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Naturaleza en Castilla – La Mancha (1ª parte)

Un recorrido por los paisajes naturales que muestran el esplendor de Castilla – La Mancha, perfectos para cualquier escapada


PARQUE NACIONAL DE CABAÑEROS


Cabañeros es mucho más que un parque nacional. Alberga lugares sorprendentes y desconocidos. Cuenta con el paisaje único de las “rañas” –llanuras- y bosque abierto típicamente Mediterráneo, y excepcionalmente bien conservado, que hacen de Cabañeros un paraíso natural y único en el sur de Europa, que algunos lo comparan con la sabana africana. Además abundan especies animales como la cabra montés, el corzo, el ciervo, el águila imperial ibérica y el buitre negro entre otros muchos. Combinado con la raña, encontramos un paisaje de montaña con bosques de robles, pinos y madroños, con imponentes cumbres de cuarcita que dejan ver de vez en cuando, a través de sus fósiles marinos, que este inmenso lugar hace millones de años era un fondo marino.


SERRANÍA DE CUENCA: NACIMIENTO DEL RÍO CUERVO


El manantial del que nace el río Cuervo es un paisaje singular y único, marcado por las caídas de agua, la erosión y el desgaste de las rocas. Su entorno, la vega del río Cuervo, ofrece agradables paseos en plena naturaleza en cualquier época del año, rodeados de animales y plantas únicas en esta zona de Castilla – La Mancha, como el musgaño de cabrera, la ardilla, la lavandera cascadeña y el mirlo acuático entre otras especies. También sobrevuelan gavilanes y águilas culebreras. Y, por supuesto los árboles: bosques eurosiberianos de acebos, tilos y arces que en otoño crean unos contrastes temáticos insuperables, con muchas mariposas, algunas de especies protegidas, como la Graellsia Isabellae.


PARQUE NACIONAL DE LAS TABLAS DE DAIMIEL


Ultimo lugar del mundo donde podemos ver un ecosistema de tablas fluviales, gracias a que las aguas salobres del río Cigüela, y las dulces del Guadiana, quedan retenidas en una llanura sin pendientes. El humedal perfecto, que nos permite convivir y observar a los animales y las plantas que crecen unidos al agua. Las Tablas de Daimiel destacan sin duda, por el sinfín de aves que ocupan intensivamente el parque, aprovechando las ovas, praderas sumergidas de algas que las alimentan, dan refugio y protección. Garzas, somormujos, patos colorados, porrones europeos, y muchas otras, que convierten a Las Tablas de Daimiel en un observatorio de importancia internacional. Un santuario natural espectacular.


EL CALAR DEL RÍO MUNDO Y DE LA SIMA


El patrimonio paisajístico, geológico y de biodiversidad de este Parque Natural lo convierten en único y en una gozada para los visitantes. En su accidentada e intrincada orografía destaca su paisaje kárstico, que moldea relieves y desniveles sugerentes gracias a la erosión, creando formas caprichosas e inverosímiles. Sus bosques entremezclan especies como los tejos, los fresnos, los sauces y los olmos entre pinares y encinares. Junto a los muflones, cabras montesas, y ardillas, habitan grandes rapaces protegidas como las águilas reales y las perdiceras, y los buitres leonados. Pero sin duda, el elemento más sorprendente y espectacular es la cascada del río Mundo en su nacimiento, un espectáculo sobrecogedor de belleza y vida especialmente con el deshielo al inicio de la primavera.


ALTO TAJO


El Alto Tajo nos traslada a gargantas y valles fluviales por donde en el pasado transcurrían los “gancheros”. Parajes sorprendentes, silenciosos, angostos y de una belleza salvaje y majestuosa, que además crean curiosas y caprichosas formas geológicas, como el Santuario de la Hoz cerca de Molina de Aragón, en un hermoso barranco. Este territorio, duro y bello también alberga a una gran diversidad de fauna y flora, gracias a su excelente conservación natural. Sus bosques son otra de sus maravillas, que nos permite disfrutar de aves rapaces, reptiles, anfibios y especies autóctonas de peces. Las mejores épocas de visita son los meses primaverales y el otoño, cuando la naturaleza muestra toda su belleza en tonos anaranjados y amarillos.


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Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

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Ecoturismo por los Parques Nacionales y Naturales de Ciudad Real

Os proponemos una serie de experiencias y actividades para descubrir algunos de los espacios naturales y rurales más valiosos de Europa ubicados en la provincia de Ciudad Real (España): los Parques Nacionales y Reservas de la Biosfera de Tablas de Daimiel y Cabañeros, y los Parques Naturales de Lagunas de Ruidera, y Valle de Alcudia y Sierra Madrona. Sin duda, el destino ideal para los que quieren vivir una auténtica experiencia de ecoturismo y naturaleza, aprovechando al máximo la estancia a la vez que se conservan los valores ecológicos y paisajísticos de cada destino, contribuyendo a sostener el entorno rural en el que se llevan a cabo, participando en el estilo de vida de las poblaciones locales y en la conservación del patrimonio natural y cultural.


Día 1

Nuestro viaje dará comienzo en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, Reserva de la Biosfera desde 1981 y ecosistema único y característico de La Mancha. Por medio de un itinerario interpretativo descubriremos los secretos ecológicos, geológicos y paisajísticos de este enclave privilegiado. Desde el observatorio de la Isla del Pan apreciaremos el trasiego incesante de diferentes especies que salen y entran al Parque, como las esbeltas garzas o los grupos de ánades que toman los rastrojos al amanecer. Observaremos especies tan emblemáticas como la Avutarda (Otis tarda), el Sisón Común (Tetrax tetrax), o la rarísima Ganga Ortega (Pterocles orientalis), que comparten hábitat con los bandos de Grullas (Grus grus) invernantes. Un auténtico muestrario de especies en donde conviven la amenazada Malvasia (Oxyura leucocephala) o el Porron Pardo (Aythya nyroca), con Zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) y Calamones (Porphyrio porphyrio), Flamencos rosados (Phoenicopterus ruber), los llamativos bandos de Bigotudos (Panurus biarmicus), los Escribanos Palustres (Emberiza schoeniclus) y el escaso Carricerin Real (Acrocephalus melanopogn)… un espectáculo asegurado durante todo el año. A la hora de comer disfrutaremos de un almuerzo campestre. Por la tarde visitaremos la Motilla del Azuer, uno de los más importantes yacimientos arqueológicos de España. Descubriremos el origen de este singular asentamiento de la Edad de Bronce: una fortificación con más de 4.000 años de antigüedad, donde encontraremos el pozo más antiguo de la Península Ibérica.

ecoturismo Tablas de DaimielTablas de Daimiel

Tablas de DaimielTablas de Daimiel

Tablas de Daimiel ecoturismoTablas de Daimiel

turismo arqueológico Motilla AzuerYacimiento arqueológico de la Motilla Azuer


Día 2

Realizaremos un inolvidable recorrido de naturaleza por el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un enclave privilegiado formado por un rosario de 15 bellas lagunas y que en conjunto constituyen todo un espectáculo para los sentidos, además de una curiosidad ecológica y geológica de primer orden en España y en todo el ámbito europeo. Los grandes bosques mediterráneos de encinas (Quercus ilex) y sabina albar (Juniperus thurifera), y una fauna impresionante, con más de 250 especies de vertebrados, harán las delicias de los visitantes. A la hora del almuerzo, nos espera una deliciosa y auténtica comida típica en un cortijo / huerta de la zona, un lugar lleno de encanto y esencia manchega donde vamos a disfrutar de una comida típica a base de platos tradicionales. Por la tarde realizaremos un Taller Artesanal de Esparto, una fibra obtenida de diversas plantas silvestres de la zona. Con dicha fibra se elaboran sogas, alpargatas, cestas, alfombras, utensilios, etc.

Laguna del ReyLaguna del Rey. Autor, Bernardo Sevilla

Ruidera hundimientoEl Hundimiento. Lagunas de Ruidera. Autor, sabersabor.es

ecoturismo Lagunas de RuideraLagunas de Ruidera

taller EspartoTaller de Esparto

Huerta Villanueva de los InfantesHuerta Manchega

Utricularia australisUtricularia australis


Día 3

Descubriremos el Parque Nacional de Cabañeros: un lugar único en el mundo. Porque aquí sobrevive intacto el gran bosque mediterráneo de Europa, donde el visitante aún puede verse rodeado de la fauna ibérica más amenazada, y ver fósiles de más de 500 millones de años de antigüedad. Su excepcional conservación permite al visitante disfrutar de la gran reserva natural ibérica. En su paisaje de extensas llanuras y bosque abierto viven grandes mamíferos como la cabra montés (Capra pyrenaica), el águila imperial ibérica (Aquila adalberti) y el buitre negro (Aegypius monachus), además del ciervo ibérico (Cervus elaphus). Sus más de mil especies vegetales, sus fósiles del Ordovídico, y las cabañas de carboneros que dan nombre al parque son sólo una pequeña parte de su atractivo. Acompañado por nuestro guía intérprete, recorremos el interior del Parque Nacional descubriendo todos sus secretos y disfrutaremos de un almuerzo campestre.

Cabañeros Cabañeros

Buitre negro CabañerosBuitres negros

Parque Nacional CabañerosParque Nacional de Cabañeros

Berrea CabañerosBerrea

Boquerón del EstenaBoquerón del Estena


Día 4

Realizaremos un recorrido por el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona: un lugar donde disfrutar de la naturaleza aún en estado virgen. Sus bosques, entre los que se encuentran árboles centenarios y milenarios, la riqueza paisajística de sus parajes y las más de 160 especies de aves que lo habitan hacen de este parque natural uno de los más bellos y desconocidos de España. El Parque Natural presenta dos paisajes diferenciados. Por un lado una enorme extensión de dehesas de aprovechamiento secular ganadero que conforma el Valle de Alcudia, con su mar de encinas y pastizales en el que se pierde la vista. Por otro las sierras y montes del sur, de relieve quebrado, crestones y pedrizas que constituyen Sierra Madrona. El parque alberga diversas manifestaciones de vulcanismo de Ciudad Real. A medio día realizaremos un almuerzo campestre.

Valle de AlcudiaValle de Alcudia

Chorrero de la SierpeChorrero de la Sierpe

encina milenaria AlcudiaEncina milenaria

SisapoYacimiento arqueológico de la ciudad de Sisapo en La Bienvenida

Solana del Pino Valle Sierra MadronaSolana del Pino Valle, Sierra Madrona

Peña escrita FuencalientePeña escrita, Fuencaliente


Un artículo de Antonio Bellón Márquez ©


Si estas interesado en realizar esta irresistible escapada, contacta con sabersabor.es 


Fotografía de portada: Lagunas de Ruidera. Autor, Miguel A. García

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La Cimbarra o la leyenda del salto de la novia

La Cimbarra - Raúl Sánchez

La cascada de la Cimbarra es una de las más espectaculares del país. Asomarse a ella es imprescindible si se visita Aldeaquemada, muy cerquita de Despeñaperros


Cuentan los viejos del lugar que en las calurosas noches de verano se sentaban en las puertas y la Cimbarra refrescaba.
Es una de las cascadas más importante de España a escasos 2 km del pueblo de Aldeaquemada, en Sierra Morena y muy cerca del Parque Natural de Despeñaperros, a caballo entre las provincias de Jaén y Ciudad Real.
Un pintoresco lugar de relieve abrupto donde el encajonamiento del río Guarrizas forma una sucesión de cascadas, de las cuales la más bella y espectacular es la Cimbarra. En ella queda expuesta en la superficie una pared vertical, formada por unos estratos rocosos muy resistentes a la erosión. En ocasiones, es posible observar sobre estas rocas los rastros fósiles de organismos o las espectaculares rizaduras provocadas por el oleaje.
Este enclave protegido (Zona de Especial Protección para las Aves) destaca también por su valioso patrimonio cultural, constituido por una veintena de importantes evidencias prehistóricas. Interesantes ejemplos son la Tabla de Pochico, en el cerro de la Cimbarra o los de Monuera y Desesperada. En ellos, se han encontrado valiosísimas muestras de arte rupestre, que han motivado la declaración de estos yacimientos como Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.

Paraje de la Cimbarra

Cantueso, flora de la Cimbarra
Cantueso, flora de la Cimbarra

Cascada de la Cimbarra

Sierra Morena es un lugar místico. Existen una multitud de leyendas en torno a sus parajes y la Cimbarra no está libre de ellos. Una de ellas dice así:
Cuentan que hace muchos años, había una costumbre local por la que los novios que iban a contraer matrimonio, tenían que someterse a una curiosa ceremonia para demostrar ante todos que se querían de verdad, y asegurarse la felicidad y fertilidad del matrimonio, si superaban la prueba.
Poco antes de la boda, acompañados de familiares y amigos, iban al paraje ubicado en la cascada de la Cimbarra, y en ese lugar, en donde más se estrechaba el río, por allí por donde la piedra ofrece su color plomizo bajo las estrellas, la novia tendría que cruzar de un salto a la orilla opuesta, ante la atenta mirada de los allí presentes.
Si lo conseguía sin percance, se le auguraba a la pareja una gran dicha en el futuro matrimonio, y se demostraría que la joven quería fielmente a su novio; más si no lograba el salto, el matrimonio se consideraba irrealizable o desgraciado, de forma que convencidos de ello, los novios rompían su compromiso y su relación.
Cierto día, dos jóvenes novios bajaron radiantes de alegría a demostrar ante todos, que se amaban. Sabían la presión a la que estaban sometidos al ser observados por tanta gente, pero estaban dispuestos a demostrar que aquella absurda tradición, no era más que una tontería que poco iba a mermarles el amor que sentían el uno por el otro.
Pero tampoco estaban dispuestos a que sus vecinos, con los cuales tenían una gran relación, se les echaran encima por negarse a realizar una, en principio, inofensiva prueba que desde tiempos remotos se venía realizando entre las parejas de los pueblos cercanos.
Como cada vez, la gente esperaba el salto con impaciencia. Pero aquel día, el comentario general se centraba en lo revuelto que bajaba el río Guarrizas y en el ruido ensordecedor del agua al entrechocar con las rocas, aunque confiaban en el destino, pues daban por seguro que la fuerza del amor de aquella joven sería más fuerte que la del embravecido río.
También los dos enamorados pensaban y murmuraban lo mismo, pero aquella mujer con cara de niña, cabellos dorados y ojos de color miel, no estaba dispuesta a que el río le arrebatara su más preciado tesoro, aquel joven de tez morena y ojos verdes, por el cual sentía una pura pasión.
Así que, aunque nerviosa, se separó de su amado y se dispuso a saltar. Cogió carrerilla y controlaba el momento de tomar impulso, pero cuando llegó el salto, perdió pie y… la fatalidad quiso que cayera al agua y fuera rápidamente arrastrada hacia un remolino que la escondía y la mostraba a su capricho.
El joven, desesperado y en un prueba suprema de amor, se arrojó inmediatamente al río para tratar de rescatarla de la potente corriente que la llevaba a una muerte segura, pero por más esfuerzos que hizo en su desesperado intento, el agua los sumergió a ambos. Sus jóvenes cuerpos, inertes y entrelazados, aparecieron río abajo, donde el agua culmina su remanso, enviando lágrimas entre las piedras.
Aquella terrorífica tragedia, hizo reflexionar sobre la validez de la, ahora fatídica, tradición, y coincidiendo los vecinos en que aquello podría traer más desgracias que alegrías, se dinamitó el paso estrecho para que en el futuro, a nadie se le ocurriese saltar de nuevo.
Se cuenta que aun hoy, en las noches de luna llena, cuando los luceros danzan en el firmamento, se escuchan por el valle los lamentos y las promesas de los enamorados que murieron por demostrar a los demás lo que ellos bien sabían. Desde entonces la cascada de la Cimbarra llora su perdida, y el río se convierte en el manto blanco y puro de la novia, que acoge tiernamente a su amante, convertido en piedra.

agua ecoturismo Campo de Montiel


Para vivir esta leyenda y muchas más en persona, os esperamos en nuestras próximas rutas



Fotografía de portada de Raúl Sánchez


Un artículo de Antonio Bellón Márquez

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Cazadores de fósiles en Montana. ¿Cómo encontrar un criadero de dinosaurios?

Cazadores de fósiles en Montana. ¿Cómo encontrar un criadero de dinosaurios?

La afición de explorar en busca de huesos de dinosaurios había sido para Jack Horner y Bob Makela un continuo desde sus días de universidad. Igual que otras personas emplean el día jugando a los bolos, o pescando, ellos tomaban una bolsa de yeso y una caja de cervezas, y se marchaban al campo para reconstruir mundos de un pasado remoto. Con frecuencia excavaban en la región del oeste de Montana (EEUU) donde Horner, cuando solo tenía 8 años de edad, encontró su primer fósil de dinosaurio en el rancho de la familia. A finales de julio de 1978, otro paleontólogo les pidió que pasaran por un establecimiento dedicado a la venta de rocas fósiles en Bynum, también en Montana, para que echaran un vistazo a unos especímenes de dinosaurio que los propietarios de la tienda querían vender a los turistas como recuerdos.

 

2. Horizontes de grandeza. Montana. Autor, Mark Hamilton

Horizontes de grandeza. Montana. Autor, Mark Hamilton

3. Vistas del Parque Nacional Glacier. Autor, Norrisbaby

Vistas del Parque Nacional Glacier. Autor, Norrisbaby

4. Hadrosaurios. Ilustración de Heinrich Harder (1858-1935)

Hadrosaurios. Ilustración de Heinrich Harder (1858-1935)

5. Cowboy en Montana. Hacia 1942. Autor, Grandpa and Grandma

Cowboy en Montana. Hacia 1942. Autor, Grandpa and Grandma

6. Wild Goose Island. Autor, Loco Steve

Wild Goose Island. Autor, Loco Steve

Una noche, en la tienda, los dos cazadores de dinosaurios identificaron unos huesos que no eran de especial interés. Poco después, tras habérselo pensado mejor, la propietaria del establecimiento sacó una lata de café que estaba llena de pequeños huesos fósiles. La dueña les extendió dos pequeñas piezas cada una de las cuales medía menos de un centímetro. Una era el extremo de un fémur, tan diminuto que Horner se volvió a Makela y le dijo al oído: “No vas a creerlo, pero me parece que son trozos de huesos de una cría de dinosaurio pico de pato”. Ninguno de ellos había visto una cría de dinosaurio en los diez años que llevaban excavando fósiles, y de hecho pocos paleontólogos lo habían hecho: el argentino José Bonaparte encontró recientemente un dinosaurio apenas empollado, y tan pequeño que cabía en el hueco formado por las dos manos, pero se trataba de una auténtica rareza. Hunter y Makela explicaron a los dueños la importancia de aquellos hallazgos, y consiguieron así que les desvelaran la situación exacta del yacimiento.

 

7. Praderas infinitas, al este de Montana. Autor, Fladager Photography

Praderas infinitas, al este de Montana. Autor, Fladager Photography

8. Flathead Lake. Autor, PJ Johnson

Flathead Lake. Autor, PJ Johnson

9. Reconstrucción de un nido similar a los encontrados por Horner y Makela. Autor, Drow Male

Reconstrucción de un nido similar a los encontrados por Horner y Makela. Autor, Drow Male

10. Centennial Mountain Range. Autor, Petechar

Centennial Mountain Range. Autor, Petechar

11. Antigua granja. Autor, Jeremy Wheaton

Antigua granja. Autor, Jeremy Wheaton

Durante los siguientes años acamparon en aquellos parajes deshabitados, viviendo en tiendas que hacían del lugar más un campamento indio que una expedición científica. Se trataba de una zona al oeste de Great Falls, junto a la carretera que conduce al Parque Nacional Glacier. Hacia el oeste, más allá del río Teton, se alzaban las Montañas Rocosas, mientras que al este quedaban las Grandes Praderas. Entre ambos lados se extendía un talud cubierto de hierba donde el viento y el agua habían erosionado los sedimentos de tierra de los últimos 80 millones de años. Fue allí, durante el primer año y solo al cabo de algunos días de iniciar los trabajos, cuando bajo un sol ardiente y el viento constante procedente de la cordillera excavaron los restos de un nido de barro, que contenía quince pequeñas crías de dinosaurios fosilizadas. El nido era como una especie da tazón hueco, de unos 2 metros de diámetro y 1 metro de profundidad en su centro. Cada una de las crías tenía 1 metro de longitud, y sus dientes mostraban que llevaban algún tiempo comiendo.

 

12. Huevos fósiles de dinosaurio

Huevos fósiles de dinosaurio. Autor anónimo

13. Transporte de ganado en las praderas. Autor, USDAgov

Transporte de ganado en las praderas. Autor, USDAgov

14. Caballos. Autor, Nomadic Lass

Caballos. Autor, Nomadic Lass

15. Tormenta en Gold Creek, Montana. Autor, Lynn

Tormenta en Gold Creek, Montana. Autor, Lynn

16. Reconstrucción de un Hadrosaurio. Academia de Ciencias Naturales. Filadelfia. Autor, Jim, the Photographer

Reconstrucción de un Hadrosaurio. Academia de Ciencias Naturales. Filadelfia. Autor, Jim, the Photographer

Esto señaló el comienzo de uno de los descubrimientos de dinosaurios más brillantes e ilustradores del siglo XX. Horner y Makela descubrieron más de 300 huevos de dinosaurio en distintos nidos, de unos 20 cm. de longitud, y algunos conservaban incluso el esqueleto del embrión en su interior. A veces aparecían las crías, otras veces dinosaurios jóvenes y también restos de adultos, los padres de la progenie. Estos hallazgos dieron la primera prueba evidente de que los dinosaurios no eran brutos sin alma y que se ocupaban del cuidado de sus retoños, un rasgo característico que no se da en absoluto en los reptiles. Los huesos correspondían a hadrosaurios, o también conocidos como dinosaurios de pico de pato: unos herbívoros norteamericanos que vivieron en pleno periodo Cretácico hace 80 millones de años, y que en estado adulto alcanzaban fácilmente 8 o 10 metros de longitud (algo así como un autobús de línea). El hecho de encontrar crías de distintos tamaños junto a sus padres revelaba que aquellos pequeños eran cuidados y atendidos por sus progenitores durante varios meses después de la incubación y la ruptura del huevo. Al igual que un pequeño petirrojo llevando gusanitos a sus crías, la “buena madre lagarto” debió haber alimentado a sus hijos regresando frecuentemente al nido de fango arenoso con semillas, bayas y hojas verdes.

 

17. Tierra de praderas en Montana. Autor, Mark Stevens

Tierra de praderas en Montana. Autor, Mark Stevens

18. Switchback ranch. Montana. Autor, Skeggy

Switchback ranch. Montana. Autor, Skeggy

19. Lago Flathead desde Hash Mountain. Autor, Aanderingwoodssoul

Lago Flathead desde Hash Mountain. Autor, Aanderingwoodssoul

20. Cráneo de un Hadrosaurio, similar a los encontrados en Montana. Autor, Keith Schengili-Roberts

Cráneo de un Hadrosaurio, similar a los encontrados en Montana. Autor, Keith Schengili-Roberts

21. Invierno en las praderas y caballo indio. Autor, MattCadwallader

Invierno en las praderas y caballo indio. Autor, MattCadwallader

Pero las excavaciones les reservaban una sorpresa aún mayor. A medida que barrían el terreno adyacente a los nidos descubrían otros similares, separados entre sí unos siete metros como mínimo. Este detalle llamó poderosamente la atención a Horner, puesto que siete metros suele ser la longitud mínima de un hadrosaurio adulto. Además todos los nidos ocupaban la misma capa o estrato, lo que daba a entender que se habían utilizado al mismo tiempo: aquel lugar había sido sede de una verdadera colonia de crianza, semejante a la de muchas aves modernas. En otras ocasiones se hallaban a tres niveles diferentes sobre el suelo, unos encima de otros, lo que sugería la idea de que los adultos habían ido anidando en el mismo lugar año tras año, y durante bastante tiempo. Es decir, se trataba del lugar al que regresaban en cada temporada de crianza, y alejado además de las zonas bajas y pantanosas que proliferaron tanto en el Mesozoico. ¿La razón? Muy sencilla: nuestras madres hadrosaurio buscaron siempre terrenos elevados y aislados para criar a sus retoños, y lejos por tanto de los dinosaurios carnívoros que infestaban las cuencas selváticas vecinas… Todo un tributo al amor que profesaban a su progenie.

 

22. Cielo de Montana. Autor, Isolino Ferreira

Cielo de Montana. Autor, Isolino Ferreira