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Los mejores Carnavales de La Mancha

Ya están aquí los carnavales, una de las fiestas más divertidas y canallas del calendario manchego


Va avanzando el nuevo año, y en medio de días ventosos y fríos llega por fin el tiempo de los carnavales, las fiestas en las que el desenfreno campa a sus anchas en multitud de ciudades y pueblos de todo el mundo. La provincia de Ciudad – Real no es ajena a estos días de mascarada, y así son célebres por ejemplo los carnavales que se celebran en Villarrobledo, Tomelloso, Alcázar de San Juan, Herencia… entre otros.
Parece ser que el origen de la palabra carnaval procede de la Alta Edad Media, cuando la Iglesia Católica propuso denominar a estos días previos a la Cuaresma “carne-levare”, una expresión latina que significa “abandonar la carne”. De forma tan explícita se recordaba así a los fieles su obligación de evitar el consumo de carne durante los viernes previos a la Pasión y Resurrección de Cristo. El problema es que el carnaval ya era conocido desde mucho antes, y no precisamente como una apología de abstinencia y sacrificio… Cualquiera sabe que los carnavales fueron en su origen fiestas paganas que muchos pueblos celebraban en honor a su panteón politeísta, y también que los romanos fueron probablemente los más duchos en el arte del jolgorio ritual.
No hay que ser muy lúcido para encontrar pinceladas de esta fiesta en algunas de las celebraciones romanas más sonadas: durante las Saturnales, por ejemplo (que ellos celebraban en fechas navideñas), todo lo prohibido dejaba de serlo y las normas eran violadas sistemáticamente al tiempo que el vino corría en las mesas como agua de mayo. Los prisioneros recuperaban su libertad, los esclavos portaban máscaras y se convertían en señores mientras el dueño pasaba a ser siervo y les obedecía. También estaba permitido que las mujeres consumiesen vino, cosa que debían evitar el resto del año si no querían exponerse a un altercado conyugal (de aquella época viene la costumbre del marido de besar a su esposa en la boca al llegar a casa, y que entonces era un método seguro para cerciorarse de que no había bebido).
Tras este interesante apunte histórico, os proponemos viajar para descubrir algunos de los carnavales declarados de Interés Turístico Nacional que ofrece La Mancha. ¡Qué disfrutéis!

CARNAVAL DE VILLARROBLEDO

El Carnaval de Villarrobledo, de Interés Turístico Nacional, es popular y participativo y, aunque celebra y mantiene actividades y tradiciones similares a las de otros muchos carnavales, como los desfiles, el concurso de Murgas y Chirigotas o el Entierro de la Sardina, sus múltiples particularidades, como el Rastrillo de Carnaval, la Noche del Orgullo Manchego o el Concurso de Bodas lo hacen único.
Sus orígenes están documentados en el año 1510, donde se indica que tuvo varias veces problemas con la Iglesia de aquella época. Fueron siempre carnavales de calle, muy populares en toda la región. Se recuperaron tras la Guerra Civil Española, aunque no se podía salir enmascarado, por lo que prevalecían los bailes en los salones. A partir de 1970 volvieron definitivamente las máscaras y, en 1980, los desfiles. Es de los carnavales más participativos de la región y durante más de una semana, todo en Villarrobledo es Carnaval. Desde la gente que sale disfrazada a las calles, a los dependientes y camareros de los establecimientos. Toda hora es buena para una celebración que conjuga los tradicionales desfiles con peculiaridades únicas como los rastrillos o la Noche del Orgullo Manchego. Entre las celebraciones oficiales, destaca el concurso de Murgas y Chirigotas, y los desfiles Adultos e Infantiles. O las Bodas, donde se parodia el casamiento… de cualquier cosa. Pero son los vecinos quienes desbordan el Carnaval, haciendo espectáculos en calles y plazas, con sus propios disfraces, a cual más original. Y es que todo Villarrobledo es, en estas fechas, una gran fiesta de disfraces. ¿La mayor del mundo? Tal vez…
Los desfiles del Carnaval Infantil son únicos en España: imperdonable perdérselos. Se dice popularmente que este Carnaval es la única fiesta en el mundo de diez días que dura once. No es que en Villarrobledo pueda manipular a su antojo el tiempo, esta paradoja se explica porque en la actualidad y oficialmente, el Carnaval de Villarrobledo dura diez días, pero oficiosamente y de hecho dura once porque la llegada de Los Juanes (disfrazados de aves de la familia de los córvidos muy abundantes en la zona y que aquí se llaman juanes) se celebra el día de Jueves Lardero.

Cartel Carnaval Villarrobledo 2020. Autor, Ruben Almansa Tomás

CARNAVAL DE TOMELLOSO

La manifestación típica del Carnaval tomellosero resalta por los brillantes desfiles carnavaleros que tienen lugar durante estos días. Así, el desfile de comparsas escolares, en el que participan casi dos mil niños, padres, profesores, con un despliegue de imaginación y colorido que le ha hecho ser declarado de Interés Turístico Regional; el desfile de grupos y comparsas carnavaleras con mucho color, risas y humor, en el que destacan sin duda las grandes peñas de la ciudad, y de otros pueblos y ciudades de la región.
Divertidos, trasgresores, es una fiesta muy participativa y muy divertida, y un buen momento para que el viajero se acerque a disfrutar y conocer todo lo que ofrece Tomelloso: ocio y cultura, gastronomía y enoturismoLa Atenas de La Mancha, cómo se le conoce, por ser cuna de ilustres pintores y escritores de la talla de Antonio López Torres, Antonio López García, Francisco García Pavón, Eladio Cabañero, Félix Grande… una ciudad moderna y activa, consciente de su pasado y tradición vitivinícola, que conserva todos los valores que su historia le aporta y se reconoce, como no puede ser de otro modo, ciudad manchega.
Para no perdérselo es el fantástico Concurso de Máscara espontánea donde todos los participantes derrochan sentido del humor, demostrando ganas de pasarlo bien y asombrando al público con su ingenio y su originalidad.

CARNAVAL DE ALCAZAR DE SAN JUAN

La celebración del Carnaval en Alcázar, corazón de La Mancha, se adelanta a todos los demás carnavales de España: se celebra nada más y nada menos que durante los últimos días de diciembre… ¡durante las navidades!
Para encontrar el origen a esta sobredosis festiva habría que remontarse unos 200 años en la Historia, concretamente a la época de la Guerra de la Independencia, cuando ya se menciona en algunos documentos su existencia como una forma de oposición popular contra la ocupación francesa. Otras fuentes hablan de que el carnaval se celebra en Navidad, debido a una disputa entre el tercer estado y la nobleza, decidiendo entonces hacer la fiesta en Navidad para contrariar a los nobles: “En aquel momento, en la noche entre Nochebuena y el día de Navidad se empezaron a celebrar unos bailes paganos dentro de la Iglesia de San Francisco después de la misa del Gallo… Esto se popularizó hasta tal punto que cuando las autoridades y las instituciones del momento intentaron durante dos o tres años recuperar la normalidad y alinearse con el resto del planeta para hacerlo en febrero fue tal el fracaso que volvieron a diciembre. Aunque se organizaban cosas de manera oficial en febrero, todo el mundo se disfrazaba en el mes de diciembre”
Es diciembre, pero es carnaval. El día 22 los peleles –unas figuras hechas con ropa vieja rellena– cuelgan de los balcones de Alcázar de San Juan. Es el anuncio: serán manteados y quemados el día 28, en que se entierra la sardina.
Durante estos días se puede disfrutar de coloridos desfiles de carrozas, comparsas y máscaras. El Carnaval de Alcázar de San Juan finaliza el 28 de diciembre con el tradicional “Entierro de Doña Sardina” en el que los vecinos salen por las calles de la localidad vestidos de luto acompañando a la conocida sardina… quemada finalmente en una hoguera. ¡Una fiesta de Interés Turístico Nacional para no perdérsela!.

CARNAVAL DE HERENCIA

El carnaval de Herencia es otro de los imperdibles en estas fechas. Una fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional y que se celebra antes que todos los demás carnavales.
Día y noche, fiesta y mesa. Un no parar. Herencia siempre se ha caracterizado por arraigadas tradiciones, entre las que ocupa un lugar destacado el carnaval. Tanto que se adelantan una semana a todos los demás. Por algo se llama a su fecha de inicio Sábado de los Ansiosos. El día siguiente, Domingo de las Deseosas, es también un día importante: se sacan de nuevo las máscaras y trajes para lucirlos en el pasacalles. El nombre de este día, viene del “deseo” de empezar el carnaval, de la gente que espera con impaciencia el momento de disfrazarse, puesto que oficialmente el carnaval empezaba al viernes próximo.
El primer día no oficial del Carnaval de Herencia es el Viernes de Prisillas que nace de la idea de crear un día en el que sus principales protagonistas son las peñas locales, encargadas de animar el Carnaval de principio a fin, especialmente en los pasacalles.
Posiblemente el acto más importante del Carnaval de Herencia es el Ofertorio de Ánimas que se celebra el Martes de Carnaval. En este desfile participan carrozas, gigantes y cabezudos, bandas de música, oferentes y las máscaras de Carnaval entre las que sobresale la tradicional figura del “Perlé”, encarnado por un hombre vestido con blusa holgada, pantalón de tela a rayas de colores, a modo de pijama, y en la cabeza un gorro infantil de idéntica tela, que circula libremente por la población mezclándose con las máscaras y asustando a niñas y niños, quienes a su vez tratan de gastarle bromas.
También son destacables las “jinetas”. Estas salían hace años cumpliendo una promesa particular o familiar pero ahora las promueve el ayuntamiento y representan a los gremios de la localidad: el de la construcción, hortelanos, panaderos, comerciantes, etc. Cada una de ellas está formada por varios niños ataviados con el traje regional o de época, acompañados por un adulto que lleva la ofrenda.
El Carnaval termina con el entierro de la sardina, una tradición del siglo XX, en la que las familias pasaban “una tarde de campo” en el paraje de la sierra de San Cristóbal. La merienda terminaba con la degustación de una sardina, tradicionalmente “una sardina salá”, cuya raspa era enterrada en un pequeño agujero en el suelo.


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

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Valdepeñas, el origen del vino

denominación origen Valdepeñas

La historia de Valdepeñas es la crónica de sus viñedos y de sus vinos, escrita con pasión por gentes dedicadas al cultivo de la vid desde tiempos ancestrales


De saliente a poniente, a caballo entre el Campo de Montiel y el Campo de Calatrava, el Jabalón, este modesto río, en un valle abierto y fecundo, iba a escribir, a lo largo de los siglos, la historia de un vino, el de Valdepeñas.
Valdepeñas y vino son una pareja unida desde hace miles de años. Casi tantos como las vides y cepas que pueblan las tierras de esta llanura castellano-manchega en la provincia de Ciudad Real. Valdepeñas fue de hecho cruce de caminos en un punto geoestratégico crucial para el desarrollo del comercio en general y del impulso vitivinícola particular gracias al cultivo de una uva de la que se extraen deliciosos caldos que han sobrevivido hasta hoy. Valdepeñas es tradición, es la historia de una tierra que esconde muchas.
El vino y Valdepeñas están asociados desde tiempos inmemoriales y a su vez la historia de esta unión es la historia de una de las Denominaciones de Origen más antiguas, reconocida en 1932, y más conocidas por los españoles. Es, por tanto, una denominación tradicional, experimentada y popular.
La simbiosis que existe entre los ciudadanos de esta zona con el vino y su amor al viñedo sólo se entiende si se hace un breve repaso histórico en el que se observa que siempre uno ha formado parte del otro. El viaje comienza allá por el siglo V a.C., cuando se ratifica la producción de vino en la zona del “Cerro de las Cabezas”. Pastores íberos, nómadas y errantes, cansados tal vez de trashumar desde la Alcudia hasta el azul Mediterráneo, o hacia los pastos del norte ibérico, decidieron cambiar sus vidas y a la orilla del río Jabalón, en el Cerro de las Cabezas (hoy día un importante Conjunto Arqueológico), se hicieron sedentarios. Allí, sobre la ladera de la suave colina, dominando el valle abierto e inmaculado, tomaron la sublime y profunda decisión de crear un pueblo y plantar el primer viñedo. Y ahí están sus testimonios, en esas vitrinas del Museo Municipal de Valdepeñas.

Viñedo Valdepeñas Viñedo de Valdepeñas

Cerro de las CabezasVista aérea del entramado urbano de la ciudad íbera del Cerro de las Cabezas

Uva tinta de ValdepeñasUva tinta de Valdepeñas

En la Reconquista el valle se llena de lucha y de vida. Es tanto el fervor de estos pueblos por el vino y su cultura que aun sometidos a dominaciones extrañas como la mora, que prohibía el consumo de alcohol y obligaba al arranque de los viñedos, lograron del Califato de Toledo que se extendiera una bula especial permitiéndoles la continuidad de sus cultivos y la elaboración de su vino. Y dicen que hasta lograron hacerles partícipes de su consumición.
En el siglo XII, al Valle de Peñas también arribaron los monjes Cistercienses. Raymond de Citeaux llegó a España desde Borgoña y fundó unos años después la Orden de Calatrava en el mismo castillo que adquirió a los templarios franceses, bajo cuya protección crecería la villa de Valdepeñas y sus viñedos en los siglos siguientes y que da nombre a una de las zonas por donde se extiende la denominación de origen: el Campo de Calatrava. Estos monjes fueron los que introdujeron en el Valle de Peñas, la variedad tinta que evolucionó después a nuestra noble y generosa Cencibel.
Los monjes cuidan con esmero sus viñedos y elaboran el vino de consagrar. Los valdepeñeros (Valdepeñas se fundó en el año 1243) trabajan sus viñas y olivos y pagan a los señores sus tributos en vino y aceite. Bajo la protección de la Orden de Calatrava, a la que pertenece la villa, el viñedo se desarrolla de tal manera que se podía alcanzar la ciudadanía con el compromiso solo de tener un cobijo techado y una aranza de viñedo.
El buen hacer de los agricultores y el cuidado del producto a lo largo de generaciones permitió consolidar la actividad vitivinícola de Valdepeñas a partir del siglo XVI. Un protocolo de la Orden Trinitaria de 1594 hace constar la alta reputación de los vinos de Valdepeñas. El gran impulso del vino de Valdepeñas se produce con la construcción del Camino Real que une la capital con Andalucía.
Cuando la corte del rey Felipe II se instala en Madrid (1561) se extiende la fama de la calidad del vino de Valdepeñas y desde ese momento entra a formar parte de la historia de la Villa. Allí se populariza su consumo de tal manera que los impuestos especiales sobre su comercio, fielatos, permiten al rey Carlos III, gran arquitecto de la capital, sufragar algunas de las obras más importantes de su reinado tales como la Puerta de Alcalá o la Puerta de Toledo. Ya en 1790 se habla de una producción anual de 200.000 arrobas de vino, pero es en el siglo XIX cuando su comercio queda establecido de una forma continuada.

Vendimia en ValdepeñasVendimia en Valdepeñas

Enoturismo en ValdepeñasEnoturismo en Valdepeñas

Molino Gregorio PrietoMolino Gregorio Prieto


Cualquier forma de vegetación posible queda anulada por la vid. En rigor, Valdepeñas y la vid se confunden, se diría que son una misma cosa


Llega el siglo XIX y con la inauguración del ferrocarril la comercialización de los vinos de Valdepeñas se dispara e incluso se llega a fletar un tren diario a Madrid cargado de vino denominado Tren del Vino. Más de 25 vagones hacia la capital madrileña y, otros tantos, con las ciudades de Alicante y Valencia. Eran los tiempos del aloque, que se envejecía en grandes tinajas de barro.
En esta época gloriosa del vino de Valdepeñas, se llegaron a exportar graneles a Cuba, Rusia, Filipinas y países del mundo entero, lo que demostraba la estabilidad y calidad de los vinos de Valdepeñas, ya que tenían que viajar por medio de transportes marítimos, de larga duración y agitado recorrido.
Algunos años atrás, un 6 de junio de 1808, durante la Guerra de la Independencia, los vecinos de Valdepeñas impidieron que las fuerzas francesas mandadas por Ligier-Belair, junto con Roize y Vedel, pudieran alcanzar Despeñaperros y poner en riesgo la sorprendente victoria del general Castaños sobre el mariscal Dupont. La Galana y El Chaleco destacaron en la acción. Con los vecinos y vecinas de Valdepeñas no puede ni el gran ejército francés de Napoleón.
El siglo XX trae consigo el ataque de la filoxera y la llegada de la vid americana, inmunizada contra la enfermedad. El viñedo se renueva, se moderniza, se instala la primera Estación Enológica del Estado, se reconoce, en 1932, la Denominación de Origen y sus posteriores Reglamentos.
La Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, al igual que la de la Independencia en el siglo pasado, cambiaron radicalmente los gustos y las costumbres sociales y el vino fue evolucionando hacia el prestigio que hoy puede exhibir con orgullo el vino de Valdepeñas. Quedan atrás veinticinco siglos de historia y sacrificio que han hecho posible la fama de la que hoy puede hacer gala Valdepeñas.

Tinaja ValdepeñasTinaja en Valdepeñas

Calle Real de ValdepeñasCalle Real de Valdepeñas

Nuestra Señora de la Asunción, ValdepeñasNuestra Señora de la Asunción, Valdepeñas


Valdepeñas es un pueblo de cinemascope. Tal vez porque también los paisajes manchegos, plenos de luz, de horizontes inmensos, son paisajes de cinemascope


El viajero podrá aprender más de la historia y tradición del vino Valdepeñas en el Museo del Vino alzado sobre la antigua bodega de Leocadio Morales, fechada en 1901 y una de las que más intensamente vivió el auge comercializador y exportador de los vinos de Valdepeñas a comienzos del siglo pasado. El Museo del Vino permite una perfecta inmersión en la cultura del vino y los secretos de la enología además de descubrir toda la historia y tradición de la Denominación de Origen Valdepeñas, centrando además sus esfuerzos en reflejar ese trasiego hacia la calidad iniciado en la década de los años setenta que ha desembocado en la elaboración de unos vinos reconocidos nacional e internacionalmente.

Por cierto, la Denominación de Origen Valdepeñas está formada por los viñedos de la propia ciudad junto con los de Granátula de Calatrava, Moral de Calatrava y Santa Cruz de Mudela, y por los de Torrenueva, San Carlos del Valle, Alcubillas, Alhambra, Torre de Juan Abad y Montiel, del histórico y quijotesco Campo de Montiel.
La visita a Valdepeñas debe completarse con la parada en La Bodega de las Estrellas, enoturismo de calidad, que nos ofrece la posibilidad de realizar una visita guiada inolvidable en una bodega tradicional para descubrir la gran relación existente entre el vino y los ritmos y ciclos de la luna y las estrellas.
Y por supuesto, debe tenerse en cuenta que, como es natural, Valdepeñas celebra su gran semana durante las Fiestas del Vino –principios de septiembre- declaradas de interés turístico nacional.
Imprescindibles: el museo de la Fundación Gregorio Prieto (el museo privado más importante de Castilla La Mancha), que exhibe obra del pintor, así como de Vázquez Díaz, Picasso, De Chirico y dibujos de Lorca y Alberti, entre otros.
Y a la hora de comer, si algo tiene Valdepeñas es buen vino y sitios de buen yantar.

Yo sé que el vino no huye dando gritos
a la llegada del invierno,
ni se esconde en iglesias tenebrosas
a buscar fuego en trapos derrumbados,
sino que vuela sobre la estación,
sobre el invierno que ha llegado ahora
con un puñal entre las cejas duras.
Yo veo vagos sueños,
yo reconozco lejos,
y miro frente a mí, detrás de los cristales,
reuniones de ropas desdichadas.
A ellas la bala del vino no llega,
su amapola eficaz, su rayo rojo,
mueren ahogados en tristes tejidos,
y se derrama por canales solos,
por calles húmedas, por ríos sin nombre,
el vino amargamente sumergido,
el vino ciego y subterráneo y solo.
Yo estoy de pie en su espuma y sus raíces,
yo lloro en su follaje y en sus muertos,
acompañado de sastres caídos
en medio del invierno deshonrado,
yo subo escalas de humedad y sangre
tanteando las paredes,
y en la congoja del tiempo que llega
sobre una piedra me arrodillo y lloro.
Estatuto del vino. Pablo Neruda (fragmento)

Tinajas de barro de Bodega de Las EstrellasTinajas de barro de Bodega de Las Estrellas

Barricas en la cueva de Bodega de Las EstrellasBarricas en la cueva de Bodega de Las Estrellas

Territorio de la #DOValdepeñasTerritorio de la #DOValdepeñas


Te proponemos un recorrido para descubrir Valdepeñas. Contacta con nosotros a través de info@sabersabor.es