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La Solana, tierra de azafrán y de artesanía

Cuentan algunas leyendas que esta villa era llamada El cerro de los Dioses de Cristal en tiempos de los oretanos, cuando un palacio de cristal, lleno a su vez de estrellas, ocupaba el lugar


La Solana se encuentra en un alto que destaca sobre la llanura manchega y, haciendo honor a su nombre, a menudo iluminada por el sol. En efecto, la luz y el sol están metidos en la raíz de este pueblo hasta el punto de que una leyenda cuenta que en tiempos muy antiguos –se remontan a la época prerromana- había un resplandeciente palacio de cristal en lo alto del alcor que recibía el nombre de Cerro de los Dioses de Cristal. No un palacio, pero sí existía un bastión defensivo en la Edad Media, castillo que pasó de manos árabes a cristianas hasta quedar definitivamente en posesión de estos últimos a comienzos del siglo XIII, a raíz de la batalla de las Navas de Tolosa. Pronto sería encomendada a la Orden de Santiago la repoblación de la plaza; sus primeros habitantes estacionales eran, según numerosas fuentes, pastores que bajaban con su ganado por la Cañada Real Soriana, hasta que ya a finales del siglo la población se fue estabilizando.

La Solana tiene tradición y presente de población artesana. De antiguo proceden la alfarería, la forja artística, la elaboración de botas para vino, el trabajo del esparto… Pero hay dos producciones, además de la de aceites y quesos, que han distinguido a esta localidad: el cultivo del azafrán y la fabricación de hoces, que hoy día ha dejado paso a la industria de herramientas y aperos para el campo.

Iglesia de Santa Catalina.Iglesia de Santa Catalina. Autor, Pablo Mirón

Plaza Mayor de La Solana. Autor, José Mª SánchezPlaza Mayor de La Solana. Autor, José Mª Sánchez

Patio de la casa de la iglesia de Santa Catalina. Autor, Juan Pedro GarcíaPatio de la casa de la iglesia de Santa Catalina. Autor, Juan Pedro García

La Solana tiene un núcleo monumental que se desarrolla en un entorno no muy lejano a su maravillosa plaza Mayor. En ésta, de espléndidas proporciones, tres de sus lados presentan porches adintelados y soportales sobre arcos de medio punto, fechado en el siglo XVI. En el lado sur se levanta la espléndida parroquia de Santa Catalina, una obra gótica tardía y renacentista iniciada en 1420 y concluida en 1524. Posteriormente se añadieron elementos barrocos, como la torre.

Conviene fijarse en la galería elevada sobre arcos que recorre el exterior de la iglesia y la hermosa portada clasicista. En su interior, son notables las capillas laterales, las rejas de forja y las bóvedas estrelladas de su única nave. La torre se inscribe en el barroco y está considerada como una de las más majestuosas de la provincia de Ciudad Real.

Varios edificios religiosos de interés se despliegan en este núcleo de calles peatonales entorno a la plaza. La iglesia San Juan Bautista o el antiguo convento de los Trinitarios, y el Convento de las Madres Dominicas, ambos del siglo XVII. Aquí, las religiosas de clausura preparan por encargo unos deliciosos suspiros de monja.

Nuestro paseo religioso tiene un imprescindible final en la ermita de San Sebastián, que guarda un magnífico tesoro: un artesonado mudéjar, joya histórica labrada en nácar sobre madera de ébano. La ermita es gótica y pasa por ser el templo más antiguo de La Solana.

En cuanto a arquitectura civil, hay también un buen puñado de casas solariegas que se pueden ir viendo en recorrido por esta agradable zona alta de la población. Así, en la plaza de Don Diego y junto a la iglesia parroquial, nos encontramos con el palacio de los Condes de Casa Valiente o Casa de Don Diego, con un notable patio con columnas toscanas. Este palacio perteneció en origen al Marqués de la Ensenada, ministro de Carlos III. Muy cerca está la Casa de la Encomienda, con una bonita torre con el emblema de la Orden de Santiago.

Iglesia de San Juan Bautista, antiguo convento de TrinitariosIglesia de San Juan Bautista, antiguo convento de Trinitarios. Autor, Juan Pedro García

Concierto de música sefardí, artesonado mudéjar y frescos en la ermita de San Sebastián.Concierto de música sefardí, artesonado mudéjar y frescos en la ermita de San Sebastián. Autor, Juan Pedro García

Patio de la Casa de la Encomienda. Autor, Juan Pedro GarcíaPatio de la Casa de la Encomienda. Autor, Juan Pedro García

Casa de Don DiegoCasa de Don Diego. Autor, Juan Pedro García

Entre las actividades más destacadas en el terreno cultural, hay que reseñar la Semana de la Zarzuela, que se celebra todos los años en el mes de octubre. Un mosaico en la calle de Feria ilustra la afición de La Solana a este género musical escénico o teatral. Por él sabemos que el compositor Jacinto Guerrero y sus libretistas F. Romero y G. Fernández Shaw se inspiraron en este lugar para componer La Rosa del Azafrán, no en vano, se tiene constancia de que al menos desde principios del siglo XVIII se cultiva la planta del azafrán en La Solana.

Actualmente los campos de La Solana son los principales productores del afamado azafrán de La Mancha, el de mejor calidad de España.

La Solana cuenta también con un Festival de Cine con merecido y cierto prestigio. Un evento de cortometrajes combinado con encuentros, homenajes, exposiciones, gastronomía, vitivinicultura y sección oficial, que convierten a la ciudad en un interesante escenario durante el mes de diciembre.

Recolectando el azafrán. Autor, Juan Pedro GarcíaRecolectando el azafrán. Autor, Juan Pedro García

Azafrán. Autor, Juan Pedro GarcíaAzafrán. Autor, Juan Pedro García


La Solana y las hoces, la Barcelona de La Mancha, un libro de Aurelio Maroto Gómez-Pimpollo


Este libro editado por la Fundación Histórico-Cultural “Paulino Sánchez Delgado” de La Solana, brinda un merecido homenaje a una de las señas de identidad de La Solana, la fabricación de hoces, un producto elaborado artesanalmente que fue sustento de cientos de familias durante más de dos siglos, convirtiendo antaño a esta localidad en el mayor productor nacional de esta herramienta.

Un libro que en palabras del propio autor está: “Dedicado a todos los herreros solaneros que escribieron con su sudor y con su sangre, una de las páginas más maravillosas de La Solana. Una legión de héroes, herreros de raza, de dinastía, que llegaban y se iban de la fragua con la luz encendida, se helaban las manos afilando en el remolino en las mañanas de enero o se cocían forjando a macho y martillo las tardes de julio”.

Nuestro homenaje también a todos los segadores que durante siglos y siglos, se sirvieron de esta herramienta tan humilde y tan práctica, para recolectar los cereales de nuestros campos.



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Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©

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El halcón peregrino o el animal más veloz de la Tierra

halcón peregrino Campo Montiel

Ninguna otra ave puede disputar al halcón peregrino el dominio de los cielos. Son auténticos portentos de la naturaleza


Si el guepardo ocupa el primer puesto en el ranking de velocidad de la fauna terrestre del planeta, en el aire le gana el vertiginoso vuelo del halcón peregrino, el animal más veloz de la Tierra.
Esta cualidad se debe a sus potentes músculos pectorales y a un efectivo método de caza: cuando localiza a sus presas, a veces a varios kilómetros de distancia, pliega hacia atrás las alas y la cola y se lanza en picado, acelerándose hasta alcanzar más de 300 km/hora para atrapar a su presa en el aire antes de que tenga alguna posibilidad de huir.
Para evitar el daño que la diferencia de presión atmosférica a esas velocidades podría causar en sus pulmones, presenta unos pequeños tubérculos óseos en las fosas nasales que redirigen las ondas de choque del aire y le permiten respirar más fácilmente mientras realiza el picado.
Junto a la velocidad, la aguda vista del halcón, incluso con poca luz, es la cualidad que lo convierte en un eficiente cazador. Y para proteger sus ojos, oscuros y rodeados por un anillo ocular amarillo, los halcones poseen adaptaciones como las membranas nictitantes (terceros párpados) que mueven constantemente para eliminar las partículas que puedan penetrar con el aire y mantener clara la visión.

Halcón Peregrino birding La Mancha

El animal más veloz de la Tierra

La presa es golpeada en pleno vuelo con la garra apretada, atontándola o matándola, y capturada en el aire con un corto pero poderoso pico. En el caso de que sea demasiado pesada para él, la deja caer a tierra y la despluma antes de comérsela.
El halcón es un especialista en la caza de aves de todos los tamaños, desde reyezuelos hasta garzas reales o gansos, aunque sus presas más comunes son varias especies de palomas (bravía, torcaz, zurita), tórtolas, zorzales, mirlos, estorninos, perdices, gaviotas…, que formarán parte de su dieta en relación directa con su abundancia en el hábitat de la rapaz.
Por sus especiales cualidades para la caza, el halcón peregrino se usa en la cetrería desde hace más de 3.000 años, cuando empezaron a utilizar sus servicios los nómadas de Asia Central en una simbiosis entre ser humano, ave y caballo. La cetrería, caza con rapaces, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa, fue una práctica muy extendida en la Edad Media, ligada a la nobleza y a los señores pero acabó en desuso con el progreso de las armas de fuego. Uno de sus mayores expertos, Félix Rodríguez de la Fuente, la definió como «la primera vez en que el hombre no sometió al animal al yugo y al látigo». En 2010, la Unesco declaró la cetrería Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
También se aprovecharon las habilidades de halcones y cetreros durante la Segunda Guerra Mundial, para interceptar a palomas mensajeras. Actualmente se usan en ocasiones para mejorar la seguridad del tráfico aéreo, espantando aves en aeropuertos para reducir el riesgo de impactos contra los aviones, y como un sistema alternativo de control biológico en la agricultura, ahuyentando a las aves que dañan los cultivos.

El arte de la cetrería

El arte de la cetrería. Autor, Leanmar1

El halcón peregrino es un ave cosmopolita y sólo hay tres lugares en la Tierra en los que no se encuentra: La Antártida, Nueva Zelanda e Islandia. No sólo es rápido, también puede viajar largas distancias durante la migración, llegando a estimarse desplazamientos de 500 kilómetros al día. Quizás de ahí el nombre de “peregrino” como sinónimo de viajero. En la Península y Baleares es residente, aunque llegan migrantes del norte de Europa para invernar.
En general, no es un ave muy exigente a la hora de instalarse; le basta con disponer de espacios abiertos en los que cazar, presas abundantes y algún lugar apropiado para ubicar el nido, como un cortado rocoso, un talud arenoso o incluso un edificio. Con estos requerimientos ocupa ampliamente nuestro territorio y se pueden encontrar peregrinos casi en cualquier ecosistema: terrenos abiertos y cultivados, roquedos, marjales, áreas costeras e, incluso en las ciudades donde se ha adaptado a la vida en grandes urbes, como Madrid.
Es una rapaz robusta de tamaño medio, con una longitud de hasta 50 cm y una envergadura de hasta 100 cm y especie con un acusado dimorfismo sexual, siendo las hembras considerablemente mayores y más pesadas que los machos.
A partir de los dos años de edad se aparean de por vida tras un cortejo en el que los machos realizan toda una gama de acrobacias y espirales aéreas. Y ya a lo largo de febrero se pueden observar los ruidosos vuelos nupciales de las parejas de halcones.
Una vez seleccionado el emplazamiento para el nido, al que suelen ser fieles, la hembra deposita directamente sobre el suelo tres o cuatro huevos de color crema, moteados de rojizo. Los dos progenitores se encargan de la incubación, si bien es la hembra la que dedica más tiempo a esta tarea y a la de alimentar a los pollos, mientras el macho abastece continuamente de presas el nido ya que los polluelos son muy voraces, llegando a duplicar su peso en sólo seis días.
Los jóvenes completarán su desarrollo en 35-42 días y se independizarán totalmente a los dos meses de realizar sus primeros vuelos de prueba.

El arte de la cetrería

Entre polluelos

Aunque actualmente no presenta graves problemas de conservación, esta especie ha sufrido durante tiempo el expolio de sus nidos (huevos y pollos) y la persecución por parte de colombicultores a los que arrebataban las palomas. Entre los años 1950 y 1970 las poblaciones de halcón peregrino prácticamente desaparecieron de territorios como Norteamérica o Finlandia a causa de los pesticidas utilizados en la agricultura, cuyos residuos les llegaban a través de la cadena alimentaria. Algunos de ellos, como el DDT, provocaban una pérdida de calcio en los huevos que hacía sus cáscaras delgadas y tan frágiles que se rompían cuando los padres trataban de incubarlos, malogrando todas las puestas y llevando a la especie al borde de la desaparición.
También incide en la población la competencia con otras rapaces y la predación porque, a pesar de sus habilidades naturales, polluelos y jóvenes son presa de aves de mayor tamaño, como el búho real, especie que suele compartir hábitat con el halcón peregrino. Pero, a pesar de que tienen una alta tasa de mortalidad, pueden vivir hasta 15 años.

halcón peregrino

Protegiéndose de nuestro mundo

El halcón era ya un ave venerada por los egipcios con la que representaban a Hor (Horus) el dios celeste considerado el padre de la civilización egipcia.
Horus era personificado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón, y como un disco solar con alas de halcón desplegadas, sobre las puertas y en las salas de los templos.
El símbolo jeroglífico del halcón posado sobre una percha se empleó, desde la época predinástica, para representar la idea de dios, y la forma de su ojo, en la escritura jeroglífica significa “ver” en clara alusión a su proverbial vista.
El culto a Horus se extendió por el Mediterráneo, vinculado a su madre la diosa Isis y destaca la veneración que alcanzó en la Antigua Grecia, en la forma de halcón y como amuleto protector relacionado con la divinidad, el llamado «Ojo de Horus» o Udyat, de gran popularidad en el Antiguo Egipto; potenciaba la vista, remediaba las enfermedades oculares, contrarrestaba los efectos del «mal de ojo» y protegía a los difuntos. Como talismán simboliza la salud, la prosperidad y la capacidad de renacer y se sigue utilizando en la actualidad en diversas religiones en todo el mundo.
Horus “el lejano“, “el elevado“, es ante todo el gran señor de los cielos, como lo es el halcón que lo representa.

Egipto Dios Horus Halcón Hor

Horus y más Horus


Una zona donde con mucha paciencia y experiencia podéis observar estas magníficas aves es en la parte Sureste del Campo de Montiel, en el límite de las provincias de Ciudad – Real, Jaén y Albacete


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Villanueva de los Infantes, Patrimonio Histórico-Artístico Nacional

Villanueva de los Infantes

Os invitamos a pasear por este enclave, uno de los más bellos de nuestro país y centro histórico de la Comarca del Campo de Montiel, citada hasta cinco veces por Miguel de Cervantes en su universal obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha“. Un auténtico escenario del Quijote


En la maravillosa zona del Campo de Montiel se encuentra uno de los conjuntos históricos con mayor renombre de toda Castilla – La Mancha: el que ofrece la antigua localidad de Villanueva de los Infantes. La ciudad es de origen romano, pues en un principio fue la colonia Antiquaria Augusta, fundada al parecer por Marco Ulpio Gresario, un liberto de Augusto.
En nuestros días quedan todavía algunas ruinas romanas, cercanas al precioso santuario de Nuestra Señora de la Antigua.
En tiempos de la conquista musulmana la población recibió el nombre de Jamela, palabra que por su origen hebreo nos hace suponer que fue fundada por una familia judía. También se han encontrado restos de este tiempo.
Fue inicialmente repoblada por el maestre Pérez de Correra y en el año 1243 pasó a ser dependiente del Campo de Montiel bajo la protección de los entonces poderosísimos caballeros de la noble Orden de Santiago.
Sin embargo, comenzó a despoblarse de nuevo rápidamente debido a la insalubridad del territorio. Así pues, se tomó la determinación, una vez más, de desplazar a sus habitantes al sitio de la Moraleja, a unos cinco kilómetros, de modo que se adoptó dicho nombre hasta el año 1421, fecha en que el Infante Enrique de Aragón le concedió la Carta Puebla y la emancipación del Campo de Montiel.
Como muestra de agradecimiento hacia el infante y sus hermanos, la población tomó el nombre de Villanueva de los Infantes, que mantuvo hasta el año 1916 cuando, al ser proclamada ciudad, se desprendió de la primera palabra. No obstante en el año 1955, a consecuencia de la conmemoración del cuarto centenario de Santo Tomás de Villanueva, la personalidad más insigne de la ciudad, retomó su anterior nombre, que todavía conserva en nuestros días.
En sus comienzos el lugar fue un importante cruce de caminos, pues a través de ella pasaba el Camino Real que llegaba hasta Granada atravesando La Antigua y Villahermosa.

Calle con casas encaladas en Villanueva de los Infantes. Autor, Victor Chaparro

Plaza Mayor. Autor, Pedro García


No os perdáis la ruta urbana por sus palacios, casas solariegas y patios manchegos y por supuesto un recorrido por su inigualable religioso patrimonio


Uno de los enclaves más bonitos de Villanueva de los Infantes es su maravillosa Plaza Mayor, que constituye, junto a las de Almagro y San Carlos del Valle, la famosa trinidad ciudadrealeña. En ella se encuentran importantes edificios, como el Ayuntamiento y la imponente parroquia de San Andrés.
En cuanto al primero, vale decir que es un monumento construido en piedra en el que podemos apreciar el más bello estilo neoclásico en las arcadas de sus magníficos soportales. Al fondo, una bonita casona con balcones corridos alegra el severo tono neoclásico de la mayor parte del conjunto.
La iglesia parroquial de San Andrés, ermita en tiempos de la Moraleja, consta de tres encandiladoras portadas, dos de ellas platerescas, y la principal, clasicista. Se halla enmarcada por un arco de medio punto y flanqueada por espléndidas columnas dóricas. En el frontón aparece el escudo de los Austrias junto a la imagen de San Andrés. En su interior, rematado por maravillosas bóvedas de crucería, se encuentran varias capillas de incalculable valor histórico. En la más antigua de ellas, la de los Bustos, está enterrado el gran literato del Siglo de Oro, Francisco de Quevedo. Otra es la de los caballeros de la Orden de Santiago y otra está dedicada al ilustre Santo Tomás de Villanueva, en concreto la del Santísimo.
La torre de estilo herreriano fue construida por Juan Ruiz Hurtado. En el Museo del Prado se guarda una bellísima tabla procedente de esta iglesia con las representaciones de Santa Ana, la Virgen, Santa Isabel y los Santos Niños.

Interior Iglesia de San Andrés. Autor, fotomo62

Palacio de los Ballesteros

Casa del Caballero del Verde Gabán. Autor, Pablo Sánchez


Villanueva de los Infantes tiene entre sus edificios civiles, religiosos y calles, más de 250 escudos heráldicos aún conservados en perfecto estado


Del año 1631 data el Hospital del Remedio, genial monumento en el cual destaca una capilla barroca donde aún perviven elementos renacentistas, como la capilla del Remedio, aneja al edificio. Este hospital ejerció más tarde la función de escuela pública, lo que originó variaciones notables en su estructura original.
La vieja Alhóndiga se construyó en el siglo XVI para la Casa de Contratación, aunque luego fuera utilizada como prisión del Partido. Destaca su extraordinario patio columnado, de extraordinaria belleza. En la Calle Ramón Herrera también encontramos dos magistrales edificios: la Casa del Arco (siglo XVII), realizada en un solemne estilo clasicista, que destaca por su magnífico arco de honda cimbra, y la Casa de los Estudios, también conocida como Colegio Menor, que data de finales del siglo XVI. Allí enseñaron retórica, poética, gramática y otras materias, ilustres profesores, entre los que se encontraban el propio Francisco de Quevedo y el humanista Bartolomé Jiménez Patón.
En la calle de Santo Tomás encontramos, en un reducido espacio, un conjunto de monumentos de sumo interés: la casa de Santo Tomás de Villanueva y el oratorio; el hospital, fundado por la madre del Santo para recoger a viudas pobres, y la Casa de la Inquisición.
En el límite sur de casco antiguo se fundó en 1556 el excelente convento de Santo Domingo, que guarda entre otros tesoros, la celda donde murió Quevedo.
Un edificio de gran interés es la iglesia de las dominicas de la Encarnación, cuya incomparable portada constituye un valioso antecedente de las portadas-retablo tan difundidas durante el Barroco.
Además de todos estos grandes monumentos artísticos, podemos contemplar otras casas particulares de estilo renacentista y barroco principalmente, aunque no debemos restar importancia a aquellas que representan la arquitectura popular de La Mancha, que adornan las calles e imprimen carácter a un lugar tan especial como Villanueva de los Infantes.

Casa del Arco. Autor, Pablo Sánchez

Casa de los Estudios. Autor, sabersabor.es

Interior Convento de Santo Domingo. Autor, sabersabor.es


Para disfrutar: el prestigioso Festival Internacional de Música Clásica de Villanueva de los Infantes y la popular Fiesta del Pimiento, con el pisto más grande del mundo, Récord Guinness 2016


La visita a esta ciudad no sólo supone la posibilidad de admirar uno de los conjuntos artísticos más bellos de nuestro país. Allí se celebran también fiestas de extraordinaria relevancia, como es la de los Mayos y la de las Cruces, en la cual, durante la noche del 2 al 3 de mayo se instalan cruces en las casas y los mayos van recorriendo, deleitando a sus moradores con canciones populares. En agradecimiento, se les obsequia con trigo tostado, anises y vino.
En cuanto a la gastronomía del lugar, se puede saborear la típica cocina manchega, de la que son característicos platos como los huevos a la porreta, las chuletas de cordero manchego a la gavilla o el tiznao, regados siempre con los inconfundibles vinos de esta tierra.
Son muchas las delicias que nos depara esta hermosa ciudad. Un legado de una época de gran esplendor de la cultura y del arte españoles.


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San Carlos del Valle o la joya Barroca de La Mancha

San Carlos del Valle

Hablar de San Carlos del Valle es hablar del “pueblo de la plaza”, pues es bien cierto que el perímetro que ésta delimita contiene todo el atractivo y el interés histórico del lugar. No existen adjetivos suficientes para calificarla, pero para hacernos una idea podemos decir que junto al conjunto histórico de Almagro y el de Villanueva de los Infantes (ambas localidades de mayor extensión e importancia económica que San Carlos del Valle), se forma la inigualable trilogía manchega. No es posible conocer las maravillas que nos ofrece la tierra de Don Quijote hasta que no se ha visitado la Plaza Mayor de San Carlos del Valle.

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Iglesia del Cristo. Autor, Emiliovet

Este pequeño pueblo fue edificado con un plano totalmente regular durante la época del monarca Carlos III, para algunos uno de los mejores reyes que han regido nuestro país, quien, emulando a la ilustración francesa, promulgó el Plan de Colonización mediante el cual la urbanística moderna había de llegar a cualquier localidad, tanto grande como pequeña, tanto rica, como pobre. Gracias al superintendente del rey en la época, Pablo Olavide, este plan se aplicó a San Carlos del Valle, convirtiéndolo en el máximo exponente manchego del urbanismo dieciochesco.
La desproporción entre la enorme y ornamentada plaza y el resto de la localidad levantada en torno a ésta, se debe a que la plaza fue construida como atrio para la maravillosa iglesia del Cristo, situada sobre el Santuario de Santa Elena, donde según la tradición, apareció en un pajar la milagrosa figura de un Cristo que se cree fue abandonada allí por un extraño peregrino. Es por esta razón por la que tan interesante y bellísimo lugar se conoce también con el nombre de “El Cristo”.

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La plaza, de forma prácticamente rectangular, está compuesta por unos soportales realizados con simples columnas toscanas que además de proporcionar al lugar una sobria belleza contrastan con la ornamentada fachada de la iglesia del Cristo, considerada como una auténtica joya artística de la villa y de toda Castilla – La Mancha.
La portada de la iglesia, tesoro de inmenso esplendor, posee entre dos columnas salomónicas típicas del estilo barroco final en que fue construida (entre 1713 y 1729), un trabajado relieve en el que se representa a Cristo y el milagro de los ladrones. El hecho de que se conserve en tan buen estado se debe a las acertadas reparaciones de las que ha sido objeto a lo largo de su historia.

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El interior no es de menor magnificencia que la parte externa. Lo más característico es su planta de cruz griega y su inmensa bóveda de cañón sostenida por medio de pilastras toscanas. La bóveda sale al exterior por una majestuosa cúpula flanqueada por cuatro torres en las que aparecen cuatro pintorescas figuras.
Tampoco hay que restar importancia a los elementos de la decoración como las estupendas celosías o los pequeños balconcillos que forman las tribunas.

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En otro de los lados de la plaza se encuentra el Ayuntamiento de San Carlos del Valle, enfrente de una encantadora casa particular cuyo patio columnado es una delicia.
Así pues, San Carlos del Valle está considerado como uno de los lugares paradigmáticos de estas tierras manchegas. Es un pueblo pequeño y recoleto, pero la belleza del trazado de su magnífica plaza, su perfecto alzado y su pureza de líneas, unida a las calles adyacentes, de trazo regular y gran sencillez y dinamismo, crean un conjunto valioso tanto por su importancia histórica y arquitectónica como por el lujo visual que constituye su contemplación.
Bien merece la pena una escapada para conocerlo.

“Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.”
Poema al Amor. Francisco de Quevedo y Villegas


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Curiosidades sobre el toro bravo

Para los muy aficionados al llamado turismo taurino y para los que gustan de descubrir y aprender algo nuevo cada día, he aquí una serie de historias y curiosidades entorno a este noble animal


El toro desde su origen ha pasado por no pocas peripecias, que le han llevado a situaciones extremas, desde casi desaparecer totalmente como toro bravo, a adquirir, según algunos autores, más personalidad con su conversión a toro de lidia.

1.  El toro bravo español, es hijo del BOS TAURUS que a su vez desciende del URO salvaje y de razas semejantes, existentes en los bosques lituanos hasta 1.620.
Existe la creencia de que Hércules vino al Sur de Iberia a robarle vacas y toros a Gerión y podemos considerar este hecho como punto de partida en la cultura española, de una impronta causada por el toro bravo que origina ritos y leyendas, determinantes de una inspiración de veneración religiosa.
Si echamos una mirada a esculturas y pinturas de tema taurino, en la etapa comprendida entre el Paleolítico y la época romana, no hay más remedio que admitir el culto que la población ibérica dispensó al toro.
Los toros de Guisando, Écija, Alicante, Osuna y el de Salamanca, conocido a través de El Lazarillo de Tormes, demuestran que desde siempre el toro, se encuentra ligado a la tierra, donde los íberos valoraron sobre todo, su poder genético.

2. En el Sur de Iberia, en lo que hoy es la provincia de Cádiz, de muy antiguo, existía una ganadería de reses que causaban admiración por su presencia e incluso fueron foco de inspiración de muchos poetas. Esta leyenda perdura en el tiempo y se localiza en el siglo VII, conservándose un dibujo referido a la misma, descubierto en la provincia de Valencia. Se han encontrado otros escritos que hacen referencia a los toros que pastan en tierras gaditanas, con referencia especial a los pastos, de los que llama la atención sobre el hecho, de que siendo generalmente secos, engordan fácilmente al animal.

3. El naturalista Jerónimo de la Huerta escribe en 1593: “Hay en España toros muy diferentes en la generosidad de ánimo, color, talla y porción del cuerpo. Los más feroces y bravos son los que se crían en las riberas del Jarama y el Tajo, y así al muy bravo le suelen llamar jarameño. Son éstos en su mayor parte negros o de color bermejo; los cuernos, cortos y delgados, producen crueles heridas y tienen fuerza para levantar cualquier cosa del suelo; los lomos fuertes, los pies ligeros, tanto que alcanzan a la carrera a un ligero caballo”.
La bravura del toro español constituye, por tanto, una característica esencial del ganado vacuno ibérico. Sin embargo, hasta el siglo XVIII no se crean ganaderías especialmente organizadas para la producción del toro de lidia.

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Toros de Guisando

4. Y llegamos al momento en el cual, el toro, que fue objeto de una distracción cinegética, dejó de serlo así, para convertirse en el objeto festivo del hombre y, con esto, nació la lidia del toro bravo. En un principio, el hombre tuvo la necesidad de entrar en contacto con el toro, con el fin de procurarse un alimento, y esto, le obligó a utilizar engaños, trucos y habilidades, que posteriormente, utilizó para crear así un medio de disfrute, alcanzando el carácter festivo, que hoy tiene.
Hay, por supuesto, una diferencia que hemos de resaltar aquí. Mientras que en la caza, el animal acosado y muerto, tenía el aprovechamiento del mismo, en el toreo, una vez muerto el toro, el torero manifiesta su regocijo ante el toro abatido por su espada, y se vuelve hacia el público para recibir el beneplácito del mismo, desentendiéndose del toro que es arrastrado y quitado de la presencia del torero.

5. El toro bravo, tanto en la antigüedad como en el momento actual, es un animal que no necesita atacar a nadie para comer, lo que no quita el que se defienda cuando es atacado. Precisamente por su esbeltez y presencia con abundantes carnes, es seleccionado por otros animales carnívoros, lo que determina en el toro bravo, estar dotado de una gran reacción defensiva, recelando de lo que le extraña y asustándose ante sensaciones que no le son familiares. En definitiva, el toro en el campo no ataca, pero espera la posibilidad de ser atacado y cuando esto sucede, le falta capacidad de medir la superioridad que pueda presentar su atacante, lo que le lleva a arremeter ciegamente.

6. Otra característica del toro bravo es la de vivir en camada, es decir, tiene un gran instinto social, y esto en el fondo, viene a representar cierta timidez, pues, implícitamente, acepta la defensa en masa. Los toros bravos luchan solamente entre ellos para dilucidar la supremacía del macho, y una vez conseguido esto, el vencido huye del rebaño, y son estos toros sueltos los que acarrean un verdadero peligro.

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En plena lucha

7. ¿Los toros cargan contra el color rojo? Es uno de esos mitos tan extendidos en la cultura popular. No. A los toros no les enfurece ver el color rojo, no embisten contra algo que vean de ese color. Y a las vacas tampoco, no vamos a preocuparnos si vamos con el jersey rojo por el campo y nos encontramos con una vaca.
La pregunta pertinente sería: ¿los toros ven el color rojo?. Ven un color, que no es exactamente el mismo rojo que vemos los humanos no daltónicos. Los toros, como muchos otros animales, son dicrómicos. Es decir, tienen capacidad de descomponer el espectro luminoso en dos componentes esenciales, y según la cantidad de cada uno son capaces de diferenciar los diferentes colores. Hasta un límite. Otros animales (como los humanos) son tricrómicos (tres colores esenciales), por lo que tienen mejor capacidad de discriminación cromática. Ven más tonos de color; lo que para un dicrómico (como un toro) podría ser un mismo color, nosotros los diferenciamos como separados. Incluso colores tan diferentes como un rojo y un verde, un toro podría verlos igual. Pero eso no es lo mismo que ver en blanco y negro, o tener ceguera para los colores. Y antes de que nos sintamos muy contentos con nuestra “excelente” visión de los colores, no está de más puntualizar que hay animales tetracrómicos, que van más allá de nuestras limitaciones y ven colores más allá de lo que nosotros diferenciamos.

8. Entonces, ¿contra qué cargan?. Cargan o embisten contra otros animales u objetos que se estén moviendo. ¿Y por qué?. La respuesta tiene que ver con el comportamiento instintivo del toro, en función de su raza (la selección genética del toro de lidia por ejemplo) y de las condiciones previas (se fuerzan las condiciones para que el toro esté agresivo). Por ejemplo, el toro hace un cálculo de lo cerca que estamos de él. Si estamos lo suficientemente lejos, no llamaremos su atención aunque hagamos movimientos bruscos. Y no porque no nos vea, sino porque la distancia es suficiente para que no le parezcamos una amenaza. Estando más cerca, el toro no se para a diferenciar nuestra forma, o cómo es exactamente ese movimiento. Percibe un movimiento brusco, y toma una decisión. Para muchos animales, eso significa huir. Para el toro dotado de elementos defensivos, puede suponer atacar.

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Mirando hacia el futuro


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©


Fuentes de información:
– Los toros, T. I. Cossío, J. M.
– Ocularis.es. Dr. Rubén Pascual.
– Psicología de los animales. Filloux, J. C.
– La bravura en el toro de lidia. Aparicio Sánchez, G.

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Toledo, una degustación de gastronomía y cultura

Toledo, una degustación de gastronomía y cultura

La imperial Toledo, cuyo origen aparece envuelto en la leyenda, es la joya monumental y más entrañable reliquia artística cultural de toda Castilla – La Mancha.
Desde la plaza de Zocodover, de pintoresco atractivo, bajo cuyo cielo revolotean cien palomas al paso de paisanos y turistas, hasta las ruinas de la antigua judería, toda una vieja ciudad medieval acoge el conjunto monumental toledano.
En sintonía con tanta maravilla, Toledo y sus pueblos han sabido cuidar celosamente su riqueza culinaria impregnada de sabores legados por las culturas hispano-romanas, cristiana, judía y musulmana, que encuentran feliz complemento en los recios vinos toledanos nacidos de unas viñas que se enseñorean entre los campos de labor y las dehesas.

La comarca de los montes alberga su gran reserva cinegética y entre otros platos típicos, su cocina tiene el gran mérito de preparar las piezas de caza como en ninguna otra parte. La especialidad la tienen en la perdiz estofada, las codornices y en la preparación de la carne de ciervo, aderezada con el aromático laurel y el oloroso tomillo.
Por todo su territorio y en común con las otras provincias manchegas, la tortilla, la sopa de ajo, el cordero, las judías con liebre y el queso, pero es el mazapán quien le da nombradía y fama, mereciendo el honor de tener su propio museo en la localidad toledana de Sonseca.

He aquí la vieja Venta de la que tu estómago saldrá fortalecido y en la que, tal vez, hallaron refugio y sustento un Hidalgo manchego y el bueno de Sancho, su escudero, quien, a no dudarlo, daría cumplida cuenta de más de un plato cocinado con las piezas abatidas por pícaros o desocupados, hombres de zurrón, escopeta y perro, dedicados al alegre ejercicio de la caza.

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Catedral de Toledo, transparente. Autor, Ignacio Pomar Gomá

Reflexiones cinegéticas

Hoy, como ayer, Toledo tiene en muchos de sus platos como elemento común, la caza menor. Un capítulo gastronómico que le da carácter de cocina recia, sabrosa, campestre y pastoril, adaptada en cada lugar a sus tradiciones y costumbres, con resultados y gustos diferentes y hasta sorpresivos, en cada olla, en cada lugar…
Es pues, sin duda, nuestra perdiz roja la reina de las especies de caza menor, a la que le siguen la codorniz, el conejo, la liebre, amén de otras de pelo y pluma menos codiciadas.
Para saciar el apetito, vamos tras esas perdices y algunas otras liebres y conejos que después se sustancian en la mesa.

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Por la calle Ángel, Toledo. Autor, José Luis Rodriguez Holgado

Deliciosas recetas con sus pertinentes consejos

PERDICES A LA TOLEDANA
Para evitarse ese trance que tiene un par de narices, voy a poner a tu alcance cómo guisar las perdices.
Plumas, pelo y perdigones no deben dejar señales; no sólo son las perdices, palomas y gorriones, palominos y pichones, las liebres y codornices, conejos y gazapillos, y otros muchos animales que ni cito ni comento, irán a los comensales de pluma y de pelo exentos.
Aplícate, pues, el cuento, porque estos conocimientos son del todo elementales.
Cuando estén limpias, se embridan con un delgado bramante, se sazonan al instante con sal, por fuera y por dentro, y es oportuno momento para dejarlas echadas en sartén con buen aceite hasta ponerlas doradas.
Después, sácalas, ponlas aparte en cacerola o en olla y en el aceite que usaste pon cortada una cebolla – mejor que gruesa, delgada -, unos ajos aplastados, unos granos de pimienta, teniendo además en cuenta que de orégano y tomillo deben ir acompañadas las otras cosas citadas hasta quedar la cebolla debidamente dorada.
El todo, vierte al momento, sobre las tiernas perdices, agregando al condimento – según la receta dice y tú has de fijar en mente -, vino blanco, buen vinagre y agua clara de la fuente y con lentitud cociendo se pondrán tiernas y a punto, para luego irlas comiendo.
Cuando las sirvas, entiendo que debes desembridarlas pues no es de buen gusto darlas para irlas consumiendo con cuerdas, hechas un fardo, pues si hay algún comensal indiscreto y charlatán, te dirigirá algún dardo envuelto en su verborrea que hiere, duele y marea, queriendo inquirir razones del por qué su perdigón fuese con cuerdas fajado para ser escabechado, sin mediar explicación. De alas y patas atado, tras matarlo la escopeta, no explica tu decisión; te dirá, asistido de razón, que el método utilizado mucho más está indicado para un palomo ladrón.

JUDIAS CON LIEBRE
Las judías, según costumbre, cocerás en buena lumbre y sin cometer destrozos partirás la liebre en trozos que pondrás en una olla con buen aceite dorado y, finamente picadas, unas jugosas cebollas y atados en manojillo, perejil, laurel, tomillo rociando el todo con vino quedando el guiso ultimado con sal, que echarás con tino, una pequeña guindilla unos ajos troceados, vinagre – tres cucharillas – y luego, un buen añadido del caldo de las judías que a fuego lento han cocido.
Taparás luego la olla de la siguiente manera: poniendo un papel de estraza entre olla y tapadera y en ebullición muy lenta ponla al fuego y ten en cuenta que veinte minutos antes de que la liebre está a punto has de agregar las judías para ultimar el conjunto.
Luego, coge de pan un pedazo y antes que una aguja enhebres – tengas o no tengas tino,- podrás darte el gran gustazo de comer judías con liebre regadas con un buen vino.
La especialidad del plato la tiene un manchego nato con coto en Almuradiel.
Erase un cabo furriel, cojo por salto de valla que a su profesión es fiel y entre pucheros batalla.

MAZAPAN
De antiguo tres siglos dan los doctos historiadores, que el manchego mazapán a la mesa, presta honores.
Almendra, azúcar y miel en los hornos artesanos de los pueblos toledanos se funden para ofrecer a quien sea, o no, goloso, saborear con placer tras un condumio copioso con el que ahuyentar el hambre un manjar que sabe a gloria, que tildan de oscura historia y discutida raigambre, pues si hoy dicen que es semita se afirma, otro cualquier día, que es árabe o es judía, pero me apuesto una mano que cortareis, de dedo a dedo, a que es de La Mancha, hermano, el mazapán de Toledo.
Moldeado en figuritas, comerlo es mi gran placer por Reyes y Navidad, en fiestas tradicionales y siempre, de vez en vez, en las tardes invernales, al tiempo que veo caer – como divino maná -, lluvia por los ventanales, en tanto, que junto al fuego, que atizo con viejos leños, leo, como, duermo y sueño que el mundo es un mazapán del que soy único dueño.

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Mazapán. Autor, Tamorlan

Si queréis conocer Toledo en todo su esplendor, os propongo vivir esta experiencia: Toledo. Tour monumental de las Tres Culturas


Un artículo de Antonio Bellón Márquez


Bibliografía y fuentes de información:
– Diccionario General de Cocina. Muro, Ángel.
– Historia de la Gastronomía Española. Martínez Llopis, Manuel.
– Efemérides cervantinas. Cotarelo y Mori, Emilio. Revista de Archivos, 1905.
– Estudios cervantinos. Rodríguez Marín, Francisco. Atlas, 1952.


Fotografía de portada: Panorámica de Toledo. Autor, Diliff

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Alcaraz, la ciudad de las dos torres

Se encontraba Alcaraz entre las ciudades consideradas de alto rango. Pero durmió durante demasiado tiempo a la sombra de su propia historia. Tuvo un pasado denso, repleto de sucesos bélicos, que cuentan la dureza con la que se forjó la localidad y también sus momentos dulces, cuando la fabricación de alfombras era prestigiosa en todo el mundo.
Ahora muestra orgullosa su conjunto monumental e intenta revivir mejores tiempos aportando una oferta turística y de servicios para los enamorados de la historia y del arte.

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Campos de Alcaraz

La decadencia histórica de una ciudad siempre es explicable; obedece a un sinfín de factores y circunstancias difícilmente apreciables sin la distante mirada que ofrece el paso del tiempo. Pero en Alcaraz no deja de ser paradójico este fenómeno, más si cabe teniendo en cuenta que aún hoy se sitúa en un enclave geográfico privilegiado desde el punto de vista de las comunicaciones. Aposentada entre las estribaciones de la sierra que lleva su nombre, Alcaraz es un paso casi obligado para las carreteras y caminos que suben desde el norte andaluz y las que se acercan a Levante desde La Mancha.
Su historia se remonta a tiempos prehistóricos como demuestran las pinturas y restos neolíticos hallados en el cercano yacimiento al abrigo de los Batanes. Durante su existencia íbera respondió al nombre de Urcesa, hasta que la presencia musulmana llegó a la península. A partir de aquí comienza a denominarse Al Karrash, de donde ha derivado el actual nombre. Fueron los árabes quienes concibieron la construcción del castillo del que en la actualidad se conservan escasos restos. A partir de entonces se sucederán hechos violentos que jalonarían toda la historia de Alcaraz.

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Restos del acueducto. Al fondo restos del castillo

Uno de los primeros fue el protagonizado por Ordoño II, el cual asoló la ciudad en el año 900. La etapa cristiana se inicia con la toma de la villa por el rey Alfonso VIII en 1213, quien la convierte en uno de los enclaves estratégicos más importantes para conseguir la reconquista del reino de Murcia. Desde allí podían enviarse ejércitos, intendencia y tropas de refresco tras los choques en la frontera. Tanta fue su importancia que aquí se reunieron en el año 1265 dos soberanos, conocidos por los sobrenombres de El Sabio y El Conquistador. Si, se trataba de Alfonso X, rey de Castilla, y Jaime I, monarca de Aragón, que se entrevistaban para hacer la repartición de las tierras que iban a conquistar al moro.
Es así como se inicia uno de los periodos de mayor brillantez de esta localidad, que se prolongaría hasta la desaparición del peligro musulmán y con ello del valor estratégico del lugar.
Alcaraz ya había recibido Fuero y Concejo por concesión real, y más tarde, en 1429, se le concedió el título de ciudad. En el año 1470 sería cedida por Enrique IV al marqués de Villena, quien la perdería en favor de los Reyes Católicos. No fue cedida ni graciosamente donada la ciudad por el marqués, sino literalmente perdida en aquellos tiempos en los que Isabel y Fernando se esforzaban por disminuir el poder señorial. El noble opuso gran resistencia en muchas de sus plazas, como Alarcón o Belmonte, pero los habitantes de Alcaraz se alzaron a favor de los monarcas. Este episodio marcaría el fin de la gestación de la ciudad, que después viviría años de florecimiento.

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Calle Mayor

El siglo XVI significa para la ciudad el renacimiento tanto en términos de prosperidad, como artísticos. Es la época en que Carlos I cede el señorío de Alcaraz a Isabel de Portugal, concretamente en el año 1526. Se dispara el crecimiento urbanístico y surgen muchas construcciones de carácter monumental. Se deja sentir la prosperidad económica apoyada en varias decenas de telares en los que se fabricaban alfombras y tapices de gran prestigio en todo el mundo. Algunas muestras de soberbia confección salidas de aquellos talleres se conservan hoy en día en el Museo Metropolitano de Nueva York y fueron expuestas en la Exposición Universal de Sevilla en el año 1992.
Con el paso de los siglos esta antigua industria artesanal entraría en declive al tiempo que comienza a acusarse la decadencia de la localidad, que ya a mediados del siglo XIX, con la segregación de la provincia de Albacete de la de La Mancha, culminaría su paso hacia un profundo sueño.

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Las dos torres

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Detalle en la torre del Tardón

Alcaraz se encuentra plagada de edificaciones levantadas en el siglo XVI que constituyen un conjunto monumental formidable. Para muchos el mayor exponente es la Plaza Mayor, de planta rectangular y proporciones absolutamente armónicas, ideada para involucrar en ella la vida activa de toda la ciudad, como muestran sus tres lonjas, los espacios abiertos y las dos torres, la del Tardón y la de la Trinidad.
La torre del Tardón fue construida a mediados del siglo XVI, es renacentista y su planta es de forma hexagonal, aunque no regular. Su altura está repartida en cuatro cuerpos en los que se aprecian los trabajos del escultor y arquitecto nacido en la villa, nada más y nada menos que Andrés de Vandelvira. Posee un campanario que era de alarmas y avisos, y como tocaba de tarde en tarde, la voz popular la bautizó con su actual nombre. Junto a ella, la torre de la Trinidad, del mismo siglo y planta cuadrada, de aspecto más sólido. El conjunto formado por estas dos torres posee un toque de genialidad y frescura poco frecuentes.

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Portada de la iglesia de la Santísima Trinidad

La lonja de Santo Domingo se extiende a un lado de la plaza con su galería y sus arcadas, guardando en su interior una sala municipal de exposiciones. Ayudan a cerrar este espacio la lonja del Ayuntamiento y la de la Regatería, mientras el ángulo se completa con el llamado Arco de la Zapatería.
Hay muchas obras interesantes, como la iglesia de la Santísima Trinidad, a la que pertenece la torre del mismo nombre, con portada gótica y capilla renacentista, y muchas otras de siglos posteriores, entre las que se encuentra la iglesia de San Miguel Arcángel. O muy anteriores, como los restos del castillo y del acueducto. No lejos nos encontramos con el santuario de la venerada Virgen de Cortes.
Afortunadamente todo el caudal arquitectónico de Alcaraz se encuentra en buen estado de conservación y, como cabeza de partido, lidera los planes de desarrollo turístico, que fomentan el cuidado de su patrimonio.


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©


Fotografía de portada: Plaza Mayor. Autor, DavidDaguerro

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La Fiesta del Pimiento o el fruto de todo un pueblo: Villanueva de los Infantes

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El fruto: Pimiento Infantes

Villanueva de los Infantes es uno de los municipios de la comarca del Campo de Montiel donde se produce de forma especializada pimiento de plena estación.
Los agricultores de esta comarca han desarrollado de manera tradicional una horticultura de regadío al aire libre, basada fundamentalmente en el cultivo del pimiento de estación. La superficie del pimiento contaba a principios del 2000 con unas 180 ha y en 2011 en torno a 200 ha, que se ha incrementado en los últimos años, lo que significa alrededor de un 25% de la superficie total dedicada al cultivo del pimiento en la provincia de Ciudad – Real, siendo el principal producto hortícola de la zona y ocupando en numerosas localidades más de la mitad de la superficie dedicada al cultivo de hortalizas. La producción es canalizada a través de uno de los principales centros de recepción de la zona, la Sociedad Cooperativa «La Moraleja», creada en 1983 y ubicada en Villanueva de los Infantes.

El vegetal empleado por los agricultores de esta comarca se corresponde con un ecotipo, procedente de la mezcla de dos variedades: De Pico y Morro de Toro, que a lo largo de los años han ido aproximándose, conformando una variedad local que proporciona plantas de altura media entre 40 y 45 cm y frutos de gran tamaño y carne gruesa cercanos al tipo Lamuyo. Pimiento Infantes, un pimiento cascudo que pretende lograr por si solo la indicación geográfica protegida para una hortaliza con cualidades diferenciadas y únicas.

Pimiento Infantes

Pimiento Infantes

La recolección de este fruto, en algunos casos, comienza a finales de agosto, aunque el mayor volumen se recolecta en septiembre. Esta recolección suele ser escalonada en el 97% de los casos con un número de pases que varía en función del color de los frutos que se deseen recolectar y de la superficie que se cultive, esto es, si se desea recolectar pimiento rojo se da un menor número de pasadas para dar tiempo a que se alcance un mayor grado de maduración y desarrollo de la pigmentación roja. El mayor interés en la recolección del pimiento rojo es debido a su mejor precio en el mercado.

La llegada de heladas a principios de octubre en algunos años acorta el periodo de recolección, llegando a producir pérdidas de hasta un 40% de la producción. Los rendimientos se sitúan mayoritariamente entre 30 y 40 t/ha.
Sobre el año 2000 las producciones medias canalizadas a través de la S.C. “La Moraleja” se situaban entre 2 y 3 millones de kilos con unos porcentajes de frutos rojos próximos al 55%, de frutos verdes del 30% y un 15% de destrío. En la campaña 2011 la producción, de excelente calidad, rondó los 3 millones de kilos. En líneas generales el 70% de la producción comercializada por la Sociedad se destina a los mercados para su consumo en fresco y el 30% restante, siempre de inferior categoría, suele destinarse a la industria conservera.

Los principales mercados del pimiento de Villanueva de los Infantes y el Campo de Montiel se encuentran en Mercamadrid, la Comunidad Valenciana, el País Vasco y Andalucía, y en los últimos años zonas como Jerez, Zamora, Burgos, Extremadura, etc.

Jornadas Nacionales de Folclore. Autor, Balcón de Infantes

Jornadas Nacionales de Folclore. Autor, Balcón de Infantes

El origen de la Fiesta del Pimiento

El 7 de septiembre de 2003 la, por entonces, Asociación de Empresarios Turísticos de Infantes (TURINFA) organizó en la Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes, con la colaboración del M.I. Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes un pisto gigante para tres mil personas. Un hecho insólito que sirvió para celebrar el I Día del Pimiento con el eslogan publicitario ¡Vaya Pisto!, con la colaboración de unas 40 empresas y distintas asociaciones y colectivos de voluntarios. En aquel primer pisto se consumieron 500 kg de pimiento, 400 de tomate 120 de panceta , 75 litros de aceite, 9 kg de sal y 5 de azúcar, que se cocinarían en una gran sartén de 4 metros de diámetro, fabricada en los Talleres Gildo de Villanueva de los Infantes. Desde la propia TURINFA se reconoció que la clave del éxito de aquella celebración fue la generosa respuesta de toda la gente de Villanueva de los Infantes, un pueblo admirable con una gran camaradería. ¡Ojalá haya un antes y un después de este día!, frase en la que se encerraba el deseo de que la «hazaña» tuviera continuidad. Una jornada festiva como soporte sobre el que reivindicar el futuro, el desarrollo y los excelentes productos tanto de Villanueva de los Infantes como del Campo de Montiel.

Ese primer año la dimensión folclórica y musical la puso el grupo «Refajos, blusas y boinas».

Al año siguiente, 2004, cambiaría el escenario de las II Jornadas Día del Pimiento, que a partir de entonces se vienen celebrando en el magnífico entorno de la Plaza de la Fuente Vieja y que se complementarían, por aquel entonces, con las I Jornadas Nacionales de Folclore Campo de Montiel con la organización y participación de la Asociación de Folclore y Tradición Cruz de Santiago, Asgarbe, de Historia y Arqueología, y la Asociación Amigos del Campo de Montiel. A todo esto se añadiría el I Mercado Medieval por las calles y plazas principales de Villanueva de los Infantes. Un maridaje de celebraciones que dieron desde el comienzo un excelente resultado prolongado hasta nuestros días.

Cocinando el pisto gigante durante la celebración del año 2010. Autor, Balcón de Infantes

Cocinando el pisto gigante durante la celebración del año 2010. Autor, Balcón de Infantes

En el quijotesco año de 2005, con la celebración del IV Centenario de la publicación de la primera edición de «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha», se cocinaron nada más y nada menos que 1000 kg de pimiento, 700 de tomates, 350 kg de magro de cerdo, 200 litros de aceite de oliva y unos 1500 litros de vino, para consolidar la fiesta en su tercera edición.

El Mercado Cervantino, como correspondía a la celebración, fue procurado por la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha y contó con la presencia de algunos otros pueblos de la Ruta del Quijote, mientras que TURINFA distinguía como «Lugareño del Año» a Francisco Parra Luna, coordinador del equipo multidisciplinar de la Universidad Complutense, que estuvo acompañado por sus compañeros de trabajo en el estudio “El lugar de La Mancha es…”
Años más tarde TURINFA, transformada ya en la Asociación para el Desarrollo Turístico y Empresarial de Campo de Montiel, continua organizando esta celebración, junto con el resto de asociaciones, que llega ya a la XIV Edición de la Fiesta del Pimiento, XIII Jornadas Nacionales de Folclore Campo de Montiel y XIII Mercado Cervantino.

Este año, 2016, la fiesta se enmarca además en los actos conmemorativos del IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes.

Mercado Cervantino. Autor. Balcón de Infantes

Mercado Cervantino. Autor. Balcón de Infantes

El pisto más grande del mundo

A mediados del mes de julio de 2016, la directora general de Turismo del Gobierno regional, Ana Isabel Fernández, el coordinador del IV Centenario, Gabriel González, el alcalde de Villanueva de los Infantes, Antonio Ruiz y el presidente de TURINFA, Antonio Javier del Águila, presentaron en Madrid, la iniciativa de Villanueva de los Infantes para batir el próximo 4 de septiembre el récord Guinness, con el pisto más grande del mundo, que en la actualidad ostenta Disney, con un ‘ratatouille’, plato francés elaborado también con hortalizas, de 563 kilos.
Todos se mostraron convencidos de batir el Récord Guinness del pisto más grande del mundo, ya que, aunque es este año el que han decidido presentar el pisto al Guinnes Word Récord para obtener el reconocimiento oficial, Villanueva de los Infantes lleva trece años elaborándolo como eje de sus fiestas del Pimiento.

El pisto gigante de Villanueva de los Infantes será elaborado con más de 2.000 kilos en crudo de carne, tomate, aceite, sal y pimiento, la base fundamental de esta receta que aspira a superar los 600 kilos. Este pisto manchego se cocinará de manera tradicional, durante casi cinco horas, en una sartén de más de cuatro metros de diámetro, con la colaboración de diez cocineros voluntarios que darán su toque personal a este plato típico de la región.

Paseando por Villanueva de los Infantes. Autor, Jose Antonio Gimenez López

Paseando por Villanueva de los Infantes. Autor, Jose Antonio Giménez López

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Un artículo de Clemente Plaza Plaza
Cronista Oficial de Villanueva de los Infantes

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Tiempo de vendimia y vinos

portada viñedo La Mancha

La alegría de la vendimia 

El campo es lo mejor de La Mancha, las huertas y los rosales, las albercas y los mirtos, las sementeras de surcos paralelos y los trigales dorados que encierran el milagro del pan. En estas tierras está el esfuerzo gozoso de la reja en los barbechos y el sudor fecundo de la siega estival, los anhelos de la sequía y las zozobras del granizo, y en septiembre, la más colorista de las labores: el regocijo de la vendimia otoñal.
Tan bella es la tarea, que tienta a los pintores y a los poetas de todas las épocas, desde el siglo XII, en que Juan Lorenzo de Astorga, admirador del ‘bon vino’ curado en odres leonesas, escribe su famoso Poema de Alexandre, hasta nuestros días.
Y es que de todos los afanes del campo ninguno es tan jovial y jocundo como la vendimia. Una tarea grata y sonora, plena de cantares y de juegos, olorosa a racimos que estallan entre el albear de las sonrisas manchadas de mosto. Al poeta le encanta la visión de las cepas, y exclama:

Tengo flores, frutales y viñedos,
y es de ver la delicia con que exprimo
la otoñal opulencia de un racimo
para que el jugo corra por mis dedos.

En los tiempos paganos, el acto de la vendimia alcanzaba honores de rito, y hasta el plantar la viña revestía caracteres sacros, según vemos en los viejos grabados. Y hasta el frío Meléndez Valdés se siente tentado por el gozo del tema:

Ya dió alegre el fresco otoño
la señal de la vendimia,
y a su voz redobla el eco
por los valles y colinas.
Las cestas, pues, se preparen,
ordénense las cuadrillas
y al campo salid gritando:
¡honor al dios de las viñas!

La vendimia, o El Otoño. Francisco de Goya y Lucientes. 1786

La vendimia, o El Otoño. Francisco de Goya y Lucientes. 1786

Pero dejemos a los poetas y digamos algo concreto de la recolección de la uva.
Los vendimiadores, hombres y mujeres, se levantan con el alba de septiembre, cargan las banastas y los hocinos, y ponen rumbo a la viña distante. Cuando llegan a la viña, verde mar de pámpanos manchegos, descubren los disciplinados millares de cepas colocados en filas marciales.
Y empieza la vendimia, entre la umbría de las hojas y la fragancia de los racimos. ¡Qué gusto cortar y cortar racimos, maduros y apretados, blancos y negros!

Que no quede ni un racimo
que se escape a vuestra vista,
que no corte vuestra mano
y el cuévano no reciba.

A veces, entre el cortar de los trinchetes y las coplas bulliciosas, los vendimiadores hacen un alto en la tarea para clavar los dientes nacarados en la pulpa jugosa de las uvas:

Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie,
más de cuatro quisieran
que las manchase.

Corte del racimo. Autor, sabersabor.es

Corte del racimo. Autor, sabersabor.es

Y los vinos…

La constancia, la entrega, los cuidos culturales, la unión perfecta de ciencia y tradición se dan cita en la viña y luego en el lagar. El hombre, en la bodega, exento de rutinas aplica nuevas técnicas a mostos bondadosos y surgen, poco a poco, aromas de esperanza que anuncian, un año más, los nuevos vinos de La Mancha:

Blancos: se caracterizan por ser pálidos, afrutados, aromáticos, moderados de alcohol, algo ácidos y frescos. Sus cualidades de frescura y aromas tienen su máxima expresión al ser consumidos en su primer año.

Beberlo me da alegría
lo sorbo, lo paladeo,
alegra la vida mía,
ningún otro lo deseo,
con él caigo en dulce calma
o en los brazos de Morfeo.

Rosados: vinos coloreados en tonos rosas, poseen matices afrutados y caracteres sensoriales en los que sobresalen la ligereza, suavidad y frescura, una graduación media y acidez moderadamente alta, rico en fragancias y aromas. Ocioso es decir que priva.

Sorberlo te da la vida
al tiempo que si te embromas
dándole al codo cien veces,
olvidas penas con creces.

Tintos: estos vinos se adornan de un bonito color rojo-guinda. Ligeramente astringentes, obsequian con el encanto del aroma frutal de la uva cencibel y garnacha.

Tinto bebo porque quiero
ingerir grados de humor,
no traicionar el amor,
tocar la Gloria en el suelo
o al morir.. !seguir bebiendo en el Cielo!.
Realmente no se puede pedir más al contenido de un vaso.

Uva tinta. Autor, sabersabor.es

Uva tinta. Autor, sabersabor.es

Dice, con gran acierto, el escritor Pedro Barceló que “el vino fue creado para sembrar alegrías, fortalecer amistades, amansar pesadumbres, armonizar ruidos, fecundar soledades, detener relojes, multiplicar lunas, romper calendarios, esclarecer cerebros y enhebrar corazones”, pero siguiendo los sabios consejos del emperador Apuleyo, permitasenos refrescar no sólo el vino, sino la memoria de algún inocente bebedor:

La primera copa es para la sed.
La segunda, para el placer.
La tercera, para la alegria.
La cuarta, para la locura.

Barricas en Bodega Perales. Tomelloso. Autor, sabersabor.es

Barricas en Bodegas Perales. Tomelloso. Autor, sabersabor.es

“Apenas suena el gallo
despertador de las tinieblas ciegas,
y la causa no hallo
que estar las cubas y bodegas
junto a los gallineros
que el tufo les oprime los galgueros.
…pese a tal !como consuela
el aromático tufo
que sale de la bodega.!
¡Hay tal dicha.! Salto, bailo,
pues si tal braveza engendra
solo el Olor. ¿Que hará el gusto?.”
Lope de Vega


Un artículo de Antonio Bellón Márquez ©


De enoturismo en La Mancha.
Ciudad de paso y estrechamente vinculada a la Mesta desde época medieval, Tomelloso es hoy uno de los principales centros productores de vino en la región con Denominación de Origen. La ciudad retiene todavía una amplia tradición artesanal, que se aplica en dosis iguales de esmero, mimo y profesionalidad a sus productos más conocidos: el queso manchego, el vino y la rica gastronomía local.
Sin duda, una auténtica experiencia de enoturismo. El destino ideal para los que quieren descubrir los auténticos sabores que ofrece La Mancha.
Más información en Ruta del Vino por Tomelloso con Bodegas Verum

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Tomelloso. Posada de cultura, ciudad de pintores

francisco Carretero

La tarjeta de presentación de Tomelloso dice que este gran pueblo, este pueblo grande con tratamiento de ciudad por Real Decreto desde hace casi 90 años, es “Posada de Vid y Cultura”.

En el amplio mundo de la cultura, esta ciudad tiene nombre propio gracias a sus grandes nombres del mundo de la literatura, la pintura, el dibujo, la escultura… Juan Torres Grueso, Francisco García Pavón, Eladio Cabañero, Félix Grande, Dionisio Cañas, Francisco Carretero, Antonio López Torres, Antonio López García, entre otros muchos, han dejado bien patente su ser tomellosero en todo el planeta.

Retrato de Antonio López Torres, museo Antonio López Torres. Autora, María José, de lavidaenvino.wordpress.com

Retrato de Antonio López Torres, museo Antonio López Torres. Autora, María José, de lavidaenvino.wordpress.com

“El bermellón arde dichoso
por desposar al amarillo
y erguir la torre de ladrillo
bajo un naranja luminoso.

El verde cromo empalidece
junto al feliz blanco de plata,
mas ante el sol que lo aquilata
renace y nuevo reverdece.

Llueve la luz, y sin aviso
ya es una ninfa fugitiva
que el ojo busca clavar viva
sobre el espacio más preciso.

Clarificada azul, la hora
lavadamente se disuelve
en una atmósfera que envuelve,
define el cuadro y lo evapora.

Diérame ahora la locura
que en aquel tiempo me tenía,
para pintar la Poesía,
con el pincel de la Pintura.”

A la Pintura (poema del color y la línea). Rafael Alberti.

Museo Antonio López Torres de Tomelloso. Autora, Almudena

Museo Antonio López Torres de Tomelloso. Autora, Almudena

Si nos centramos en los pinceles, hoy Tomelloso es una ciudad propicia para el mundo de la pintura, porque en cada calle hay varias personas que pintan y porque no hay semana en la que no se inaugure una exposición, ya sea de autor local o foráneo. No es raro encontrar dos o tres exposiciones en salas de titularidad pública y alguna que otra en sala privada.

Todo parte inexcusablemente del Museo López Torres. Este edificio que alberga una colección permanente con los óleos y dibujos más importantes del insigne pintor, cuenta además con una sala para exposiciones temporales de un nivel que no se iguala fácilmente en otros lugares. Su arquitecto, Fernando Higueras, diseñó el museo con el valor añadido de ser un antiguo y gran aficionado a la pintura. Él fue uno de los primeros descubridores en Madrid de un jovencísimo Antonio López que daba sus primeros pasos pictóricos en el Madrid de los años cincuenta.
Junto a este museo, el Centro Cultural Posada de los Portales, ubicado en pleno centro de la ciudad, siendo además el edificio más emblemático de la misma: una antigua posada para alojamiento de viajeros, tratantes, comerciantes y caballerías, construida en la segunda mitad del s. XVIII. En sus paredes han colgado cuadros prácticamente todos los pintores nacidos en Tomelloso.

Desde el año 2011, podemos disfrutar del Museo de Arte Contemporáneo Infanta Elena que alberga una colección permanente que la Cooperativa Virgen de las Viñas (gran bodega y almazara, con una sorprendente pasión de mecenazgo de artistas) ha ido adquiriendo a lo largo de los años a través de los certámenes de pintura que ha organizado, además de muestras puntuales.

Continuando nuestra visita por los espacios artísticos de la ciudad, la sala Francisco Carretero, en el Ayuntamiento, nos recibe con el genio de “El Varal” que nos invita a seguir descubriendo a este gran artista en el edificio que lleva su nombre, la Casa Francisco Carretero, sede de la Universidad Popular, decorada literalmente en paredes y techos con los magníficos frescos del pintor.

Desconcertante e inverosímil resulta el hecho de que, a día de hoy, Tomelloso no cuente con ninguna obra de su pincel más afamado y reconocido, Antonio López García.

Paisaje de La Mancha. Francisco Carretero. Óleo sobre tabla. 1940

Paisaje de La Mancha. Francisco Carretero. Óleo sobre tabla. 1940

Nos quedan los premios como instrumento de estímulo a la creación artística, como la celebración de la Fiesta de las Artes y las Letras, que este año cumple su LXVI edición. Esta Fiesta de las Letras se constituye como una de las más veteranas y prestigiosas de España, capaz de congregar a importantes personalidades de las artes, de las letras y autoridades. En este acto, se entregan los premios de los distintos certámenes artísticos y literarios: Premio de Narrativa Francisco García Pavón, de poesía Eladio Cabañero, de pintura Antonio López García, etc.

Es innegable que el bagaje de más de un siglo ha sido excelente para la pintura y para Tomelloso. Ahí están las aportaciones de los grandes pintores locales para corroborarlo, pero también el caldo de cultivo que se ha propiciado. Se ha pasado del niño Francisco Carretero que pintaba con tizones en la pared, al increíble censo de pintores que pasean por nuestras calles y a la intensa actividad que desarrollan.

Pintura y Tomelloso no son dos términos que se utilizan forzadamente, sino dos caminos convergentes que producen, como fuente de energía infinita, artistas reseñables, merecedores de toda consideración.

Rojo en equilibrio sobre el azul


Un artículo de Antonio Bellón Márquez para sabersabor.es ©