su historia le aporta y se reconoce, como no puede ser de otro modo, ciudad manchega que contempló las andanzas de aquel hidalgo nacido de la ilustre mente de Cervantes.

Más reciente es el detonante último de la enorme expansión del cultivo de la vid en estas tierras y en La Mancha en general, que no fue otro que la muy desastrosa plaga de filoxera que afectó a los viñedos franceses en la segunda mitad del siglo XIX.

Una oportunidad única y propicia para atender a un mercado que se había quedado totalmente desabastecido y que Tomelloso supo aprovechar. Testigos de esta rocambolesca historia, encontramos en este viaje sus numerosos bombos entre viñedos y campos, que nos hablan de una vida dedicada al cultivo de la vid y a exprimir su delicioso zumo: el vino.

Os invito a conocer de primera mano la historia de estos auténticos museos a través de una visita virtual por la Ruta de los Bombos de Tomelloso. Comenzamos.

Planifica tu Ruta de los Bombos de Tomelloso con nosotros. Solicita más información o recomendaciones para preparar tu viaje AQUÍ

Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

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De ruta gastronómica y cultural por Tomelloso

Tomelloso, bello por sus magníficos contrastes y con un enorme patrimonio enológico. El destino ideal para los que quieren descubrir los auténticos sabores que ofrece La Mancha


Hoy viajamos hasta la ciudad conocida como “Atenas de La Mancha”, no en vano luce orgullosa un bagaje cultural de primer nivel: Tomelloso. Pragmática y enérgica, sus gentes y sus vinos han influido en el pincel vital y realista de López Torres, y en los certeros e inolvidables relatos de Francisco García Pavón.

Situada en plena tierra del Quijote, consciente de su pasado, Tomelloso conserva todos los valores y tradiciones que su historia le aporta y se reconoce, como no puede ser de otro modo, ciudad manchega que contempló las andanzas de aquel hidalgo nacido de la ilustre mente de Cervantes.

Más reciente es el detonante último de la enorme expansión del cultivo de la vid en estas tierras y en La Mancha en general, que no fue otro que la muy desastrosa plaga de filoxera que afectó a los viñedos europeos, por ende españoles, durante el siglo XIX. El relativo aislamiento de La Mancha y quizás la suerte, jugaron la baza del viñedo manchego permitiendo a sus plantas de pie franco resistir hasta bien entrado el siglo XX.
Una oportunidad única y propicia para atender a un mercado que se había quedado totalmente desabastecido y que Tomelloso supo aprovechar, por su naturaleza emprendedora.

Testigos de aquella rocambolesca historia, encontramos en este viaje sus numerosos bombos entre viñas, las infinitas cuevas de su subsuelo y las esbeltas chimeneas de su casco urbano. Juntos nos hablan de una vida dedicada al cultivo de la vid y a exprimir su delicioso zumo: el vino.

Llegando hasta nuestros días, la enorme producción vínica anual de Tomelloso lo convierte en uno de los grandes centros de producción vitivinícola a nivel mundial, sin restar un ápice a la calidad de sus vinos, lo que nos permite disfrutar de algunos de los mejores tintos, blancos y rosados españoles.

 


Disfrutando del turismo del vino y de la gastronomía en Tomelloso


Iniciamos el recorrido turístico en una tierra de viñedos infinitos, quinterías y bombos, geniales joyas de arquitectura popular rústica que servían cómo refugio y vivienda para los labradores, familias, aperos y animales de trabajo, y que embellecen el campo tomellosero otorgándole una seña de identidad única y muy peculiar. El Museo del Carro y Aperos de Labranza, etnográfico y con un interesante compendio de memoria histórica municipal, nos permite conocer más de cerca la vida y el trabajo en el campo, y visitar un impresionante Bombo construido con más de 2.000.000 millones de piedras, hábilmente dispuestas unas sobre otras sin argamasa alguna entre ellas.

Los amantes de las escapadas para descubrir lugares únicos, con toda la esencia de la cultura del vino, tienen sin duda en Tomelloso todo un fabuloso tesoro: las más de 2200 antiguas cueva – bodega existentes en el subsuelo de la ciudad, excavadas antaño en la roca para hacer y almacenar el vino en tinajas de barro. Un patrimonio vitivinícola impresionante salpicado de secretos y leyendas.
Duro trabajo el que realizaron antaño tanto hombres como mujeres. Ellos picaban la tierra y horadaban el subsuelo hasta lograr unas cuevas con unas cualidades óptimas para poder albergar las cosechas en quietud, guareciendo los vinos de cambios climáticos bruscos. Ellas, valientes manchegas llamadas terreras, eran las encargadas de trasladar la tierra y la arena extraídas del interior hasta la superficie.

¿Sabíais que si pudiésemos poner todas las antiguas cueva – bodega de Tomelloso en línea tendríamos un túnel de más de 30 km?

Antes de continuar el recorrido hacemos una parada para tomar un aperitivo (el Queso Manchego entra bien a cualquier hora) acompañado por supuesto con un gran vino… una copa de tinto Torre de Gazate, Luna de Allozo o Flor de Allozo, un Verum Roble o Verum Tosca… una copa de blanco Verdejo de Allozo, Malvasía de Verum o Añil Fresh… tragos de historia, verdad y terruño manchego.


De visita obligada son las antiguas cueva – bodega de Tomelloso, un patrimonio enológico impresionante


Para los que buscan probar vinos especiales, con una excelente calidad, conocer su forma de elaboración y adentrarse en bodegas emblemáticas, en Tomelloso van a encontrar algunas de las mejores opciones del panorama enoturístico nacional.

En el arquetipo de bodegas familiares con encanto se encuentra Allozo, una bodega estilo “Chateau”, que aúna la tecnología más vanguardista en sus elaboraciones con las artes más tradicionales. Pionera en la elaboración de Vinos de Autor, elabora cada uno de sus vinos “de la cepa a la copa”, con un profundo respeto al medio ambiente y a la cultura vitivinícola de La Mancha. Sus vinos procedentes de diferentes coupages, ediciones especiales y limitadas hacen que Allozo sea de las bodegas más premiadas a nivel nacional e internacional.
Además de conocer su bodega de crianza, única en Castilla – La Mancha con más de 4000 barricas, Allozo nos ofrece la oportunidad de descubrir las antiguas soleras de Brandy Casajuana, un brandy de Tomelloso de una alta calidad envejecido en soleras centenarias que datan de 1892, de producción limitada y numerada… la historia del brandy y los destilados de Tomelloso da para otra más que interesante visita (Peinado, Osborne, Pedro Domecq, Casajuana, espirituosos de Bodegas Verum…)

Inolvidable sin duda es adentrarse en el mundo de Bodegas Verum, una bodega familiar nacida en 1788, con la premisa de que es en la viña donde se hace el vino y con una filosofía muy clara “Verum es la verdad de la tierra, de la familia y del vino”. Sus vinos, de prestigio internacional, elaborados a partir de cepas de más de 50 años, así lo trasmiten.
Su pasión por los retos importantes, el valor añadido y la calidad diferenciada, han llevado a Bodegas Verum a emprender proyectos de indudable éxito como ULTERIOR, un viaje al pasado, con el retorno a variedades ancestrales para preparar el futuro de los vinos de calidad en Castilla-La Mancha. Y a cruzar el Atlántico para seguir creando riqueza, con altas cotas de calidad y sostenibilidad, con el proyecto PATAGONIA, en Argentina.
La visita a sus instalaciones nos ofrece la posibilidad de conocer el funcionamiento de una destilería y una bodega conjuntamente. Y bajar hasta las entrañas de la tierra para descubrir una enorme cueva de crianza de más de 8000 m2 de galerías, excavadas en la roca caliza del subsuelo de Tomelloso.

En nuestro recorrido de vinos y bodegas por Tomelloso, parada obligada es Vinícola de Tomelloso, que comenzó su andadura en 1986, fundada por 28 familias viticultoras de la ciudad a las que les une su pasión por la viña y el vino, y que se refleja en el crecimiento en calidad y modernidad de los vinos manchegos durante el último cuarto del siglo XX. Una apuesta decidida por la innovación y el desarrollo de modernas técnicas de vinificación teniendo como objetivo ofrecer al consumidor un producto diferenciado.
La bodega cuenta en la actualidad con un importante parque de barricas de roble francés y americano, donde envejecen unos excelentes tintos, reconocidos a nivel nacional e internacional, y una antigua cueva donde se elabora un vino espumoso Brut Natural de alta calidad, no en vano ha sido una de las bodegas pioneras en la elaboración de espumosos en Castilla – La Mancha. En época de vendimia Vinícola de Tomelloso nos ofrece la posibilidad de visitar sus viñedos.


Las gentes y la actividad vinícola de Tomelloso han influido en el pincel vital y realista de López Torres, y en los certeros e inolvidables relatos de Francisco García Pavón


Nuestros pasos nos guían hacia la Plaza de España, centro vital de esta maravillosa ciudad, donde descubriremos tres magníficos ejemplos de patrimonio arquitectónico: la Posada de los Portales, un edificio emblemático propio de la arquitectura manchega del siglo XVIII, declarado monumento histórico – artístico; el blanco y majestuoso Palacio Consistorial, sede del ayuntamiento; y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con una ajetreada historia y que atesora un interesante patrimonio artístico.

Llaman nuestra atención las numerosas y altas chimeneas de las antiguas alcoholeras, como agujas impertérritas del tiempo, que parecen arañar el cielo azul manchego. Se las puede encontrar prácticamente en todos los rincones más inusitados del trazado urbano tomellosero para convertir una calle anodina y cotidiana en manso y pequeño refugio de recuerdo.

Imprescindible recorrer los espacios del Museo Antonio López Torres, donde se expone parte de la obra del pintor tomellosero, el llamado “pintor de la luz”, maestro del realismo, y que reflejó en sus cuadros la dignidad cotidiana entregada a las tareas agrícolas, las mismas que durante años presenciara en su juventud. Una dura vida retratada con ternura, sencillez y gesto rudo pero amable.

 


La gastronomía de Tomelloso rica, variada, tradicional y de vanguardia, desde siempre elaborada con materias primas de excelente calidad


Tomelloso sabe y huele a vino, pero es que también sabe a gastronomía, a pisto, a migas, a asado de cordero manchego, a azafrán, a productos de la huerta y a gente honesta que tiene amor a su tierra y que te hace sentir como en casa.

Cuando visitas Tomelloso te das cuenta que hay mucho más que vino. Además de bodegas y turismo enológico, también hay mucho que ver y mucho que disfrutar comiendo. El turismo cultural y la gastronomía se dan la mano en esta tierra.

Sentados a la mesa del Restaurante La Antigua, ubicado en una maravillosa casa típica castellana, cada bocado nos hace viajar a la cocina tradicional con toques de fusión y tendencia. Es una buena muestra de la generosidad y el ingenio de la cocina manchega, basada en las ricas tradiciones de la zona y en los productos autóctonos de calidad, mezclados con propuestas culinarias innovadoras que nos ofrecen sabores y sensaciones realmente sorprendentes.

Las gentes de Tomelloso son emprendedoras e inquietas, de estirpe creativa y madurez desacomplejada que integran ideas y tendencias del exterior en su identidad. Jesús Marquina, chef de Marquinetti, es un vivo ejemplo de ello. El mejor “pizzaiolo” del mundo es tomellosero, y ha logrado hacer de la pizza un plato de alta cocina. Una propuesta gastronómica realmente deliciosa.

Os proponemos descubrirlo con esta auténtica ruta gastronómica y cultural.


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Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

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Bombos, o el arte de la Piedra Seca

Bombo Tomelloso

En la España meseteña del interior volcada secularmente en la agricultura, donde los municipios son tan extensos y las distancias entre pueblos y ciudades se dilatan enormemente, fue necesario desde antiguo la construcción de habitáculos en el campo que cumpliesen con funciones muy específicas. En muchos casos se trataba de simples refugios para el ganado y de carácter muy provisional. Otras, la estructura podía circunscribirse al fenómeno de vivienda dispersa tan común en nuestro país. A medio camino entre los dos es donde debemos situar el fenómeno del Bombo.

El Bombo, muy común en Tomelloso pero extendido de forma amplia por toda la geografía castellano-manchega, desde Valdepeñas hasta Albacete, es una construcción sólida, edificada para permanecer y de carácter exclusivamente rural. En un medio y un tiempo anteriores a los vehículos a motor, cuando las tierras de labor se encontraban a varias leguas y no era posible ir y volver al pueblo en un mismo día, los trabajadores debían permanecer sobre el terreno mientras duraban las faenas agrícolas de la temporada. Esa necesidad les obligaba a construir instalaciones para albergar a los labradores y gañanes, dar refugio a las bestias de labor o guardar sus aperos de labranza durante las interminables jornadas trascurridas en el campo, y que a menudo se extendían a lo largo de semanas e incluso meses.

Bombo y museo del carro, Tomelloso.Bombo y museo del carro, Tomelloso.

El rasgo más característico de los Bombos es su carácter utilitario y funcional, exento de adornos. La sobriedad y la economía eran señas de identidad y reflejo a su vez de un modo de vida donde el trabajo y el vínculo a la tierra estaban íntimamente unidos a la personalidad de los tomelloseros. En su interior, una pequeña abertura en la pared a modo de alacena, y soportes en los muros para colgar aperos, hatos de comida y manto de faena. Poco más se ofrecía a la comodidad del labriego. Las únicas aberturas eran la puerta, adintelada y orientada al sur, y el conducto cilíndrico de la chimenea. Las estancias eran también pocas, y el mobiliario se completaba casi siempre con camastros de piedra, poyos para descansar y una cuadra con pesebres destinada a los animales (que también proporcionaba calor a la estancia).

Desde el punto de vista histórico se argumenta que los bombos actuales podrían tener su origen en construcciones de piedra de edad prehistórica. Sin embargo hay que avanzar hasta el siglo XIII, con la llegada de la Mesta, para documentar en la zona manchega elementos similares y que hoy todavía abundan, como corrales para el ganado y chozos de pastores. El chozo servía al igual que el Bombo de cobijo y vivienda temporal, pero tenía un carácter mucho más provisional al no construirse enteramente en mampostería (la techumbre solía ser de ramaje o carrizo). A mediados del siglo XIX, cuando se extendieron los campos de viñas en Tomelloso, estas necesidades se hicieron evidentes ya que la vid requería de una mayor dedicación que otros cultivos como el cereal, lo que hizo inevitable el trabajo in situ de gañanes y labriegos durante largos periodos de tiempo. Fue entonces cuando surgió la figura del Bombo, que en modo alguno puede catalogarse como una construcción provisional. 

En Tomelloso la construcción del Bombo no era una tarea sencilla. Los lugareños aprovechaban el material que tenían más a mano, la piedra, apilándola en diferentes acabados sin ningún tipo de argamasa para conformar un paisaje que hoy se considera de gran valor estético en amplias zonas de España, Francia o Italia: la arquitectura de piedra seca. Para ello utilizaban lajas de piedra caliza, resistentes y de fácil manejo, que se extraían de la propia tierra de labor a medida transcurrían las faenas agrícolas. Estas piedras iban acumulándose después en montones más o menos grandes entre los campos, por lo que hoy es habitual que los bombos estén situados precisamente en los límites de parcelas y próximos a los caminos rurales. Una vez rellenados los cimientos, se disponían las lajas de piedra más grandes formando una pared de 2 muros con un hueco interior que luego se rellenaba de piedra suelta. A medida que aumentaba la altura, y siempre sin argamasa, las piedras iban siendo cada vez más pequeñas hasta que el constructor comenzaba a hacer volar ligeramente cada hilada hacia el interior, conformando así la bóveda del Bombo. El anillo del vértice, de pocos centímetros de apertura, se cubría finalmente con una piedra gruesa para dar término al edificio.

El sol cae a plomo sobre tejados, corrales y plazas de piedra. A su alrededor los campos, adormecidos, exhiben el verde intenso de las viñas cruzado desde todos lados por cintas polvorientas de un blanco terroso. Por estos caminos sin sombra avanzan los gañanes junto a las yuntas de mulas, que arrastran con aire apesadumbrado carros cargados de pertrechos y el consabido “hato” de una semana. Todo es viña alrededor. En lontananza se advierte una figura solitaria, vibrante y difusa a través del aire recalentado. A medida que el labriego se acerca su perfil va achicándose y adquiere proporciones reales, como la cáscara de un huevo invertido, toma poco a poco el color de la piedra y termina confundiéndose casi con el paisaje resabiado de la llanura. Es la misma roca utilizada desde que se tiene memoria, la roca revuelta en la tierra y sacada con esfuerzo a los pies del arado, la roca acumulada durante siglos para construir majanos y refugios, quinterías y hasta las casas familiares en el pueblo. El hombre se dirige hacia allí y a poco detiene las mulas junto a la pequeña construcción circular, sin adornos, solida y funcional como la propia viña que lo rodea. Comienza otro día de faena.

                                                                       

El Bombo, elemento básico en la personalidad de unas gentes volcadas en la tierra y en la vid, sigue estando presente en el paisaje. Ese es el legado de Tomelloso, afortunadamente todavía en pie. Esperemos que su figura siga siendo un canto a la agreste tierra de Castilla y que continúe alojando en su memoria el perfil de sus amplios horizontes, sus campos requemados y, por qué no, la figura secular del arriero, poesía viva como el propio palpitar de una tierra que no conoce edad.

“Los arrieros y sus largas recuas de mulas, adornadas con campanillas de monótono tintineo. Vedlos, con sus rostros atezados, sus trajes pardos, sus sombreros gachos; ved a los arrieros, verdaderos señores de las rutas de España (…)”. George Borrow. La Biblia en España