La mejor forma de descubrir el aceite de oliva haciendo turismo sostenible en nuestra región
El olivo (olea europaea) junto con la vid y el cereal conforman la denominada triada mediterránea, es decir, aquellos productos básicos de la agricultura mediterránea que han constituido y constituyen uno de los pilares de nuestra alimentación y dieta.
Concretamente el olivo no solo es un producto alimenticio, sino que aparece asociado a la mitología, los primeros Juegos Olímpicos, así como a rituales de legitimación y poder. En definitiva, a las diferentes culturas que prosperaron y se establecieron a lo largo de todo el arco mediterráneo.
Los usos y aplicaciones del olivo son múltiples con unos beneficios y propiedades en campos tan diversos como la ebanistería, en la fabricación de jabones y cosméticos, como combustible, medicina, así como en nutrición y dietética para prevenir enfermedades cardiovasculares, colesterol, etc.
Igualmente, el olivo es uno de los árboles antiguos cultivados más tradicionales y extendidos a lo largo de toda la Cuenca Mediterránea. Su cultivo se remonta al Neolítico como así atestiguan los restos de hojas y huesos de aceituna encontrados en algunos yacimientos.
Originario de Oriente Próximo, su introducción en la Península Ibérica vendría de la mano de los comerciantes fenicios a finales del II milenio a.C. generalizándose su cultivo durante la conquista y posterior romanización. Durante los ocho siglos de dominación árabe en la Península los musulmanes introdujeron nuevas técnicas de cultivo y extracción, así como, en el terreno lingüístico, palabras como aceite, aceituna, alcuza, almazara entre otras comenzaron a ser habituales llegando hasta nuestros días.
A modo de curiosidad, en nuestro país hay ejemplares de olivos que incluso llegan a superar los mil años de antigüedad. El más antiguo del que se tiene constancia se encuentra en Ulldecona, Tarragona, con una edad estimada de más de 1700 años.
El cultivo del olivo y la producción de aceite conocieron un verdadero impulso con la colonización de América a principios del siglo XVI abriendo nuevos canales de comercio con las Indias y, de esta forma, incrementándose las haciendas, explotaciones olivareras, molinos de aceite… Un periodo de esplendor que se alargaría hasta el siglo XVIII en plena Ilustración y el periodo de reformas borbónicas.
El desarrollo del olivo y su cultivo en Castilla – La Mancha se puede rastrear desde el siglo XVI como así demuestran varios tratados agrarios, así como las famosas relaciones histórico-geográficas de Felipe II (1575) en una época en la que proliferaban los famosos molinos harineros de viento dada las grandes extensiones de campos de cereal que poblaban La Mancha. Sin embargo, sería a finales del siglo XIX y principios del XX cuando se produciría la principal expansión de este cultivo en la región paralelamente a la extensión y consolidación de la vid.
España es el país con mayor superficie de olivar del mundo
Traducido en cifras cerca de 2.580.577 ha están dedicadas en nuestro país al cultivo del olivo, de las cuáles 1.851.157 ha están cultivadas en secano y 729.420 ha están cultivadas en regadío. En Castilla-La Mancha la superficie dedicada al cultivo del olivo asciende a cerca de 445 mil ha.
En cuanto a las principales zonas cultivadas de nuestro país destacamos Andalucía en primer lugar cuyos extensos campos de olivos son uno de los paisajes mas característicos (sobre todo en la provincia de Jaén) con numerosas DO (Baena, Sierra de Cazorla, Montes de Granada etc) y variedades como la cornicabra, hojiblanca, manzanilla.
Otras zonas no menos importantes son Aragón (empeltre), Extremadura (corresgueña, verdial, manzanilla), Cataluña (arbequina), Levante (blanqueta, Villalonga, changlot real), Castilla – La Mancha (alfafara, cornicabra, gordal).
El cultivo del olivo en Castilla-La Mancha (segunda zona en extensión y producción oleícola después de Andalucía) puede encontrarse en llanura compartiendo terreno con los famosos viñedos o en zona de monte donde el olivo se encuentra más protegido de los rigores climáticos del invierno en esta zona.
De todas las variedades que se cultivan en esta área la cornicabra ocupa el 82% de la extensión total. Otras destacadas son la picual, salgar (sierra de Alcaraz), changlot real (próxima a zonas de Levante), gordal, manzanilla, menuda que pueden verse en el Campo de Hellín y zonas de Guadalajara y Cuenca.
Actualmente España cuenta con 32 DOP (Denominaciones de Origen Protegidas) y cerca de 200 variedades de aceitunas. En Castilla-La Mancha se encuentran reconocidas cuatro marcas: La Alcarria, Campo de Calatrava, Montes de Toledo y Campo de Montiel.
Disfruta de visitas guiadas a olivares ecológicos, catas de aceites y tapas maridadas ¿Te animas a degustar de una forma especial la buena comida?
Al igual que el enoturismo, el oleoturismo goza de gran popularidad en nuestro país experimentando un notable crecimiento y consolidándose como una de las ofertas turísticas a lo largo de nuestra geografía. Un sinfín de actividades turísticas y gastronómicas que pueden ser disfrutadas tanto por los autóctonos como por los visitantes de origen extranjero.
Las administraciones públicas, empresas y asociaciones como Aceites de Oliva de España, Olearum, Oleoturismia y la más reciente, Oleoturismo en España (una fuerte apuesta por el turismo sostenible en este campo), son ejemplos de proyectos, iniciativas que ofrecen todo tipo de experiencias: visitas a almazaras, observaciones astronómicas entre olivos, museos y centros de interpretación de la historia del aceite y olivo, alojamientos rurales, oleotecas.
En definitiva, toda una serie de propuestas que te sumergirán en la historia, la cultura y el patrimonio que rodea al aceite de oliva.
Los mejores planes de oleoturismo de la mano de Inturmancha
Esta modalidad turística ha arraigado fuertemente en nuestra región y, empresas como Inturmancha, nos proponen rutas o experiencias organizadas en varios días donde se visitan las almazaras, campos de olivos, y se realizan catas y degustaciones de productos locales. En definitiva, todo un patrimonio natural y cultural que hace las delicias de cualquier visitante que se preste a descubrirlo y saborearlo.
Una ruta que arranca en el corazón de la Sierra de Alcaraz, donde podremos disfrutar de un exquisito patrimonio medieval (castillo) y renacentista, así como de una de las almazaras ecológicas más premiadas.
Entre las provincias de Ciudad Real y Albacete nos topamos con el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, el oasis manchego por excelencia, donde podremos disfrutar de una experiencia de oleoturismo diferente que nos llevará a conocer los entresijos del cultivo ecológico, variedades de aceituna, etc.
La siguiente parada nos lleva hasta Almagro, célebre por su Corral de Comedias y sede del Festival Internacional de Teatro Clásico que, cada verano, nos traslada al Siglo de Oro. Aquí podremos deleitarnos con una cata de aceites de oliva virgen extra en el propio olivar, acompañada de productos de la tierra, queso, lomo de orza y berenjenas de almagro troceadas.
En Toledo nos esperan varias experiencias oleoturísticas en pleno Parque Nacional de Cabañeros, paseos entre olivos centenarios, curso de cata en el propio olivar e incluso visita a una almazara ecológica en la localidad de Tembleque, cuya Plaza Mayor es un emblema del barroco popular del siglo XVII.
Para finalizar nuestra ruta oleoturística nos trasladaremos a la localidad de Huete, puerta de la Alcarria Conquense, donde podremos admirar su magnífico patrimonio compuestos por calles amuralladas, conventos e iglesias, casas palacio destacando el Monasterio de la Merced (siglos XVI-XVII).
Aquí podremos disfrutar de una visita guiada a su pequeña almazara donde se produce un aceite de oliva virgen extra de máxima calidad, ecológico, procedente de olivos centenarios autóctonos.
Todas estas experiencias, actividades y rutas ponen de manifiesto que el oleoturismo tiene un verdadero potencial a la hora de dinamizar la economía de territorios rurales, sin olvidarnos de los impactos positivos en el desarrollo local.
Igualmente contribuye a la conservación del patrimonio cultural y ambiental, a fomentar prácticas de cultivo y producción sostenibles, a concienciar o sensibilizar a los visitantes sobre la protección del medio ambiente y animarlos a incorporar el aceite de oliva a su dieta debido a los beneficios y propiedades nutricionales que posee.