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San Carlos del Valle o la joya Barroca de La Mancha

San Carlos del Valle

Hablar de San Carlos del Valle es hablar del “pueblo de la plaza”, pues es bien cierto que el perímetro que ésta delimita contiene todo el atractivo y el interés histórico del lugar. No existen adjetivos suficientes para calificarla, pero para hacernos una idea podemos decir que junto al conjunto histórico de Almagro y el de Villanueva de los Infantes (ambas localidades de mayor extensión e importancia económica que San Carlos del Valle), se forma la inigualable trilogía manchega. No es posible conocer las maravillas que nos ofrece la tierra de Don Quijote hasta que no se ha visitado la Plaza Mayor de San Carlos del Valle.

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Iglesia del Cristo. Autor, Emiliovet

Este pequeño pueblo fue edificado con un plano totalmente regular durante la época del monarca Carlos III, para algunos uno de los mejores reyes que han regido nuestro país, quien, emulando a la ilustración francesa, promulgó el Plan de Colonización mediante el cual la urbanística moderna había de llegar a cualquier localidad, tanto grande como pequeña, tanto rica, como pobre. Gracias al superintendente del rey en la época, Pablo Olavide, este plan se aplicó a San Carlos del Valle, convirtiéndolo en el máximo exponente manchego del urbanismo dieciochesco.
La desproporción entre la enorme y ornamentada plaza y el resto de la localidad levantada en torno a ésta, se debe a que la plaza fue construida como atrio para la maravillosa iglesia del Cristo, situada sobre el Santuario de Santa Elena, donde según la tradición, apareció en un pajar la milagrosa figura de un Cristo que se cree fue abandonada allí por un extraño peregrino. Es por esta razón por la que tan interesante y bellísimo lugar se conoce también con el nombre de “El Cristo”.

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La plaza, de forma prácticamente rectangular, está compuesta por unos soportales realizados con simples columnas toscanas que además de proporcionar al lugar una sobria belleza contrastan con la ornamentada fachada de la iglesia del Cristo, considerada como una auténtica joya artística de la villa y de toda Castilla – La Mancha.
La portada de la iglesia, tesoro de inmenso esplendor, posee entre dos columnas salomónicas típicas del estilo barroco final en que fue construida (entre 1713 y 1729), un trabajado relieve en el que se representa a Cristo y el milagro de los ladrones. El hecho de que se conserve en tan buen estado se debe a las acertadas reparaciones de las que ha sido objeto a lo largo de su historia.

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El interior no es de menor magnificencia que la parte externa. Lo más característico es su planta de cruz griega y su inmensa bóveda de cañón sostenida por medio de pilastras toscanas. La bóveda sale al exterior por una majestuosa cúpula flanqueada por cuatro torres en las que aparecen cuatro pintorescas figuras.
Tampoco hay que restar importancia a los elementos de la decoración como las estupendas celosías o los pequeños balconcillos que forman las tribunas.

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En otro de los lados de la plaza se encuentra el Ayuntamiento de San Carlos del Valle, enfrente de una encantadora casa particular cuyo patio columnado es una delicia.
Así pues, San Carlos del Valle está considerado como uno de los lugares paradigmáticos de estas tierras manchegas. Es un pueblo pequeño y recoleto, pero la belleza del trazado de su magnífica plaza, su perfecto alzado y su pureza de líneas, unida a las calles adyacentes, de trazo regular y gran sencillez y dinamismo, crean un conjunto valioso tanto por su importancia histórica y arquitectónica como por el lujo visual que constituye su contemplación.
Bien merece la pena una escapada para conocerlo.

“Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.”
Poema al Amor. Francisco de Quevedo y Villegas


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

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Curiosidades sobre el toro bravo

Para los muy aficionados al llamado turismo taurino y para los que gustan de descubrir y aprender algo nuevo cada día, he aquí una serie de historias y curiosidades entorno a este noble animal


El toro desde su origen ha pasado por no pocas peripecias, que le han llevado a situaciones extremas, desde casi desaparecer totalmente como toro bravo, a adquirir, según algunos autores, más personalidad con su conversión a toro de lidia.

1.  El toro bravo español, es hijo del BOS TAURUS que a su vez desciende del URO salvaje y de razas semejantes, existentes en los bosques lituanos hasta 1.620.
Existe la creencia de que Hércules vino al Sur de Iberia a robarle vacas y toros a Gerión y podemos considerar este hecho como punto de partida en la cultura española, de una impronta causada por el toro bravo que origina ritos y leyendas, determinantes de una inspiración de veneración religiosa.
Si echamos una mirada a esculturas y pinturas de tema taurino, en la etapa comprendida entre el Paleolítico y la época romana, no hay más remedio que admitir el culto que la población ibérica dispensó al toro.
Los toros de Guisando, Écija, Alicante, Osuna y el de Salamanca, conocido a través de El Lazarillo de Tormes, demuestran que desde siempre el toro, se encuentra ligado a la tierra, donde los íberos valoraron sobre todo, su poder genético.

2. En el Sur de Iberia, en lo que hoy es la provincia de Cádiz, de muy antiguo, existía una ganadería de reses que causaban admiración por su presencia e incluso fueron foco de inspiración de muchos poetas. Esta leyenda perdura en el tiempo y se localiza en el siglo VII, conservándose un dibujo referido a la misma, descubierto en la provincia de Valencia. Se han encontrado otros escritos que hacen referencia a los toros que pastan en tierras gaditanas, con referencia especial a los pastos, de los que llama la atención sobre el hecho, de que siendo generalmente secos, engordan fácilmente al animal.

3. El naturalista Jerónimo de la Huerta escribe en 1593: “Hay en España toros muy diferentes en la generosidad de ánimo, color, talla y porción del cuerpo. Los más feroces y bravos son los que se crían en las riberas del Jarama y el Tajo, y así al muy bravo le suelen llamar jarameño. Son éstos en su mayor parte negros o de color bermejo; los cuernos, cortos y delgados, producen crueles heridas y tienen fuerza para levantar cualquier cosa del suelo; los lomos fuertes, los pies ligeros, tanto que alcanzan a la carrera a un ligero caballo”.
La bravura del toro español constituye, por tanto, una característica esencial del ganado vacuno ibérico. Sin embargo, hasta el siglo XVIII no se crean ganaderías especialmente organizadas para la producción del toro de lidia.

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Toros de Guisando

4. Y llegamos al momento en el cual, el toro, que fue objeto de una distracción cinegética, dejó de serlo así, para convertirse en el objeto festivo del hombre y, con esto, nació la lidia del toro bravo. En un principio, el hombre tuvo la necesidad de entrar en contacto con el toro, con el fin de procurarse un alimento, y esto, le obligó a utilizar engaños, trucos y habilidades, que posteriormente, utilizó para crear así un medio de disfrute, alcanzando el carácter festivo, que hoy tiene.
Hay, por supuesto, una diferencia que hemos de resaltar aquí. Mientras que en la caza, el animal acosado y muerto, tenía el aprovechamiento del mismo, en el toreo, una vez muerto el toro, el torero manifiesta su regocijo ante el toro abatido por su espada, y se vuelve hacia el público para recibir el beneplácito del mismo, desentendiéndose del toro que es arrastrado y quitado de la presencia del torero.

5. El toro bravo, tanto en la antigüedad como en el momento actual, es un animal que no necesita atacar a nadie para comer, lo que no quita el que se defienda cuando es atacado. Precisamente por su esbeltez y presencia con abundantes carnes, es seleccionado por otros animales carnívoros, lo que determina en el toro bravo, estar dotado de una gran reacción defensiva, recelando de lo que le extraña y asustándose ante sensaciones que no le son familiares. En definitiva, el toro en el campo no ataca, pero espera la posibilidad de ser atacado y cuando esto sucede, le falta capacidad de medir la superioridad que pueda presentar su atacante, lo que le lleva a arremeter ciegamente.

6. Otra característica del toro bravo es la de vivir en camada, es decir, tiene un gran instinto social, y esto en el fondo, viene a representar cierta timidez, pues, implícitamente, acepta la defensa en masa. Los toros bravos luchan solamente entre ellos para dilucidar la supremacía del macho, y una vez conseguido esto, el vencido huye del rebaño, y son estos toros sueltos los que acarrean un verdadero peligro.

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En plena lucha

7. ¿Los toros cargan contra el color rojo? Es uno de esos mitos tan extendidos en la cultura popular. No. A los toros no les enfurece ver el color rojo, no embisten contra algo que vean de ese color. Y a las vacas tampoco, no vamos a preocuparnos si vamos con el jersey rojo por el campo y nos encontramos con una vaca.
La pregunta pertinente sería: ¿los toros ven el color rojo?. Ven un color, que no es exactamente el mismo rojo que vemos los humanos no daltónicos. Los toros, como muchos otros animales, son dicrómicos. Es decir, tienen capacidad de descomponer el espectro luminoso en dos componentes esenciales, y según la cantidad de cada uno son capaces de diferenciar los diferentes colores. Hasta un límite. Otros animales (como los humanos) son tricrómicos (tres colores esenciales), por lo que tienen mejor capacidad de discriminación cromática. Ven más tonos de color; lo que para un dicrómico (como un toro) podría ser un mismo color, nosotros los diferenciamos como separados. Incluso colores tan diferentes como un rojo y un verde, un toro podría verlos igual. Pero eso no es lo mismo que ver en blanco y negro, o tener ceguera para los colores. Y antes de que nos sintamos muy contentos con nuestra “excelente” visión de los colores, no está de más puntualizar que hay animales tetracrómicos, que van más allá de nuestras limitaciones y ven colores más allá de lo que nosotros diferenciamos.

8. Entonces, ¿contra qué cargan?. Cargan o embisten contra otros animales u objetos que se estén moviendo. ¿Y por qué?. La respuesta tiene que ver con el comportamiento instintivo del toro, en función de su raza (la selección genética del toro de lidia por ejemplo) y de las condiciones previas (se fuerzan las condiciones para que el toro esté agresivo). Por ejemplo, el toro hace un cálculo de lo cerca que estamos de él. Si estamos lo suficientemente lejos, no llamaremos su atención aunque hagamos movimientos bruscos. Y no porque no nos vea, sino porque la distancia es suficiente para que no le parezcamos una amenaza. Estando más cerca, el toro no se para a diferenciar nuestra forma, o cómo es exactamente ese movimiento. Percibe un movimiento brusco, y toma una decisión. Para muchos animales, eso significa huir. Para el toro dotado de elementos defensivos, puede suponer atacar.

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Mirando hacia el futuro


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©


Fuentes de información:
– Los toros, T. I. Cossío, J. M.
– Ocularis.es. Dr. Rubén Pascual.
– Psicología de los animales. Filloux, J. C.
– La bravura en el toro de lidia. Aparicio Sánchez, G.

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Sierra Morena. Último refugio natural de Europa

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Desde la vertiente atlántica hasta las sierras más cercanas al Mediterráneo, el Sur de España, como un vergel hispano-árabe crece abrigado de los fríos vientos norteños, al cobijo y la intimidad de las poderosas murallas de Sierra Morena.
La abundante cobertura vegetal, alimentada por innumerables cursos de agua multiplica las posibilidades de vida en infinidad de especies animales. Algunas únicas en el mundo como el lince ibérico, el águila imperial ibérica y el lobo ibérico.
Nueve espacios protegidos articulan el territorio dividido en seis con la figura de Parque Natural y tres con la de Paraje Natural. Donde es posible apreciar y disfrutar como en escasos lugares de Europa la plenitud del bosque mediterráneo. No en vano es junto con Doñana el mejor sitio para la observación del lince. Habiendo desarrollado toda una industria turística en torno al ocio en el medio natural, desde excursiones, senderismo, deportes de aventura, safaris fotográficos y observaciones científicas; que compensan de modo sostenible la transformación de la tradicional economía de subsistencia relacionada con los antiguos oficios serranos, a usos modernos que conservan el medio y potencian sus valores.

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Paisaje en Sierra Morena. Autor, SBA73

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Lince ibérico. Autor, Alejandro García

Esta tierra vieja y agreste, que en tiempos lejanos y desconocidos por los homínidos constituía la primera orilla de mar de la parte meridional de la península, cuando todavía ni La Baetica ni Al-Andalus habían emergido de los fondos marinos, ni el Guadalquivir la había construido palmo a palmo su valle aluvial con depósitos sedimentarios desde las cumbres de Cazorla hasta la bahía de Cádiz. Tampoco los dinosaurios tuvieron ocasión de conocerla, pues desaparecieron antes de la formación geológica del territorio que hoy conocemos por Andalucía. Tan sólo un testimonio de icnitas que recuerda otro mundo y otro tiempo. Otros paisajes en otra dimensión que contenían la vida más salvaje que jamás conocieron estas latitudes.
Quizá las huellas de dinosaurio de Santiesteban del Puerto en El Condado de Jaén, en las estribaciones de Sierra Morena, sean el testimonio natural y cultural más patente de lo efímera que es la vida y lo relativo que es el tiempo. Permaneciendo petrificadas desde edades remotas, antes de la existencia del ser humano, hasta convertirse precisamente, por la existencia del mismo, en un factor cultural y natural que confiere valor al territorio y a la propia historia de la humanidad. Constituyendo un valor excepcional desde puntos de vista científicos y turísticos.

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Paisaje agreste. Autor, Tuscasasrurales

Si logramos llegar a tiempo y encontramos la fórmula que equilibre la riqueza natural y cultural de la serranía más culta y universal de España, precisamente por haber servido de retiro meditativo a Don Quijote, y contener el mejor reducto de bosque mediterráneo ibérico; puede que las generaciones venideras dispongan de la oportunidad de crear nuevos recursos turísticos especializados en la observación del rey clandestino de la fauna ibérica. El mítico, legendario y noble cánido que ha dado a la humanidad, nada más y nada menos que al mejor amigo del hombre, de donde derivan todas las razas de perro que tanta compañía, fidelidad y protección regalan a los demasiadas veces, ingratos humanos.
Todavía hoy, puede uno sobrecogerse escuchando el aullido del lobo en las noches de luna, los amaneceres y atardeceres de los paisajes más agrestes del viejo continente, oyendo desde las peñas prominentes de las laderas de los frondosos valles, el tantas veces temido aullido del lobo. Tan mal vendido y tan mal cuidado por esa serie de intereses mezquinos que tratan de bandido al noble y ennoblecen al perverso.

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Manada de lobos ibéricos. Autor, Juan José González Vega

El mundo actual bien puede permitirse la designación de Parque Nacional de Sierra Morena, anteponiendo sus valores naturales ante otra serie de intereses que merman y degradan su irrepetible conjunto de recursos, frente a otro tipo de actividades que lentamente restan contenido a su delicado equilibrio.
Por supuesto que al fin y al cabo el mensaje de este artículo pretende hacer reflexionar acerca de si a todos nos compensa privarnos para siempre de espacios que inciden muy directamente en el bienestar general de la sociedad o abandonarlos a la suerte de ser gestionados por planteamientos que ante todo priman el rendimiento económico inmediato por medio de usos que proporcionan mucha riqueza a unos pocos, a costa de empobrecer lo que bien puede rentabilizarse para todos.
A todos nos corresponde implicarnos y participar del conjunto de la sociedad para informarnos, formarnos y atender a criterios de sostenibilidad a largo plazo que además de no afectar a los intereses y derechos privados y de particulares, también favorezcan la distribución de la riqueza al mayor número de personas con los parámetros de calidad deseables en una sociedad civilizada y moderna.
Dar una opinión concreta acerca de si es positivo o negativo que nos privemos de la existencia de especies como el lobo en ambientes tan poco habitados como Sierra Morena, que además componen uno de los más importantes enclaves naturales de Europa, me parece innecesaria, ya que la lógica y el sentido común hablan por sí mismos.
Poseemos suficientes medios para evitarlo sin que ello signifique perjuicios para nadie, y a la vez sirva de revulsivo económico para la zona de forma sostenida en el tiempo y sostenible con el medio. Sin que afecte a actividades paralelas como la caza o la ganadería. No veo hasta qué punto el ser humano posee más derecho que otros seres vivos a multiplicarse de forma ilimitada, limitando los recursos de todos.
En cualquier caso, como bien dice la cita: “Nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Según los científicos el tiempo medio de vida de una especie en la Tierra es de un millón de años. Dentro de los cuales por supuesto habremos hecho que desaparezcan infinidad de ellas, entre otras, los humanos.

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Atardecer. Autora, Raquel Pérez

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Un artículo de Salvador Carlos Dueñas Serrano
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Fotografía de portada de Jose Luis Anta

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Toledo, una degustación de gastronomía y cultura

Toledo, una degustación de gastronomía y cultura

La imperial Toledo, cuyo origen aparece envuelto en la leyenda, es la joya monumental y más entrañable reliquia artística cultural de toda Castilla – La Mancha.
Desde la plaza de Zocodover, de pintoresco atractivo, bajo cuyo cielo revolotean cien palomas al paso de paisanos y turistas, hasta las ruinas de la antigua judería, toda una vieja ciudad medieval acoge el conjunto monumental toledano.
En sintonía con tanta maravilla, Toledo y sus pueblos han sabido cuidar celosamente su riqueza culinaria impregnada de sabores legados por las culturas hispano-romanas, cristiana, judía y musulmana, que encuentran feliz complemento en los recios vinos toledanos nacidos de unas viñas que se enseñorean entre los campos de labor y las dehesas.

La comarca de los montes alberga su gran reserva cinegética y entre otros platos típicos, su cocina tiene el gran mérito de preparar las piezas de caza como en ninguna otra parte. La especialidad la tienen en la perdiz estofada, las codornices y en la preparación de la carne de ciervo, aderezada con el aromático laurel y el oloroso tomillo.
Por todo su territorio y en común con las otras provincias manchegas, la tortilla, la sopa de ajo, el cordero, las judías con liebre y el queso, pero es el mazapán quien le da nombradía y fama, mereciendo el honor de tener su propio museo en la localidad toledana de Sonseca.

He aquí la vieja Venta de la que tu estómago saldrá fortalecido y en la que, tal vez, hallaron refugio y sustento un Hidalgo manchego y el bueno de Sancho, su escudero, quien, a no dudarlo, daría cumplida cuenta de más de un plato cocinado con las piezas abatidas por pícaros o desocupados, hombres de zurrón, escopeta y perro, dedicados al alegre ejercicio de la caza.

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Catedral de Toledo, transparente. Autor, Ignacio Pomar Gomá

Reflexiones cinegéticas

Hoy, como ayer, Toledo tiene en muchos de sus platos como elemento común, la caza menor. Un capítulo gastronómico que le da carácter de cocina recia, sabrosa, campestre y pastoril, adaptada en cada lugar a sus tradiciones y costumbres, con resultados y gustos diferentes y hasta sorpresivos, en cada olla, en cada lugar…
Es pues, sin duda, nuestra perdiz roja la reina de las especies de caza menor, a la que le siguen la codorniz, el conejo, la liebre, amén de otras de pelo y pluma menos codiciadas.
Para saciar el apetito, vamos tras esas perdices y algunas otras liebres y conejos que después se sustancian en la mesa.

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Por la calle Ángel, Toledo. Autor, José Luis Rodriguez Holgado

Deliciosas recetas con sus pertinentes consejos

PERDICES A LA TOLEDANA
Para evitarse ese trance que tiene un par de narices, voy a poner a tu alcance cómo guisar las perdices.
Plumas, pelo y perdigones no deben dejar señales; no sólo son las perdices, palomas y gorriones, palominos y pichones, las liebres y codornices, conejos y gazapillos, y otros muchos animales que ni cito ni comento, irán a los comensales de pluma y de pelo exentos.
Aplícate, pues, el cuento, porque estos conocimientos son del todo elementales.
Cuando estén limpias, se embridan con un delgado bramante, se sazonan al instante con sal, por fuera y por dentro, y es oportuno momento para dejarlas echadas en sartén con buen aceite hasta ponerlas doradas.
Después, sácalas, ponlas aparte en cacerola o en olla y en el aceite que usaste pon cortada una cebolla – mejor que gruesa, delgada -, unos ajos aplastados, unos granos de pimienta, teniendo además en cuenta que de orégano y tomillo deben ir acompañadas las otras cosas citadas hasta quedar la cebolla debidamente dorada.
El todo, vierte al momento, sobre las tiernas perdices, agregando al condimento – según la receta dice y tú has de fijar en mente -, vino blanco, buen vinagre y agua clara de la fuente y con lentitud cociendo se pondrán tiernas y a punto, para luego irlas comiendo.
Cuando las sirvas, entiendo que debes desembridarlas pues no es de buen gusto darlas para irlas consumiendo con cuerdas, hechas un fardo, pues si hay algún comensal indiscreto y charlatán, te dirigirá algún dardo envuelto en su verborrea que hiere, duele y marea, queriendo inquirir razones del por qué su perdigón fuese con cuerdas fajado para ser escabechado, sin mediar explicación. De alas y patas atado, tras matarlo la escopeta, no explica tu decisión; te dirá, asistido de razón, que el método utilizado mucho más está indicado para un palomo ladrón.

JUDIAS CON LIEBRE
Las judías, según costumbre, cocerás en buena lumbre y sin cometer destrozos partirás la liebre en trozos que pondrás en una olla con buen aceite dorado y, finamente picadas, unas jugosas cebollas y atados en manojillo, perejil, laurel, tomillo rociando el todo con vino quedando el guiso ultimado con sal, que echarás con tino, una pequeña guindilla unos ajos troceados, vinagre – tres cucharillas – y luego, un buen añadido del caldo de las judías que a fuego lento han cocido.
Taparás luego la olla de la siguiente manera: poniendo un papel de estraza entre olla y tapadera y en ebullición muy lenta ponla al fuego y ten en cuenta que veinte minutos antes de que la liebre está a punto has de agregar las judías para ultimar el conjunto.
Luego, coge de pan un pedazo y antes que una aguja enhebres – tengas o no tengas tino,- podrás darte el gran gustazo de comer judías con liebre regadas con un buen vino.
La especialidad del plato la tiene un manchego nato con coto en Almuradiel.
Erase un cabo furriel, cojo por salto de valla que a su profesión es fiel y entre pucheros batalla.

MAZAPAN
De antiguo tres siglos dan los doctos historiadores, que el manchego mazapán a la mesa, presta honores.
Almendra, azúcar y miel en los hornos artesanos de los pueblos toledanos se funden para ofrecer a quien sea, o no, goloso, saborear con placer tras un condumio copioso con el que ahuyentar el hambre un manjar que sabe a gloria, que tildan de oscura historia y discutida raigambre, pues si hoy dicen que es semita se afirma, otro cualquier día, que es árabe o es judía, pero me apuesto una mano que cortareis, de dedo a dedo, a que es de La Mancha, hermano, el mazapán de Toledo.
Moldeado en figuritas, comerlo es mi gran placer por Reyes y Navidad, en fiestas tradicionales y siempre, de vez en vez, en las tardes invernales, al tiempo que veo caer – como divino maná -, lluvia por los ventanales, en tanto, que junto al fuego, que atizo con viejos leños, leo, como, duermo y sueño que el mundo es un mazapán del que soy único dueño.

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Mazapán. Autor, Tamorlan

Si queréis conocer Toledo en todo su esplendor, os propongo vivir esta experiencia: Toledo. Tour monumental de las Tres Culturas


Un artículo de Antonio Bellón Márquez


Bibliografía y fuentes de información:
– Diccionario General de Cocina. Muro, Ángel.
– Historia de la Gastronomía Española. Martínez Llopis, Manuel.
– Efemérides cervantinas. Cotarelo y Mori, Emilio. Revista de Archivos, 1905.
– Estudios cervantinos. Rodríguez Marín, Francisco. Atlas, 1952.


Fotografía de portada: Panorámica de Toledo. Autor, Diliff

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Fuenllana. Valor de Conjunto Histórico

Fuenllana

Aquellos que disfrutan el placer de viajar sin rutas predeterminadas y prefieren descubrir lugares desconocidos, se llevarán la grata sorpresa de encontrarse en un rincón casi escondido de La Mancha, a un paso de Andalucía, uno de esos escasos pueblos que en pleno siglo XXI contienen como los mejores secretos, todo un tesoro de cualidades que lo convierten en la única villa rural manchega que abarca en la totalidad de su conjunto urbano, todo el tipismo y la fisonomía de la arquitectura vernácula manchega, además evolucionada desde las primeras formas constructivas de viviendas de campesinos a tejavana, hasta las grandes casas de labranza de los propietarios de tierras, como son en su gran mayoría casi todos los habitantes del pueblo. Donde todavía la agricultura y la ganadería mantienen la economía de subsistencia que originó los pueblos del Campo de Montiel.

Todo cuando es deseable encontrar en un pueblo ambientado en la célebre novela de Cervantes, es perfectamente visible en las bucólicas calles y rincones de esta villa. Callejones donde la puerta del corral permitió escapada a las aventuras del Hidalgo. Las campanadas del Ángelus tañendo solemnes a las doce en punto de cada mediodía en la gran campana del siglo XVI, acompañada por el campanil de plata del XVIII.
El canto del gallo al amanecer y el cacareo de las gallinas en la siesta. Los ladridos de los perros y el correr de los gatos por los tejados. Los vencejos piando volando las tardes de verano. Los gorriones apretando sus griteríos buscando el dormidero de los olmos de las plazas.
El búho real en las noches de invierno ululando desde los montes cercanos. El autillo en las noches de mayo. Las relucientes noches estrelladas de enero y la inmensidad de la Osa Mayor presidiendo los cielos de agosto.

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Escenas durante la representación anual de las Bodas de Camacho en Fuenllana. Autor, Rubén Castellanos

Como siempre, la costumbre de sentarse al anochecer de los calurosos estíos a tomar el fresco, continúa vigente, ajena al correr del tiempo. Por las mañanas barrer la puerta de la calle y regar. El paso del hortelano vendiendo patatas, tomates, melones…

Los viejos juntos en los bancos de la plaza y las mujeres separadas, juntas en el rezo del Rosario. Una tarde tras otra, desde la noche de los tiempos. Donde a pesar de disfrutar de todas las comodidades actuales y nuevos comportamientos sociales, las costumbres tradicionales permanecen impertérritas.
El ruido de los tractores saliendo al amanecer o regresando al atardecer. Las chimeneas ahumando el calor de hogar. Abuelas, abuelos, padres, madres, hijas, hijos… Familia de familias que se sucede en el tiempo con mejores condiciones de vida, sin olvidar los ancestros.

Fuenllana es el pueblo por excelencia. Donde todo tiene la escala y las dimensiones de esa aldea de Don Quijote, descubierta con sorpresa a principios del siglo XX por el famoso fotógrafo francés Loty, cuyas fotos se mostraron en la Exposición Universal de Barcelona en 1929.
Pueblo cervantino donde los haya, por méritos propios. Por su autenticidad rural, su identidad manchega, y su discreta belleza, sin necesidad de afirmar o demostrar nada que la propia realidad no exponga a los ojos del visitante.

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Rincón del pueblo. Autor, Salvador Carlos Dueñas

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Vista del Convento de Agustinos de Santo Tomás de Villanueva. Autor, Salvador Carlos Dueñas

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Por el interior del convento. Autor, Rubén Castellanos

Posee el casco urbano más armonioso, equilibrado y elegante por su rural sencillez de toda la provincia de Ciudad – Real. Componiendo la totalidad del caserío unidad y homogeneidad que destaca por la blancura de sus fachadas, aderezadas con algunas de color tierra o piedra. Donde las ruinas de la vieja Santa Catalina le confieren esa atmósfera de romanticismo que demuestra una población añeja y con solera. Donde además interesándonos por su historia descubriremos los restos arqueológicos del recinto fortificado que originó la población actual a partir de la concesión del villazgo por parte del infante y maestre de la Orden de Santiago, don Fadrique de Trastámara.

Pasear sus calles sinuosas de día, apreciando la tranquilidad de un pueblo de verdad, donde todo el mundo se saluda y se conoce, disfrutando de la belleza castiza de las rejas de forja, los portones de madera, balcones, tejados, plazas, rincones. Entramado de calles perfectamente mantenidas sobre el trazado medieval. Volúmenes que no superan las dos alturas, enriquecidas con la gallardía hidalga de torrecillas de esquina o cámaras abuardilladas. Portadas blasonadas labradas en arenisca.

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Santa Catalina. Autor, Rubén Castellanos

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Lavadero. Autor, Rubén Castellanos

Componiendo y completando un conjunto urbano de los más genuinos y hermosos que puedan encontrarse en el ámbito manchego, perfectamente identificable con el ideal de pueblo cervantino. Donde no falta un hermoso puente medieval de origen romano. Un lavadero del siglo XIX de auténtica arquitectura rústica y popular. Un cerro donde otear el horizonte. El brocal de profundo pozo y la infinidad de los barbechos.

Paseos arbolados pariendo desde el caserío hacia los cuatro puntos cardinales adentrándonos en la belleza de un paisaje prolongando en horizontes tan aventureros como los capítulos del Quijote. Contemplando las siluetas de Sierra Morena al Sur. Los cerros de Las Cabezas al Oeste, donde al otro lado y a un tiro de piedra nos espera la monumentalidad del Siglo de Oro de Villanueva de los Infantes.
Al Este, la catedralicia iglesia de Villahermosa, erigida junto a una de las plazas más bellas de La Mancha, en un pueblo cuyo entramado de calles irregulares nos adentra en las atmósfera rural y auténtica que distingue al Campo de Montiel como el reducto manchego y quijotesco más hermoso que nos queda en el Mundo.

Por si fuera poco, las Lagunas de Ruidera a tan sólo veinte kilómetros y a once el legendario Castillo de La Estrella de Montiel. Conjunto arqueológico de los más importantes del medievo español, que no deja de depararnos gratas sorpresas con su continuada rehabilitación.

Así es Fuenllana. La perla blanca del Campo del Montiel y la joya manchega de las villas rurales. Ubicada en el centro geográfico del territorio donde Don Quijote comenzó a caminar por el “Antiguo y conocido Campo de Montiel”.
Un pueblo sencillo y discreto que atesora uno de los mejores Conjuntos Históricos rurales de Ciudad – Real, presidido por la gran mole del convento. Cuyo patio vignolesco sumará una exclamación más a cuantos nos descubran por el placer de viajar y descubrir las míticas tierras del hidalgo cervantino.

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Al atardecer. Autor, Salvador Carlos Dueñas

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Un artículo de Salvador Carlos Dueñas Serrano
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Fotografía de portada: Vista de Fuenllana. Autor, Rubén Castellanos

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Nuestros bosques, nuestros árboles… nuestra vida

Lagunas de Ruidera

En casa se habló siempre de naturaleza, del campo, de los animales… «Los árboles son el pulmón del mundo, si desaparecen el mundo no podrá respirar», «los árboles marcan las estaciones del año», «planta un árbol o mil», forman parte de mi conciencia desde entonces.

Hoy esos insignificantes pensamientos van calando poco a poco en las chicas y chicos que nos rodean. Me maravilla, me enseña y me alegra, y ojalá que con esta nueva generación podamos cambiar al menos un poquito la vida de nuestro querido planeta…

Sirva esta selección de poemas que hablan sobre árboles, sobre nuestra vida, como obsequio a todos aquellos que confían en que así sea.

“El hombre blanco no supo seguir la corriente de la anguila
no podía correr más que la cotorra
pero cortó el árbol,
estancó los arroyos
y atrapó en su ancha red de campos
al veloz pez de la nada.”
EL HOMBRE BLANCO. Mark O’Connor

“El viejo árbol se inclina sobre el antiguo camino
no hay ya flores en sus ramas ni hierba a sus pies.
Los caminantes no vieron al árbol en su juventud
pero el árbol los ha visto envejecer, poco a poco,
a todos.”
EL VIEJO ÁRBOL. Hsu Ning

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Taray en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Autora, Virginia Seguí

Amo los árboles y me pregunto
¿sentirán cuando sus hojas se desprenden?
¿cuando caen balanceándose coquetas
sonriendo al viento que las mueve?
Me gusta darles nombres,
acariciarlas suavemente preguntando….
¿te duele la vida?
¿y qué cuando la nieve
las viste de blancas novias,
apurando el proceso de la muerte?
Cuando el otoño visita sus predios.
Cuando camina desollando la arboleda,
mordiendo la vida , embalsamando colores.
¿Qué de los pequeños gusanillos
que toman de su savia el alimento?
Que se mueven como acordeones
de algún tango arrabalero.
¿Tendrá pudor el árbol al quedar desnudo?
¿Habrá sentido las punzadas de dolor
cuando las hojas sin quererlo se morían?
No los he visto llorar.
Pero sí….temblar de frío.
AMO LOS ÁRBOLES. Aurelia Snaidero

Tal vez antes de ser mujer
fui árbol en algún bosque
y mis ramas crecían hacia el cielo
siempre intentando ver el horizonte.
Y estuve allí por siglos
enraizada
aferrada a la tierra
bebiendo el cielo
habitada de pájaros y estrellas.
Tal vez antes de ser mujer
diseminé retoños
dejé semillas
y el viento fue mi amante
en los silencios
Mi piel era corteza
mis colores símbolos
del transcurso del tiempo
en crecimiento.
A veces pienso en ello
Y el bosque
No es un lugar extraño.
Tal vez antes de ser mujer
fui árbol en algún bosque
aún siento el latido de la tierra
en mis venas
y hay días que regresan los pájaros
y anidan.
ÁRBOL EN ALGÚN BOSQUE. Ana María Mayol

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Bosque en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Autor, Enric Llaó

En la luz celeste y tibia
de la madrugada lenta,
por estos pinos iré
a un pino eterno que espera.
Me encontraré con el sol,
me encontraré con la estrella,
me encontraré al que se vaya
y me encontraré al que venga.
Juan Ramón Jiménez

El árbol y yo
A la roca…asido,
en la estepa…solitario,
en el desierto….espejismo,
frente al viento…cimbreante,
en el bosque…perdido,
en su follaje…perenne,
en su madurez…cobijo,
regazo bajo el que soñar,
…sin nunca más despertar,
luz en su arder,
…ese es el árbol que quisiera ser.
BOSQUE DE BOSQUES. Rafael Fernández Rubio

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Encina en el Campo de Montiel. Autor, Pedro Ruiz

Árbol, buen árbol, que tras la borrasca
te erguiste en desnudez y desaliento,
sobre una gran alfombra de hojarasca
que removía indiferente el viento…
Hoy he visto en tus ramas la primera
hoja verde, mojada de rocío,
como un regalo de la primavera,
buen árbol del estío.
Y en esa verde punta
que está brotando en ti de no sé dónde,
hay algo que en silencio me pregunta
o silenciosamente me responde.
Sí, buen árbol; ya he visto como truecas
el fango en flor, y sé lo que me dices;
ya sé que con tus propias hojas secas
se han nutrido de nuevo tus raíces.
Y así también un día,
este amor que murió calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y diferente.
No; tu augurio risueño,
tu instinto vegetal no se equivoca:
Soñaré en otra almohada el mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra boca.
Y, en cordial semejanza,
buen árbol, quizá pronto te recuerde,
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde…

Antonio Machado

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Atardecer en La Mancha con flores de almendro. Autor, desconocido

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Un artículo de Antonio Bellón Márquez
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Fotografía de portada: Higuera en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Autora, M Roa

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Alcaraz, la ciudad de las dos torres

Se encontraba Alcaraz entre las ciudades consideradas de alto rango. Pero durmió durante demasiado tiempo a la sombra de su propia historia. Tuvo un pasado denso, repleto de sucesos bélicos, que cuentan la dureza con la que se forjó la localidad y también sus momentos dulces, cuando la fabricación de alfombras era prestigiosa en todo el mundo.
Ahora muestra orgullosa su conjunto monumental e intenta revivir mejores tiempos aportando una oferta turística y de servicios para los enamorados de la historia y del arte.

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Campos de Alcaraz

La decadencia histórica de una ciudad siempre es explicable; obedece a un sinfín de factores y circunstancias difícilmente apreciables sin la distante mirada que ofrece el paso del tiempo. Pero en Alcaraz no deja de ser paradójico este fenómeno, más si cabe teniendo en cuenta que aún hoy se sitúa en un enclave geográfico privilegiado desde el punto de vista de las comunicaciones. Aposentada entre las estribaciones de la sierra que lleva su nombre, Alcaraz es un paso casi obligado para las carreteras y caminos que suben desde el norte andaluz y las que se acercan a Levante desde La Mancha.
Su historia se remonta a tiempos prehistóricos como demuestran las pinturas y restos neolíticos hallados en el cercano yacimiento al abrigo de los Batanes. Durante su existencia íbera respondió al nombre de Urcesa, hasta que la presencia musulmana llegó a la península. A partir de aquí comienza a denominarse Al Karrash, de donde ha derivado el actual nombre. Fueron los árabes quienes concibieron la construcción del castillo del que en la actualidad se conservan escasos restos. A partir de entonces se sucederán hechos violentos que jalonarían toda la historia de Alcaraz.

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Restos del acueducto. Al fondo restos del castillo

Uno de los primeros fue el protagonizado por Ordoño II, el cual asoló la ciudad en el año 900. La etapa cristiana se inicia con la toma de la villa por el rey Alfonso VIII en 1213, quien la convierte en uno de los enclaves estratégicos más importantes para conseguir la reconquista del reino de Murcia. Desde allí podían enviarse ejércitos, intendencia y tropas de refresco tras los choques en la frontera. Tanta fue su importancia que aquí se reunieron en el año 1265 dos soberanos, conocidos por los sobrenombres de El Sabio y El Conquistador. Si, se trataba de Alfonso X, rey de Castilla, y Jaime I, monarca de Aragón, que se entrevistaban para hacer la repartición de las tierras que iban a conquistar al moro.
Es así como se inicia uno de los periodos de mayor brillantez de esta localidad, que se prolongaría hasta la desaparición del peligro musulmán y con ello del valor estratégico del lugar.
Alcaraz ya había recibido Fuero y Concejo por concesión real, y más tarde, en 1429, se le concedió el título de ciudad. En el año 1470 sería cedida por Enrique IV al marqués de Villena, quien la perdería en favor de los Reyes Católicos. No fue cedida ni graciosamente donada la ciudad por el marqués, sino literalmente perdida en aquellos tiempos en los que Isabel y Fernando se esforzaban por disminuir el poder señorial. El noble opuso gran resistencia en muchas de sus plazas, como Alarcón o Belmonte, pero los habitantes de Alcaraz se alzaron a favor de los monarcas. Este episodio marcaría el fin de la gestación de la ciudad, que después viviría años de florecimiento.

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Calle Mayor

El siglo XVI significa para la ciudad el renacimiento tanto en términos de prosperidad, como artísticos. Es la época en que Carlos I cede el señorío de Alcaraz a Isabel de Portugal, concretamente en el año 1526. Se dispara el crecimiento urbanístico y surgen muchas construcciones de carácter monumental. Se deja sentir la prosperidad económica apoyada en varias decenas de telares en los que se fabricaban alfombras y tapices de gran prestigio en todo el mundo. Algunas muestras de soberbia confección salidas de aquellos talleres se conservan hoy en día en el Museo Metropolitano de Nueva York y fueron expuestas en la Exposición Universal de Sevilla en el año 1992.
Con el paso de los siglos esta antigua industria artesanal entraría en declive al tiempo que comienza a acusarse la decadencia de la localidad, que ya a mediados del siglo XIX, con la segregación de la provincia de Albacete de la de La Mancha, culminaría su paso hacia un profundo sueño.

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Las dos torres

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Detalle en la torre del Tardón

Alcaraz se encuentra plagada de edificaciones levantadas en el siglo XVI que constituyen un conjunto monumental formidable. Para muchos el mayor exponente es la Plaza Mayor, de planta rectangular y proporciones absolutamente armónicas, ideada para involucrar en ella la vida activa de toda la ciudad, como muestran sus tres lonjas, los espacios abiertos y las dos torres, la del Tardón y la de la Trinidad.
La torre del Tardón fue construida a mediados del siglo XVI, es renacentista y su planta es de forma hexagonal, aunque no regular. Su altura está repartida en cuatro cuerpos en los que se aprecian los trabajos del escultor y arquitecto nacido en la villa, nada más y nada menos que Andrés de Vandelvira. Posee un campanario que era de alarmas y avisos, y como tocaba de tarde en tarde, la voz popular la bautizó con su actual nombre. Junto a ella, la torre de la Trinidad, del mismo siglo y planta cuadrada, de aspecto más sólido. El conjunto formado por estas dos torres posee un toque de genialidad y frescura poco frecuentes.

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Portada de la iglesia de la Santísima Trinidad

La lonja de Santo Domingo se extiende a un lado de la plaza con su galería y sus arcadas, guardando en su interior una sala municipal de exposiciones. Ayudan a cerrar este espacio la lonja del Ayuntamiento y la de la Regatería, mientras el ángulo se completa con el llamado Arco de la Zapatería.
Hay muchas obras interesantes, como la iglesia de la Santísima Trinidad, a la que pertenece la torre del mismo nombre, con portada gótica y capilla renacentista, y muchas otras de siglos posteriores, entre las que se encuentra la iglesia de San Miguel Arcángel. O muy anteriores, como los restos del castillo y del acueducto. No lejos nos encontramos con el santuario de la venerada Virgen de Cortes.
Afortunadamente todo el caudal arquitectónico de Alcaraz se encuentra en buen estado de conservación y, como cabeza de partido, lidera los planes de desarrollo turístico, que fomentan el cuidado de su patrimonio.


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©


Fotografía de portada: Plaza Mayor. Autor, DavidDaguerro

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La Fiesta del Pimiento o el fruto de todo un pueblo: Villanueva de los Infantes

pimiento villanueva de los infantes

El fruto: Pimiento Infantes

Villanueva de los Infantes es uno de los municipios de la comarca del Campo de Montiel donde se produce de forma especializada pimiento de plena estación.
Los agricultores de esta comarca han desarrollado de manera tradicional una horticultura de regadío al aire libre, basada fundamentalmente en el cultivo del pimiento de estación. La superficie del pimiento contaba a principios del 2000 con unas 180 ha y en 2011 en torno a 200 ha, que se ha incrementado en los últimos años, lo que significa alrededor de un 25% de la superficie total dedicada al cultivo del pimiento en la provincia de Ciudad – Real, siendo el principal producto hortícola de la zona y ocupando en numerosas localidades más de la mitad de la superficie dedicada al cultivo de hortalizas. La producción es canalizada a través de uno de los principales centros de recepción de la zona, la Sociedad Cooperativa «La Moraleja», creada en 1983 y ubicada en Villanueva de los Infantes.

El vegetal empleado por los agricultores de esta comarca se corresponde con un ecotipo, procedente de la mezcla de dos variedades: De Pico y Morro de Toro, que a lo largo de los años han ido aproximándose, conformando una variedad local que proporciona plantas de altura media entre 40 y 45 cm y frutos de gran tamaño y carne gruesa cercanos al tipo Lamuyo. Pimiento Infantes, un pimiento cascudo que pretende lograr por si solo la indicación geográfica protegida para una hortaliza con cualidades diferenciadas y únicas.

Pimiento Infantes

Pimiento Infantes

La recolección de este fruto, en algunos casos, comienza a finales de agosto, aunque el mayor volumen se recolecta en septiembre. Esta recolección suele ser escalonada en el 97% de los casos con un número de pases que varía en función del color de los frutos que se deseen recolectar y de la superficie que se cultive, esto es, si se desea recolectar pimiento rojo se da un menor número de pasadas para dar tiempo a que se alcance un mayor grado de maduración y desarrollo de la pigmentación roja. El mayor interés en la recolección del pimiento rojo es debido a su mejor precio en el mercado.

La llegada de heladas a principios de octubre en algunos años acorta el periodo de recolección, llegando a producir pérdidas de hasta un 40% de la producción. Los rendimientos se sitúan mayoritariamente entre 30 y 40 t/ha.
Sobre el año 2000 las producciones medias canalizadas a través de la S.C. “La Moraleja” se situaban entre 2 y 3 millones de kilos con unos porcentajes de frutos rojos próximos al 55%, de frutos verdes del 30% y un 15% de destrío. En la campaña 2011 la producción, de excelente calidad, rondó los 3 millones de kilos. En líneas generales el 70% de la producción comercializada por la Sociedad se destina a los mercados para su consumo en fresco y el 30% restante, siempre de inferior categoría, suele destinarse a la industria conservera.

Los principales mercados del pimiento de Villanueva de los Infantes y el Campo de Montiel se encuentran en Mercamadrid, la Comunidad Valenciana, el País Vasco y Andalucía, y en los últimos años zonas como Jerez, Zamora, Burgos, Extremadura, etc.

Jornadas Nacionales de Folclore. Autor, Balcón de Infantes

Jornadas Nacionales de Folclore. Autor, Balcón de Infantes

El origen de la Fiesta del Pimiento

El 7 de septiembre de 2003 la, por entonces, Asociación de Empresarios Turísticos de Infantes (TURINFA) organizó en la Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes, con la colaboración del M.I. Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes un pisto gigante para tres mil personas. Un hecho insólito que sirvió para celebrar el I Día del Pimiento con el eslogan publicitario ¡Vaya Pisto!, con la colaboración de unas 40 empresas y distintas asociaciones y colectivos de voluntarios. En aquel primer pisto se consumieron 500 kg de pimiento, 400 de tomate 120 de panceta , 75 litros de aceite, 9 kg de sal y 5 de azúcar, que se cocinarían en una gran sartén de 4 metros de diámetro, fabricada en los Talleres Gildo de Villanueva de los Infantes. Desde la propia TURINFA se reconoció que la clave del éxito de aquella celebración fue la generosa respuesta de toda la gente de Villanueva de los Infantes, un pueblo admirable con una gran camaradería. ¡Ojalá haya un antes y un después de este día!, frase en la que se encerraba el deseo de que la «hazaña» tuviera continuidad. Una jornada festiva como soporte sobre el que reivindicar el futuro, el desarrollo y los excelentes productos tanto de Villanueva de los Infantes como del Campo de Montiel.

Ese primer año la dimensión folclórica y musical la puso el grupo «Refajos, blusas y boinas».

Al año siguiente, 2004, cambiaría el escenario de las II Jornadas Día del Pimiento, que a partir de entonces se vienen celebrando en el magnífico entorno de la Plaza de la Fuente Vieja y que se complementarían, por aquel entonces, con las I Jornadas Nacionales de Folclore Campo de Montiel con la organización y participación de la Asociación de Folclore y Tradición Cruz de Santiago, Asgarbe, de Historia y Arqueología, y la Asociación Amigos del Campo de Montiel. A todo esto se añadiría el I Mercado Medieval por las calles y plazas principales de Villanueva de los Infantes. Un maridaje de celebraciones que dieron desde el comienzo un excelente resultado prolongado hasta nuestros días.

Cocinando el pisto gigante durante la celebración del año 2010. Autor, Balcón de Infantes

Cocinando el pisto gigante durante la celebración del año 2010. Autor, Balcón de Infantes

En el quijotesco año de 2005, con la celebración del IV Centenario de la publicación de la primera edición de «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha», se cocinaron nada más y nada menos que 1000 kg de pimiento, 700 de tomates, 350 kg de magro de cerdo, 200 litros de aceite de oliva y unos 1500 litros de vino, para consolidar la fiesta en su tercera edición.

El Mercado Cervantino, como correspondía a la celebración, fue procurado por la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha y contó con la presencia de algunos otros pueblos de la Ruta del Quijote, mientras que TURINFA distinguía como «Lugareño del Año» a Francisco Parra Luna, coordinador del equipo multidisciplinar de la Universidad Complutense, que estuvo acompañado por sus compañeros de trabajo en el estudio “El lugar de La Mancha es…”
Años más tarde TURINFA, transformada ya en la Asociación para el Desarrollo Turístico y Empresarial de Campo de Montiel, continua organizando esta celebración, junto con el resto de asociaciones, que llega ya a la XIV Edición de la Fiesta del Pimiento, XIII Jornadas Nacionales de Folclore Campo de Montiel y XIII Mercado Cervantino.

Este año, 2016, la fiesta se enmarca además en los actos conmemorativos del IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes.

Mercado Cervantino. Autor. Balcón de Infantes

Mercado Cervantino. Autor. Balcón de Infantes

El pisto más grande del mundo

A mediados del mes de julio de 2016, la directora general de Turismo del Gobierno regional, Ana Isabel Fernández, el coordinador del IV Centenario, Gabriel González, el alcalde de Villanueva de los Infantes, Antonio Ruiz y el presidente de TURINFA, Antonio Javier del Águila, presentaron en Madrid, la iniciativa de Villanueva de los Infantes para batir el próximo 4 de septiembre el récord Guinness, con el pisto más grande del mundo, que en la actualidad ostenta Disney, con un ‘ratatouille’, plato francés elaborado también con hortalizas, de 563 kilos.
Todos se mostraron convencidos de batir el Récord Guinness del pisto más grande del mundo, ya que, aunque es este año el que han decidido presentar el pisto al Guinnes Word Récord para obtener el reconocimiento oficial, Villanueva de los Infantes lleva trece años elaborándolo como eje de sus fiestas del Pimiento.

El pisto gigante de Villanueva de los Infantes será elaborado con más de 2.000 kilos en crudo de carne, tomate, aceite, sal y pimiento, la base fundamental de esta receta que aspira a superar los 600 kilos. Este pisto manchego se cocinará de manera tradicional, durante casi cinco horas, en una sartén de más de cuatro metros de diámetro, con la colaboración de diez cocineros voluntarios que darán su toque personal a este plato típico de la región.

Paseando por Villanueva de los Infantes. Autor, Jose Antonio Gimenez López

Paseando por Villanueva de los Infantes. Autor, Jose Antonio Giménez López

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Un artículo de Clemente Plaza Plaza
Cronista Oficial de Villanueva de los Infantes

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Tiempo de vendimia y vinos

portada viñedo La Mancha

La alegría de la vendimia 

El campo es lo mejor de La Mancha, las huertas y los rosales, las albercas y los mirtos, las sementeras de surcos paralelos y los trigales dorados que encierran el milagro del pan. En estas tierras está el esfuerzo gozoso de la reja en los barbechos y el sudor fecundo de la siega estival, los anhelos de la sequía y las zozobras del granizo, y en septiembre, la más colorista de las labores: el regocijo de la vendimia otoñal.
Tan bella es la tarea, que tienta a los pintores y a los poetas de todas las épocas, desde el siglo XII, en que Juan Lorenzo de Astorga, admirador del ‘bon vino’ curado en odres leonesas, escribe su famoso Poema de Alexandre, hasta nuestros días.
Y es que de todos los afanes del campo ninguno es tan jovial y jocundo como la vendimia. Una tarea grata y sonora, plena de cantares y de juegos, olorosa a racimos que estallan entre el albear de las sonrisas manchadas de mosto. Al poeta le encanta la visión de las cepas, y exclama:

Tengo flores, frutales y viñedos,
y es de ver la delicia con que exprimo
la otoñal opulencia de un racimo
para que el jugo corra por mis dedos.

En los tiempos paganos, el acto de la vendimia alcanzaba honores de rito, y hasta el plantar la viña revestía caracteres sacros, según vemos en los viejos grabados. Y hasta el frío Meléndez Valdés se siente tentado por el gozo del tema:

Ya dió alegre el fresco otoño
la señal de la vendimia,
y a su voz redobla el eco
por los valles y colinas.
Las cestas, pues, se preparen,
ordénense las cuadrillas
y al campo salid gritando:
¡honor al dios de las viñas!

La vendimia, o El Otoño. Francisco de Goya y Lucientes. 1786

La vendimia, o El Otoño. Francisco de Goya y Lucientes. 1786

Pero dejemos a los poetas y digamos algo concreto de la recolección de la uva.
Los vendimiadores, hombres y mujeres, se levantan con el alba de septiembre, cargan las banastas y los hocinos, y ponen rumbo a la viña distante. Cuando llegan a la viña, verde mar de pámpanos manchegos, descubren los disciplinados millares de cepas colocados en filas marciales.
Y empieza la vendimia, entre la umbría de las hojas y la fragancia de los racimos. ¡Qué gusto cortar y cortar racimos, maduros y apretados, blancos y negros!

Que no quede ni un racimo
que se escape a vuestra vista,
que no corte vuestra mano
y el cuévano no reciba.

A veces, entre el cortar de los trinchetes y las coplas bulliciosas, los vendimiadores hacen un alto en la tarea para clavar los dientes nacarados en la pulpa jugosa de las uvas:

Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie,
más de cuatro quisieran
que las manchase.

Corte del racimo. Autor, sabersabor.es

Corte del racimo. Autor, sabersabor.es

Y los vinos…

La constancia, la entrega, los cuidos culturales, la unión perfecta de ciencia y tradición se dan cita en la viña y luego en el lagar. El hombre, en la bodega, exento de rutinas aplica nuevas técnicas a mostos bondadosos y surgen, poco a poco, aromas de esperanza que anuncian, un año más, los nuevos vinos de La Mancha:

Blancos: se caracterizan por ser pálidos, afrutados, aromáticos, moderados de alcohol, algo ácidos y frescos. Sus cualidades de frescura y aromas tienen su máxima expresión al ser consumidos en su primer año.

Beberlo me da alegría
lo sorbo, lo paladeo,
alegra la vida mía,
ningún otro lo deseo,
con él caigo en dulce calma
o en los brazos de Morfeo.

Rosados: vinos coloreados en tonos rosas, poseen matices afrutados y caracteres sensoriales en los que sobresalen la ligereza, suavidad y frescura, una graduación media y acidez moderadamente alta, rico en fragancias y aromas. Ocioso es decir que priva.

Sorberlo te da la vida
al tiempo que si te embromas
dándole al codo cien veces,
olvidas penas con creces.

Tintos: estos vinos se adornan de un bonito color rojo-guinda. Ligeramente astringentes, obsequian con el encanto del aroma frutal de la uva cencibel y garnacha.

Tinto bebo porque quiero
ingerir grados de humor,
no traicionar el amor,
tocar la Gloria en el suelo
o al morir.. !seguir bebiendo en el Cielo!.
Realmente no se puede pedir más al contenido de un vaso.

Uva tinta. Autor, sabersabor.es

Uva tinta. Autor, sabersabor.es

Dice, con gran acierto, el escritor Pedro Barceló que “el vino fue creado para sembrar alegrías, fortalecer amistades, amansar pesadumbres, armonizar ruidos, fecundar soledades, detener relojes, multiplicar lunas, romper calendarios, esclarecer cerebros y enhebrar corazones”, pero siguiendo los sabios consejos del emperador Apuleyo, permitasenos refrescar no sólo el vino, sino la memoria de algún inocente bebedor:

La primera copa es para la sed.
La segunda, para el placer.
La tercera, para la alegria.
La cuarta, para la locura.

Barricas en Bodega Perales. Tomelloso. Autor, sabersabor.es

Barricas en Bodegas Perales. Tomelloso. Autor, sabersabor.es

“Apenas suena el gallo
despertador de las tinieblas ciegas,
y la causa no hallo
que estar las cubas y bodegas
junto a los gallineros
que el tufo les oprime los galgueros.
…pese a tal !como consuela
el aromático tufo
que sale de la bodega.!
¡Hay tal dicha.! Salto, bailo,
pues si tal braveza engendra
solo el Olor. ¿Que hará el gusto?.”
Lope de Vega


Un artículo de Antonio Bellón Márquez ©


De enoturismo en La Mancha.
Ciudad de paso y estrechamente vinculada a la Mesta desde época medieval, Tomelloso es hoy uno de los principales centros productores de vino en la región con Denominación de Origen. La ciudad retiene todavía una amplia tradición artesanal, que se aplica en dosis iguales de esmero, mimo y profesionalidad a sus productos más conocidos: el queso manchego, el vino y la rica gastronomía local.
Sin duda, una auténtica experiencia de enoturismo. El destino ideal para los que quieren descubrir los auténticos sabores que ofrece La Mancha.
Más información en Ruta del Vino por Tomelloso con Bodegas Verum

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Un paseo por El Viso del Marqués

portada Jose Ferriz Viso del Marqués

En el extremo sureste del mítico Campo de Calatrava se sitúa esta población extensa, cuyo marcado carácter histórico la convierte en un lugar pintoresco dentro de la provincia de Ciudad – Real. Su remota historia comienza en el año 1281, fecha en la que el rey Alfonso X El Sabio liberó a la población de la pesada carga que suponía el pago de tributos. Por este dato conocemos la primera existencia de la localidad. Más tarde, en la época de la Reconquista, sabemos que se encontraba en este lugar un castillo que defendía el paso hacía el puerto de Muradal.
Ya en la Edad Media fue encomendada a la Orden de Calatrava hasta el año 1539, fecha en que, junto a Santa Cruz de Mudela, fue vendida por el Emperador, Carlos I, al insigne marino don Álvaro de Bazán. De esta segunda adquisición tomó el título de Marqués de Santa Cruz. Allí, en El Viso del Marqués, emulando a los grandes señores del Renacimiento italiano, Álvaro de Bazán decidió construir la residencia para su retiro, a cuyo objeto realizó grandes obras que ayudaron a la configuración del Imperio y a la administración del territorio local.
En su memoria, se alza una magnífica estatua realizada en Bronce en el centro de la plaza, más conocida por nombre de El Pradillo, de visita imprescindible.

Fachada del Palacio. Autor, Santiago López-Pastor

Fachada del Palacio. Autor, Santiago López-Pastor

En ese mismo lugar está situada la más característica construcción de la ciudad, que no es otra sino el emblemático y suntuoso Palacio del Marqués de Santa Cruz, declarado monumento nacional en el año 1931, el cual fue edificado siguiendo las pautas que caracterizaban a los palacios reales de la época, es decir, con todo lujo y la magnificencia a la que eran tan propensos, en su exquisitez, los monarcas y grandes señores del Renacimiento.
Tanto su exterior como su interior están considerados como una magnífica obra maestra cargada de ornamentos y detalles, que convierten el lugar en un verdadero goce estético para todo aquel que tiene la oportunidad de contemplarlo de cerca. Y es posible visitarlo, ya que en nuestros días es Museo Naval, un museo en un palacio de espléndida escalera dividida en tres derrames y de maravilloso patio, considerado de gran valor artístico.
En el muro que cierra el jardín todavía se hallan los sepulcros de don Álvaro y de su esposa, María de Figueroa.

Por el interior del Palacio. Autor, Santiago López-Pastor

Por el interior del Palacio. Autor, Santiago López-Pastor

Este maravilloso palacio, poseedor de los principales elementos que emanan de la Italia renacentista, fue diseñado por el genial arquitecto italiano Giovanni Castello, más conocido por el apodo de “El Bergamasco”. En su interior podemos admirar bellísimas pinturas manieristas de temática mitológica realizadas por Nicolás y Francisco, hijos de “El Bergamasco”, además de obras de Francisco Peroli, Juan Bautista y Cesare Arbasía.
En el año 1948, los marqueses de Santa Cruz, cedieron el palacio a la Marina Española, la cual, además de salvarlo de la ruina, dio a sus maravillosos espacios un inmenso resurgimiento. Todavía en la actualidad continúa siendo la sede oficial de la institución y ejerciendo la función de casa y archivo de la Marina, a pesar de encontrarse tan alejado del mar. Una más de las grandes paradojas manchegas. Y uno más, sin duda, de sus tesoros históricos, en plena consonancia con la maravilla paisajística de La Mancha.

Salón de Portugal. Representación de la conquista llevada a cabo por Álvaro de Bazán. Autor, Santiago López-Pastor

Salón de Portugal. Representación de la conquista llevada a cabo por Álvaro de Bazán. Autor, Santiago López-Pastor

Salón de Honor. Autor, Santiago López-Pastor

Salón de Honor. Autor, Santiago López-Pastor

Apostado entre sierras de variado relieve y abundantes parajes singulares, como el Valle de los Perales, Los Chorros y Los Molinillos, preámbulos de Sierra Morena, El Viso del Marqués es también etapa fundamental de la geografía imaginaria de El Quijote. En Los Chorros, por ejemplo, subsisten unas ruinas del molino de batanes donde se dice que transcurre la aventura del capítulo XX de la primera parte de El Quijote. Hay también estudiosos que sitúan en los alrededores del Viso los episodios del capítulo XXV de la primera parte: “las extrañas cosas que en Sierra Morena sucedieron al valiente caballero de La Mancha y de la imitación de su admirado Amadís de Gaula, que hizo a la penitencia de Beltenebros”. Y si todo esto es así, no cabe duda de que no lejos se encontrará el lugar en que el Caballero de la Triste Figura se topara con los galeotes y sus guardas.

Hoz de Peñarrubia. Sierra del Viso

Hoz de Peñarrubia. Sierra del Viso

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Fotografía de portada de José Ferriz
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Un artículo de Antonio Bellón Márquez