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Ruidera. Un oasis en mitad de España.

lagunas de ruidera

Más allá de las poéticas descripciones cervantinas, las lagunas de Ruidera, enclavadas en el Campo de Montiel, forman el parque natural más interesante de Castilla – La Mancha. Sus excepcionales paisajes dominados por el agua y el verde, contrastan con el entorno seco en que se insertan.
Un rosario de bellas lagunas de origen cárstico, y que en conjunto constituyen todo un espectáculo para los sentidos, además de una curiosidad ecológica y geológica de primer orden tanto en España como en todo el ámbito europeo.

Disponeos a descubrir este auténtico oasis de la llanura manchega.

Ruidera. Autor, Dan

Pura vida, Ruidera. Autor, Dan

El origen de este sistema húmedo es el afloramiento en la superficie de corrientes de agua subterráneas procedentes del circundante Campo de Montiel. Cada laguna de este singular espacio natural, protegido bajo la figura de parque natural, está separada de la siguiente por barreras y terrazas, lo que da al conjunto un peculiar atractivo. Pero la especial belleza de Ruidera está en el intensísimo color de sus quince lagunas: unas veces azul turquesa, otras verde cristalino, más propio de la idea que todos tenemos de lugares exóticos y tropicales. La sensación del visitante al ver estas particulares tonalidades de las aguas es de total irrealidad.
Además, al ser el terreno calizo, algunas lagunas han disuelto literalmente las orillas en las que se asientan y se han ido hundiendo poco a poco. Como testigos de la primitiva altura que alcanzaban quedan sobresalientes cornisas asomadas sobre las aguas, cuya parte inferior, blanqueada por la cal del terreno, refleja los espectaculares colores.

Sabina albar. Autor, acusticalennon

Sabina albar. Autor, acusticalennon

La vegetación predominante alrededor de las lagunas es la palustre. Una orla de carrizo y enea rodea muchas de ellas, formando una muralla impenetrable, mientras que en las laderas cercanas abundan las encinas y la vegetación mediterránea.
También son frecuentes las sabinas y enebros de gran tamaño. La sabina albar (Juniperus thurifera) es un árbol reliquia de otros tiempos, adaptado para soportar condiciones climatológicas extremas de temperaturas muy altas en verano y muy bajas en invierno, además de una pluviosidad muy escasa. La frugal sabina es capaz de prosperar en estas condiciones, aunque su crecimiento es muy lento. Debido a la dureza del medio en el que crece, el sabinar siempre forma manchas discontinuas, puesto que si los árboles estuviesen muy juntos no podrían desarrollarse bien.
Las sabinas de Ruidera, de buen porte, son centenarias. Estrictamente protegidas.

Aguilucho lagunero. Autor, Francisco Montero

Aguilucho lagunero. Autor, Francisco Montero

La fauna dominante en Ruidera son las aves acuáticas: ánades reales, patos colorados, porrones, fochas, cercetas y garzas nidifican entre los cañaverales o se acercan aquí a pasar el invierno o a descansar durante sus viajes migratorios. La gran extensión de la superficie acuática da cobijo también a una ictiofauna en la que sobresalen la boga, el barbo y la carpa, además del lucio y del black-bass, voraces especies foráneas introducidas con fines pesqueros.
Sin embargo, la especie reina de las lagunas es el escaso aguilucho lagunero (Circus aeroginosus). Esta rapaz es de gran belleza: en el macho dominan los tonos blanquecinos en su parte inferior, mientras que la hembra es inconfundible por su color chocolate y las manchas color crema que presenta en la cabeza y en los “hombros” de las alas.
Este águila de tamaño mediano es una especialista en la caza por sorpresa entre los cañavelares. Sobrevuela las masas de carrizos y eneas a la búsqueda de presas (pequeños mamíferos, aves acuáticas, reptiles…). De repente, cuando localiza algo interesante, se para y se lanza para capturar a su víctima.
En los montes cercanos habitan los jabalíes, los zorros, los conejos, las liebres y las aves rapaces, mientras que en los cultivos de secano de los campos circundantes subsiste una importante población de aves esteparias, entre las que destacan la perdiz y la avutarda, una de las mayores aves españolas.

ruidera. Autor, Frankeke Oteo

El mar de La Mancha. Autor, Frankeke Oteo

El parque natural de las lagunas de Ruidera abarca una extensión cercana a las 4000 hectáreas que protege el conjunto lagunar, así como el cercano embalse de Peñarroya. Y alberga otra una importante sorpresa que hará las delicias de los amantes de Cervantes: la cueva de Montesinos, citada expresamente en “Don Quijote de La Mancha”. A decir verdad, todo el entorno de este oasis está lleno de puntos que evocan las hazañas del Caballero de la Triste Figura.
En el famoso libro, Miguel de Cervantes escribió en el siglo XVII que el origen de esta zona lacustre se debe al encantamiento de la Dueña de Ruidera, una legendaria dama.
Volviendo a la cueva de Montesinos, Don Quijote la eligió para retirarse a reflexionar una temporada, pero tuvo la mala pata de caerse por ella y quedar maltrecho.
Por supuesto, la cueva es visitable, pero es aconsejable llevar linternas y calzado adecuado a prueba de resbalones, si no se quiere seguir la suerte del famoso hidalgo.
Sin embargo, si se quieren conocer a fondo estas profundidades, lo mejor es contratar una visita guiada con sabersabor.es. Con ellos es posible evocar perfectamente la atmósfera cervantina de la cueva, descubriendo las formas que el agua ha modelado en las paredes de la gruta: la cara de Don Quijote, la cabeza del cocodrilo, la figura de la Virgen, el Belén, la Teta de la Vaca… y la secreta “cámara el tesoro”, una pequeña sala de la cueva cuyo techo está recubierto de brillantes capas de cuarzo. El fondo de la cueva está ocupado por un lago de azuladas aguas cristalinas.
Todo un placer para los sentidos.

Entrada a la cueva de Montesinos. Autor, Victor Díaz

Entrada a la cueva de Montesinos. Autor, Victor Díaz


Un artículo de Antonio Bellón Márquez


Si queréis conocer todos los secretos de este lugar único e inigualable, os propongo vivir esta experiencia: Ruidera, el oasis de La Mancha 

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Madre Volga. Un viaje a la cuna de la vieja Rusia

Madre Volga. Un viaje a la cuna de la vieja Rusia

Conocido y respetado desde siempre por sus pobladores, el Volga (nombre de origen eslavo que quiere decir “húmedo”) es el río por excelencia del continente euroasiático. Fue Rha para los escitas e Itil según los turcos, mas los que han surcado sus aguas lo conocen simplemente por su apelativo femenino y familiar, tan repetido por otro lado en el folklore ruso: “Madre Volga”. Con mucho el más grande y caudaloso de Europa, lleva tras si un legado cultural e histórico que ha traspasado fronteras convirtiéndolo en una referencia única para quien quiera descubrir, de norte a sur, el país más grande del mundo. Arteria vital y durante muchos siglos indomable, fue el confín de la tierra para los griegos, el país de los remeros del Volga, de las correrías mongolas y también de Stenka Razin, el enigmático y legendario “Pirata del Volga” y líder de los cosacos durante el siglo XVII.

A lo largo de su curso podemos pasar de los inmensos bosques de coníferas al norte, sobre la meseta de Valdái, hogar del lince ártico y de las grandes manadas de renos, y a través de estepas y mesetas surcadas por tributarios tan grandes como cualquiera de los mayores ríos de Europa Occidental, hasta terminar en los bajíos cubiertos de cañaverales a la altura de Astracán, al norte del Caspio, uno de los deltas más extensos de la tierra y durante mucho tiempo hogar de poblaciones mongolas y turcas. Mesetas, llanuras, praderas y pantanos; ciudades históricas, iglesias ortodoxas, gentes de variada etnia, paisajes todos llenos de misterio y evocación épicos. Acompáñennos en este viaje fotográfico por la madre Volga y conozcan algo más del secreto que se esconde en el antiguo país de los “Rus”, la tierra y la cuna donde nace el frío.

 

El Monasterio de Nilov sobre la isla de Stolobnyi, en el lago Seliger y cerca de la cabecera del Volga. Autor, Gorgo

   El Monasterio de Nilov sobre la isla de Stolobnyi, en el lago Seliger, cerca de la cabecera del Volga

Colinas de Valdái, zona del nacimiento del río Volga. Autora, Illya Schurov

                                   Colinas de Valdái, zona del nacimiento del río Volga

Iglesia ortodoxa en Uglich, junto al Volga. Autor, Aleksandr Zykov

                                                     Iglesia ortodoxa en Uglich

Niña pescadora del Volga. Iliá Yefímovich Repin (1874)

                                            Niña pescadora en el río. Obra de Iliá Yefímovich Repin (1874)

Lago Nero junto a la histórica ciudad de Rostov. Monasterio de Spaso-Yakovlevsky. Autor, Alexxx Malev

           Lago Nero junto a la histórica ciudad de Rostov. Monasterio de Spaso-Yakovlevsky

Catedral de San Juan el Bautista, en Uglich. Autor, Alexxx Malev

                                            Catedral de San Juan el Bautista, en Uglich

Río Volga en el Óblast de Nizhniy Novgorod. Autor, Randolf Rautenberg

                                      Río Volga en el Óblast de Nizhniy Novgorod

Los sirgadores del Volga. Iliá Yefímovich Repin (1870-73)

                                           Los sirgadores del Volga. Obra de Iliá Yefímovich Repin (1870-73)

Catedral de la Transfiguración e Iglesia de San Basilio, en Murom. Óblast de Vladimir. Autor, Alexxx Malev

        Catedral de la Transfiguración e Iglesia de San Basilio, en Murom. Óblast de Vladimir

Curso del río Volga a la altura de Myshkin. Oblást de Yaroslavl. Autor, Alexxx Malev

                            Curso del río Volga a la altura de Myshkin. Oblást de Yaroslavl

El lugar donde confluye el río Kotorosl con el Volga. Óblast de Yaroslavl. Autora, Tjukka2

                       El lugar donde confluye el río Kotorosl con el Volga. Óblast de Yaroslavl

Después de la lluvia en Plyos, la Perla del Volga. Isaac Levitan. 1889

                                  Después de la lluvia en Plyos, la Perla del Volga. Obra de Isaac Levitan. 1889

Río Volga en el Óblast de Ivanovo

      Río Volga en el Óblast de Ivanovo

El río Volga cerca de la ciudad de Samara. Autor, Reasonable Excuse

                              Agua y cielo en el Volga, cerca de la ciudad de Samara

Celebración de un matrimonio Cosaco. Józef Brandt (1841-1915)

                                    Celebración de un matrimonio Cosaco. Obra de Józef Brandt (1841-1915)

            El delta del río Volga en el mar Caspio, visto desde el espacio. Autor, NASA's Marshall Space Flight Center

           El delta del Volga en el mar Caspio, visto desde el espacio. Autor: NASA’s Marshall Space Flight Center

Tropa de jinetes tártaros en la estepa de Tartaristán. Józef_Brandt (1841-1915)

                       Tropa de jinetes tártaros en la estepa de Tartaristán. Obra de Józef_Brandt (1841-1915)

Marismas y pantanos del Volga en su desembocadura. Astracán. Autor, Vladislav.bezrukov

                     Marismas y pantanos del Volga en su desembocadura. Astracán